Llegamos a un lugar de comida rápida se llamaba The Best of Andrew.
Se vehia muy elegante para ser un lugar de comida rápida. Había demasiados clientes en el lugar.
— Cillian!— Saludó el recepcionista.
— Hola Hunter.— respondió el pelinegro.
— ¿Lo de siempre?— preguntó.
— No, hoy pásame el menú y dame la mesa de arriba. Vengo acompañado.— dijo apartándose para que me viera.
— Pero que linda chica tienes a tu lado.
Me limité a reír ante el alago.
Cillian solamente lo fulminó con la mirada.— Sigan arriba, en unos minutos les llevo el menú.— dijo escribiendo algo en su computadora.
— Vamos.— dijo Cillian haciéndose a un lado para que pudiese pasar.
— Gracias.— susurré, para luego caminar hacia las escaleras.
Ya en la mesa Cillian empezó a sacar muchos temas de conversación, el era divertido, un poco tímido y también muy risueño. Amaba cuando sonreía porque sus ojos se hacían pequeños.
Lo rutinario, preguntas como ¿Cuál es tu color preferido? Y demás.
Descubrí que Cillian y yo teníamos mucho en común. De alguna manera eso lo hacía muchísimo más atractivo.Después de varios minutos llegó una camarera a nuestra mesa.
— Hola Cill.— saludó coqueta.
Un calor inexplicable invadió mi cuerpo. ¿Estaba celosa?
No, no lo creo. Solo lo conocía de un día. Era imposible.— Hola Tamara.— respondió serio.
Yo simplemente me limité a mirar mis manos.
— Oh, buenas noches.— me saludó sarcástica.
— Buenas noches.— respondí.
— Aqui les dejo el menú, vendré a tomar su orden en unos minutos.
Deslicé uno de estos hacia mi y empecé a mirar.
— Veo que ya tienes una chica.- digo mirando el menú.
— ¿Lo dices por Tamara?
— Sip.- respondo.
— Oh, no. Jamás... Ella siempre se comporta así conmigo.
— Creo que le gustas.
— Aunque así fuera, hay alguien más que me encanta.— dice mirando mis ojos.
— ¿Ah sí?, ¿Y como es ese alguien?.- pregunto siguiéndole el juego.
— Ese alguien tiene unos ojos preciosos, un olor muy agradable y particular que la hace destacar, es alguien alta para ser una chica, y tiene una hermosa cabellera negra.
Reí ante esto.
El tomó un mechón de mi cabello y lo puso detrás de mi oreja. — sonreí y tomé un trago de agua.Y pum!, Como si la vida no me odiase lo suficiente. La maldita mesera derramó una taza café hirviendo encima de mi hombro.
Grité por el ardor y me levanté rápidamente para correr al baño sosteniendo mi hombro.
Me encerré en este y ví como mi piel se iba regenerando frente al espejo.
Maldita zorra.— digo para mí mientras limpio inútilmente mi vestido.
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Cillian.
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Había una vez... En 1940 (Reescribiendo)
FanfictionUna diferente y similar historia. No se permiten adaptaciones de ningún tipo. ⚠️ Contenido sexual, leer bajo su propia responsabilidad ⚠️ Esta historia no es apta para personas sensibles, leer bajo su propio riesgo.