HURACÁN | En Cousins Beach todo el mundo espera el Verano, incluyendo a Lily.
Lily por fin ha convencido a sus padres después de tres años ir a Cousins Beach, sin embargo, no ha visto a los Fisher desde hace mucho.
Conrad siempre ha encajado con e...
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capítulodos
*ganaron los capítulos largos pero aún así intentaré actualizaciones más rápido. Y por otro lado, saben eso de que escriben algo mal y lo siguen escribiendo mal y luego uno se da cuenta de que escribió eso mal. Bueno pues me disculpo por haber escrito Corgyn en ves de Coklin*
Parecía que Belly quería estrangularme o algo así, pero me parecía bueno que saliera de su zona de confort. Comenzamos a caminar hacia la multitud, bueno empuje a Belly conmigo cuando una voz desconocida nos habla.
—La chica de la Gasolinera —ciertamente ya entiendo porque a Belly no le gustaba este tipo, y no hablaba solo de su físico, sino que estaba borracho y le estaba ofreciendo su propia botella a Bells— Hola, ¿De dónde vienes?
Ciertamente era la primera vez que me alegraba ser la violinista. Belly estaba perdida, muy incomoda y no disfrutaba de nada.
—De otra fiesta, con mi amiga—. Me señala y yo asentí despreocupada.
—¿Tienes novio en la ciudad?
La pregunta fue casual, provocativa e insinuativa. Mire a Belly que se relamió los labios y miro el piso. Segundos después alzo la mirada y yo la seguí con mis ojos. Steven pasa junto a una chica de pelo rizado y Belly cometió el peor error, llamarlo.
A la mierda todo.
—¡Steven!
—¿Qué carajos haces aquí? —la miro sorprendido y luego me miro a mi atrás, negó mirándome y yo encogí los hombros. Iba con Belly o no iba. Eso le había dicho— ¿Y que llevas puesto?
—Yo la invite. ¿Quién putas eres?
—El hermano. Y tiene 15, degenerado.
—Casi 16.
—Perdón —dijo el chico de la Gasolinera y se alejó.
Me acerque a Steven y lo tome del brazo, le hable lo mas bajito que pude para que nadie ni siquiera Belly nos oyera.
—Steven, no te pases. Es la primera vez que sale, no seas idiota y en vez de cagarla, ayudala a encajar y ya está.
Steven negó y se acercó a Belly y maldije.
—Santo cielo, Belly. Ven.
Steven se la llevó adelante e intente alcanzarlos, pero Belly comenzó a forcejear con su hermano y yo no quería acabar en ese desastre.
—¿Qué haces? Suéltame. Me avergüenzas —, Belly empezó a forcejear más duro.
—Tú me avergüenzas.
—¿Por qué? —El tono de Belly comenzó a escalar y yo me quede atrás mirando sin poder ayudar en nada. La chica que estaba con Steven se posó al lado mí.
