Mi Hermoso Destino.

10

El camino a la cabaña fue entretenido, me puso al tanto de lo que pasó en las clases que no estuve presente. Y también me dijo lo que el idiota de Carlos intentó con ella e hizo que me volviera loca de histeria por no estar ahí con ella para protegerla, por este momento lo dejaría pasar pero si volvía a intentar algo le rompería la cara.

—¿Falta mucho para llegar?. —me preguntó haciendo un lindo puchero lo que ocasionó que tomará su mano y le diera un beso en ella. —No quiero arruinar tu sorpresa pero no me gusta el camino. —susurró viendo la gran oscuridad de la noche y es que hace más de quince minutos que salimos de la carretera.

—Ya estamos muy cerca. Tranquila no te va a pasar nada ¿ok?. Te prometo que yo te voy a proteger. —me regalo una sonrisa y se acercó a mi para dejar un beso sobre mi mejilla.

Tardamos 10 minutos más por ese tenebroso camino, y es que ella tenía razón el camino parecía sacado de una película de terror. Cuando llegamos su cara fue de completa sorpresa, logrando mi objetivo porque ella no se espera nada de esto y estoy muy segura que tampoco se espera lo que tengo preparado para ella adentro. Y es que si de día la cabaña es bonita de noche es aún más hermosa como la sonrisa de mi preciosa acompañante.

—¿Te gusta?. —pregunte rodeando su cintura con mis brazos desde atrás. Ella asistió recargado su cabeza en mi hombro dejándome ver su linda sonrisa.

—Me encanta es muy bonito. —se giro rodeando mi cuello con sus manos. —Gracias por esto de verdad muchas gracias. —y se abrazo muy fuerte a mi. Estuvimos unos minutos en esa posición hasta que su agarre se aflojó.

—Ven vamos. —tome su mano y nos adentramos a la cabaña para poder disfrutar de la cena que con mucho esfuerzo prepare. —¿Tienes hambre?. Preparé la cena. —la guíe hasta la mesa donde estaba todo en su lugar.

—¿Todo esto es para mi?. —preguntó tímida. Mientras veía todo el lugar sin moverse de dónde estaba. —Esto es hermoso. —y se lanzó a mis brazos. —Muchas gracias, gracias. —no entendía porque de pronto este ataque de inseguridad en ella.

—Si todo esto es para ti. Y aún no has visto todo. —al escuchar eso se fue alejando de mi viéndome incrédula por mis palabras. —Ven vamos a cenar ya después te mostraré el lugar y el resto de la sorpresa.

Le ayude a que se sentará mientras yo servía la cena, ella miraba la mesa con ilusión y una sonrisa genuina en su rostro. Esto me extraño, se que tuvo una relación antes en la cual ella salió lastimada, pero acaso él no hizo nunca algo como esto para ella, Andrea se merece esto y más. Tiene que ser un completo idiota como para no haberse dado cuenta del ser tan hermoso ser que tenía a su lado. Terminamos de cenar y ella no dejaba de sonreír y yo tampoco, no podía hacerlo. Pero de pronto nuevamente me invadieron unos nervios monumentales porque el momento de confesarle la verdad se está acercando y no podré aplazarlo más.

—Todo esta muy bonito, gracias por preparar esto para mi. —que no dejara de agradecerme me estaba picando aún más en la curiosidad de saber sobre su antigua relación.

—¿Quieres ver donde vamos a dormir?. —pregunte levantándome de mi lugar para que ella también lo hiciera. Tomé su mano para que me siguiera hasta la habitación, justo antes de llegar me acerque a ella. —¿Puedo tapar tus ojos un momento?. —pregunte con cautela esperando su respuesta.

—Si, esta bien. —su respuesta no era muy segura, ¿tenía miedo de lo que podría encontrar adentro?.

—Confía en mi no te haré daño. Nunca podría hacerte daño. —asintió y se dio la vuelta quedando de frente a la puerta. Tape sus ojos con mi mano, la abrí lentamente dimos un par de pasos hasta que estuvismo dentro de la habitación, empuje la puerta con un pie pero no medí la fuerza y se azotó provocando un fuerte golpe, ocasionando que Andrea se diera la vuelta y se abrazara fuertemente a mi. —Lo siento no medí mi fuerza. No quería asustarte.