Cap. XXXIV: Navidades.

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Se acercaban las navidades. Mis primeras navidades con Aaron. Hacía más de un año ya que me había enamorado de él. En solo dos meses y medio sería nuestro aniversario.

— ¿Cuántas te han quedado al final?

—Cuatro... a la de mates no le ha dado la gana aprobarme.

—Lo siento... ¿Te vas de vacaciones?

—Claro que no. Todos en mi familia se van menos yo. Es la primera vez en mi vida que voy a estar solo en casa. Y en navidades.

—Ay, qué pobre—dije apenado abrazándole mientras disfrutábamos de una deliciosa taza de chocolate caliente en una cafetería.

—Bueno, mejor. Así no les veo en una semana, me tienen harto desde... ya ni me acuerdo.

—Pero, joder no sé. Tú solo en navidades.

—Podrías venir a mi casa conmigo.

—Bueno, lo cierto es que venían mis tíos a dormir en nochebuena.

—Oh, vamos. Por favor. Piénsalo. Calentitos en mi casa, una cenita de Navidad, los regalos, el amor.

— ¿Me has comprado algo? Qué tierno. Pero no sé... Quedan muy pocos días y chafarles así de repente el plan...

—Venga, por favor. Nunca te pido nada.

—Espera. Les voy a llamar.

Les llamé tranquilo, aunque con miedo.

—Hola, tita—dije animado.

— ¿Qué tal Danielillo?

—Bien, bien. Oye, una cosa. Unos amigos celebran una cena de Navidad y no puedo faltar. Por favor, nunca os pido nada.

—Bueno, mientras no sea en casa me parece bien.

—Muchas gracias, tita, a ver si quedamos otro día.

—Adiós, Dani.

Había sido demasiado fácil... ¿Y si mis tíos no tenían en realidad el más mínimo interés de estar conmigo en Navidad? Seguramente por eso habría sido tan fácil.

—Bueno, pues ven a mi casa el 24 de diciembre a las... 19:00, por ejemplo—dijo Aaron.

—Ya... Pero... ¿Y si aparecen tus padres?

—Nada, seguro que no, tranqui.

Llegó el día 24... Cociné unas galletas "navideñas" y unos brownies. Me puse "guapo" y fui a casa de Aaron. Me abrió la puerta en paños menores.

—Perdona, has llegado a menos cinco, no me había vestido—dijo abriendo la puerta rápidamente.

—He traído unas galletas y brownies.

—Qué buenos. Oye, me voy a vestir—dijo yéndose—Por cierto estás guapísimo—dijo volviendo un segundo.

Aaron se fue a su cuarto corriendo, parecía nervioso, no sabía por qué. A lo mejor estaba emocionado por algo. A los pocos minutos salió de su habitación, con un jersey muy navideño. En su casa hacía algo de frío.

—Te puedes sentar—dijo mostrándome el sofá.

—Gracias—dije sentándome—Por cierto, ¿qué vamos a cenar?

—Oh, había encargado comida a un restaurante. Pavo asado, y suponía que tú ibas a traer el postre. Además hay chocolate caliente.

—Qué rico—dije acercándome a sus labios.

No obstante, él se alejó.

—Mejor lo hacemos luego, ¿vale?

—Venga, vale. Más romántico.

Con un beso y una rosa (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora