Me acosté en mi habitual lado izquierdo de la cama esperando que Andrea terminará de cambiarse, el viaje me dejó un poco agotada y supongo que a ella también aún más con el embarazo. Se recostó y de inmediato busco mi pecho para acomodarse.
No dormí más de tres horas la verdad el decirle a Eliza sobre que será abuela me tiene inquieta le prometí que si esto llegaba a pasar, sin duda alguna me haría responsable pero no creí que fuera tan pronto, no lo esperabamos. Y debo reconocer que tengo cierta inquietud de su reacción.
Más que inquietud por contarle fueron las dudas las que me invadieron. Todas las dudas que en los últimos días invaden mis pensamientos.
Cerca de la seis de la mañana se me hizo imposible continuar en la cama y seguir dándole vueltas al tema por lo que opte por levantarme y salir a correr, necesitaba despejar mi mente de tantos pensamientos negativos. Andrea seguía profundamente dormida sin hacer ruido busque entre mis cosas ropa deportiva que de último momento incluí en mi pequeño equipaje. Casi quince minutos después salí del apartamento. No conocía en absoluto la ciudad así que ir muy lejos podría ser arriesgado no por la seguridad en eso se ve que es un lugar tranquilo y seguro, lo arriesgado es perderme y con la mala ubicación que tengo lo más probable es no saber regresar.
Pero algo tenia que salir mal, después de diez minutos corriendo despeje tanto mi mente que no me di cuenta de lo lejos que ya estaba del apartamento de Eliza. Llevaba corriendo cerca de una hora y media, me detuve porque llegué a la playa algo que desde que llegamos no me había percatado. Intenté recordar el camino que tomé hasta llegar a este punto pero nada, simplemente no recordaba nada. No traía teléfono lo que significaba que no tenía forma de saber que tan lejos estaba, la dirección la tenía en el teléfono, todo estaba ahí.
Eran cerca de las diez de la mañana y seguía sin saber dónde estaba, comienzo a creer que en lugar de ir en la dirección correcta a cada paso que doy me alejo más. Esto era muy malo el plan para hoy, era salir a dar un paseo y a la hora de la comida contarle a Eliza sobre el embarazo. Intentaba recordar algún lugar del cual poder ubicarme pero me era imposible estaba completa y absolutamente perdida.
El tiempo seguía su curso y yo seguía sin saber dónde carajo me encontraba camine sin rumbo por un rato pero decidí hace casi una hora regresar a la playa y seguir el camino algo que no funcionó, son casi las tres de la tarde y comienzo a tener hambre algo que tampoco es bueno porque ni siquiera se me ocurrió cargar con la cartera. Necesitaba ayuda pero sin la dirección y sin algún punto de referencia era absurdo pedirla. Me senté en la playa a analizar la situación y mis opciones, no tenía opciones.
Mi reloj marcaba las cuatro con quince minutos lo que indicaba que llevaba fuera del apartamento aproximadamente nueve horas. No me quedó de otra que llamar a uno de los dos números que tengo registrado en mi memoria. El mio.
—Hola. —me acerque a una chica que estaba a unos metros de donde estaba sentada. —Disculpa que interrumpa pero...
—No compró nada por si vas a ofrecerme algo. —estaba a la defensiva y con justa razón soy una desconocida.
—No, no vendo nada. —tome un respiro si quería pedir prestado su teléfono tenía que saber los motivos. —Estoy de visita en la ciudad y llevo toda la mañana fuera del lugar donde me estoy alojando. —no mostraba interés, lo mejor será que me retire. —¿Sabes? Mejor olvidalo. Lamento interrumpir tu tranquilidad.
—Espera... —dijo cuando me di la vuelta para irme. Me volví en si para verla. —¿Que necesitas? ¿Quieres que te ayude a volver?. —dijo y negué.
—Me llamo Sam y llegué ayer por la noche. Hoy en la mañana decidí salir a correr pero me deje el teléfono y la cartera todo en el apartamento entonces no tengo ni la más mínima idea de la dirección del lugar. —era el momento de admitir lo que me sucedía. —Estoy perdida desde hace algunas horas, quería pedirte prestado tu teléfono para llamar y que vengas a buscarme. Por favor. —me miró por alguno segundos esperando o buscando que le estaba mintiendo pero creo que mi rostro frustrado le dio la respuesta que buscaba. Me tendió su teléfono y finalmente logré llamar.
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Mi Hermoso Destino.
RandomAndrea insegura por su estúpido ex novio que la utilizó de una manera que la daño tanto que no confía ni en sus propios sentimientos ni en su hermoso físico. Sam con un pasado marcado de distintas formas, de sufrimiento y una falsa barrera creada p...