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Ingresamos a a su casa, estar en ella sin que su mamá lo supiera se me hacía extraño, antes de sentarnos en el sillón ella me ofreció algo para tomar y simplemente le pedí un vaso de agua.

—Me parece bien que hablemos en tu casa. —dije y solo se me quedó viendo. —Por si después de toda la verdad no quieres volver a verme estaré tranquila de que estás en casa y seré yo la que tenga que irse. —sonrojo y bajo la mirada, no sabía si era yo quien debía empezar a relatar la historia o dejar que ella preguntara.

—¿Lo que me dijo esa chica en la plaza es cierto?. —bien, comenzaron las preguntas.

—Si, nos conocimos accidentalmente en el baño de la universidad, al principio la ignore, terminaba de hacer un examen en cual me había ido muy mal, me sentía frustrada por el resultado. —sentía que su mirada me estaba juzgando, pero solo eran alucinaciones mías. —Estaba lavando mis manos cuando ella se acercó provocativamente, le dije que parará pero ella no quería detenerse. Se me ofreció la oportunidad de tener sexo en la universidad y era algo que no iba a desaprovechar. —al decir lo último baje la mirada. Necesitaba más valor para continuar y en el momento menos esperado ella levantó mi rostro y me miró a los ojos.

—Continúa por favor. —ella quería que ¿continuará?, no lo entiendo ¿que pretende?.

—Le dije que no podíamos hacerlo ahí, ella insistió y pasó, ella quería más y me dio su numero de teléfono para que saliéramos. Después de unas horas ella llamó tuve un conflicto en si ir o no, al final lo hice necesitaba distraerme. La invite a salir, ella rápidamente aceptó y ya lo que pasó después de mucho alcohol no creo que sea necesario... explicarlo. —termine de contar viéndola directamente a los ojos. No lograba descifrar su mirada, no se que esta pensando, tampoco se si debo de seguir aquí esperando una respuesta. Finalmente ella rompió el silencio.

—¿Con cuantas chicas de la universidad has tenido este tipo de... aventuras?. —esa pregunta realmente no la esperaba.

—No te quiero mentir, quiero ser totalmente honesta contigo. —buscaba hormigas en su piso que claramente no harían acto de presencia, y finalmente conteste. —Fueron solo 3. Después de la primera llegaron un par más. Después de la tercera chica, se hizo el chisme por toda la universidad de que soy la mejor en la cama, y que por ella ya habían pasado todas. Eso claramente no era cierto. Pero ya no sabía cómo desmentir todo lo que corria por los pasillos.

—¿Acaso solo quieres eso conmigo? ¿Quieres que sea una más en tu cama? ¿También me quieres de trofeo?. —ya estaba molesta debo de ser clara ya o no tendré oportunidad de decirlo.

—No no, por supuesto que no, contigo es diferente, me gustas y sé nos conocemos hace poco pero tu realmente me atraes como ninguna otra lo ha logrado. Sé que creerme es difícil, pero si tú me das la oportunidad de conquistarte no te defraudare. —ya no se que hacer, quiero tomar sus manos entre las mías, pero y si paso un limite.

—Antes de darte una respuesta a eso, quiero saber otra cosa. —se estaba calmando y eso era bueno ¿no?. —¿Por qué te acuestas con cuanta mujer se te atraviesa?. —otra pregunta que no imagine que haría.

—No es cuanta mujer se me atraviesa y eso ya quedó atrás, y no fue ningún corazón roto ni nada de eso o eso creo. Fue algo complicado, hace unos años tuve una amiga con derechos. —me observó de manera extraña. —Si la última "relación" estable de recuerdo, éramos buenas amigas, yo me sentía muy atraída por ella, creo que hasta cierto punto estaba enamorada de ella, pero una cosa llevo a la otra y terminamos juntas. Nuestra "relación" duró alrededor de cuatro meses. —seguia sin entender nada así que continúe. —Después de tener tres meses juntas, me di cuenta que lo que teníamos no iba para ningún lado, ella solo me estaba usando, después de un largo tiempo decidí frecuentar bares en busca de más experiencia. Al principio era tímida por lo que tengo, después ya solo eran chicas de una noche, algunas regresaban por más, pero nunca pasó de eso. —dado mi condición no quería exponerme mucho y ser la burla de todos otra vez. —Cuando me di cuenta que esto se me estaba saliendo de las manos deje de frecuentar a las chicas, borre sus números, sus nombres quería dejar esa pequeña parte de libertinaje atrás y enfocarme en mi y mi futuro. —esa era parte de la verdad, ya no quería usar ni ser usada por ninguna otra chica.

—Y que pretendes conmigo también usarme y ser una más en tu larga lista.

—No claro que no. —bien lo diré de una vez por todas y espero que esto funcione. —Me gustas y mucho. Quiero una oportunidad contigo. Quiero ser yo quien baje tus muros. Quiero ser la única que cruce tus límites. Quiero ser yo tu lugar seguro. Déjame enamorarte. Déjame ser quien te ayude a olvidar tu pasado. Quiero una relación contigo y si me das la oportunidad, te demostraré que todo eso que dicen sobre mi mala reputación y de mujeriega no es cierta. —lo que iba a decir tal vez sonaría mal pero necesitaba convencerla. —El total de chicas que pasaron por mi cama no fueron más de 10 y de eso estoy completamente segura.

Su mirada era insegura, no sabía nada de su historia en su antigua universidad pero era algo realmente grave para mostrarse como una niña pequeña que tiene miedo. Y sin esperarlo se lanzó a mis brazos, no reaccione al momento pero después la arrope entre ellos dándole la seguridad y la confianza que Andrea necesitaba.

—Sam, no se como pasó pero tu también me gustas pero tengo miedo de que me lastimes, no quiero sufrir de nuevo, no otra vez. —esto confirmaba mis sospechas algo grave le paso. Susurre a su oído.

—Tranquila princesa, se que mi famoso "historial" no es nada alentador y tal vez lo que te voy a pedir es una locura pero confía en mi, si me lo permites te voy a proteger y jamas te haré daño. —esto era una promesa hacia ella, pero principalmente conmigo misma, me esta dando la oportunidad que necesito y no pienso fallarle.

Me acoste en el sofá con ella sobre mi, ella misma busco refugio entre mis brazos y yo se lo brinde de la mejor manera posible, sentí gotas correr por mi cuello, ella estaba llorando pero no quería presionarla así que solo me asegure de ser su lugar seguro. Después de varios minutos ella se calmo y por la tranquilidad de su respiración supe que se había quedado dormida. Yo no tarde mucho en hacerle compañía en el mundo de los sueños.

Todo parece indicar que ella es la correcta.

R.

Mi Hermoso Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora