Con un beso y una rosa (Gay/Yaoi)

Cap. XII: De cháchara con Aaron.

Felipe, el director del coro, también profesor de música, aguardaba sentado en una mesa de las que usábamos nosotros para clase. De vez en cuando se enfadaba, porque nos dejaba cinco minutos antes de empezar a ensayar, para parlotear un poco, sin embargo, estos cinco minutos a veces se alargaban tanto que...

Aaron entró lentamente en el aula de música, donde se hacían los ensayos. Todavía se sentía avergonzado de lo que pasó el otro día con Sandra. Estuvimos hablando durante breves momentos antes de que comenzara el ensayo. Estaba especialmente guapo. Llevaba unos vaqueros que le quedaban idealmente, un jersey precioso, color negro, y unas Vans.

Además, su cara era perfecta: Le brillaban los ojos, con una disimulada depresión, a causa de lo ocurrido las últimas semanas, y tenía una sonrisa algo forzada. A lo mejor no era su mejor día, pero para mí, siempre estaba igual de guapo.

Su precioso pelo rubio oscuro, y no demasiado corto, brillaba junto a sus ojos azules, produciendo un conjunto excelente

—Hola, Dani—dijo Aaron—. No hemos hablado desde entonces...

Aaron, aunque no sabía por aquel entonces si era verdad, confiaba plenamente en mí; había sido la primera persona en saber sobre su homosexualidad. Le respondía amablemente.

—Ya—dije sonriendo—. No pasa nada, no te angusties, no lo sabe nadie—mentí, todavía con una sonrisa.

— ¿Seguro que no?—preguntó.

¿Lo estaba preguntando retóricamente?

—A menos que algún chico de las cabinas de baño colindantes nos haya oído, no lo sabe nadie—volví a mentirle.

Me empezaba a sentir algo rastrero, le estaba mintiendo a mi persona amada, aquella persona de la que estaba enamorado confiaba en mí, y no era capaz de decirle que le había mentido... Tampoco de salir del armario con él.

— ¡Pequeñas y horribles criaturejas, váyanse a su cuerda o tendremos serios problemas para el recital de marzo!—exclamó Felipe.

Al instante de decirlo, llegó Viola con su habitual sonrisa. Me di cuenta en aquel instante que ella, al situarse delante de Aaron y de mí en el coro, sabía todas nuestras conversaciones, por lo que no podríamos hablar de cosas muy personales, como era en ese momento su homosexualidad, que de momento, él quería mantener en secreto.

Hablé con él, para decirle si las conversaciones de aquel día las podíamos hacer por WhatsApp, me respondió compresivamente que sí quería, no le apetecía que la gente se enterase de "su pequeño secreto". Le pareció muy bien, lo cierto es que él no estaba preparado aún para salir del armario.

—Hola, ¿qué tal?—escribí. Inmediatamente después, recibí la respuesta:

—Bien, ¿y tú?—chateó Aaron con un emoticono.

—Aquí...—respondí misteriosamente.

Escribí otro mensaje:

— ¿Se lo has dicho ya a alguien más?

—No—respondió firmemente Aaron.

—La verdad es que nadie más lo sabe—mentí.

Por mensajes de texto era muchísimo más fácil mentir, ya que no entonabas el mensaje y no lo podía saber por el tono de voz. Me sentía la persona más rastrera existente en la faz de la Tierra. Le mentía rastreramente. Y todo porque dos "buenas amigas" se enteraron, y no se lo dirían a nadie si yo les hacía los deberes. Pero quería lo suficiente a Aaron como para ser capaz de mentirle con eso.

—Mejor—respondió Aaron—. Por cierto, Dani, ¿te gusta alguien?—preguntó Aaron. Era una pregunta de lo más oportuna en ese momento, pero no sabía si lo hacía como indirecta o como pregunta normal, así que no me podía precipitar. Quería dar el primer paso yo, pero me daría muchísima pena que no le gustara y que me dijera que no, además de dejar de hablar con él.

— ¿A mí? No...—volví a mentir—. ¿Y a ti, te gusta alguien en especial, por quien te hayas hecho...? Ya sabes...

—La verdad es que de momento, sólo me gustan los tíos en general. Aunque suene bastante... Guarro es que... Joder...

— ¿Qué es? A mí me lo puedes contar—reí escribiendo.

— A ver... El otro día, me hice un par de... ya sabes... Viendo vídeos de tíos.

No me importaba que hiciera eso. Es más, me gustaba, me ponía mucho más. Así además, le gustarían más los chicos, lo que derivaría (o al menos así pensaba) en que le gustase yo. Podía imaginarme a Aaron masturbándose, ahora tenía la libertad de hacerlo, porque sabía que lo había hecho.

—Hala, ¿en serio? Jajaja Jajaja—vacilé.

— ¡Jajaja! ¿Y tú? Seguro que tú también lo haces—se rio Aaron mientras lo escribía.

La verdad es que en ese momento me estaba imaginando lo que Aaron se estaba imaginando de mí en ese momento. A mí, también masturbándome. Eso me puso caliente.

Nuestra conversación acabó en ese momento cuando el director nos indicó a nosotros para cantar nuestra parte.

Cantamos un par de piezas de la "Secuencia" del Réquiem de Mozart. El "Confutatis" y el "Lacrimosa". Preciosa música. El ensayo acabó. Aaron y yo salimos charlando.

—O sea que te hiciste una paja viendo porno ¿No? —reí.

—No una... Fueron dos—corrigió Aaron. ¿Por qué estábamos hablando de su vida sexual?

— ¿Seguidas?

— ¿Qué pasa? ¿Por qué lo quieres saber? ¿Te pone?

— ¿Qué? No, no—reí.

—Yo sé que a ti te gusta Amelia ¿No es así?

—Claro—dije, muy desanimado.

— ¿Qué pasa?

—No, nada, es que no me hace caso—mentí.

—No te preocupes ¿Vale? No pasa nada. Soy tu amigo y no necesitas a ninguna tía.

— ¿Estás ligando conmigo? —reí de nuevo.

— ¡Qué va! ¡A mí me gusta otro!

—Ah...—respondí, muy desanimado—. ¡Pero si antes me has dicho que no te gustaba nadie!

—Bueno, pero no te pongas celoso—rio Aaron—. Tú eres muy guapete—volvió a reír.

— ¿Pero quién te gusta?

—Un chico. Pero creo que no le gusto.

— ¿No me vas a decir quién es?

—No, perdona. No creo que quieras saberlo.

— ¡Sí que quiero! ¡Por favor, dímelo!

—No puedo. Lo siento, de verdad...—dijo, largándose a su casa.

Me había quedado sin saber quién era. Me interesaba saberlo, para odiar a ese chico... Quería odiarle... No obstante... Cuando me dijo lo de que yo era guapo... ¿Y si el chico era yo? No, no podía ser.

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