capítulo uno
— ¡Maldita niñata!
Un vaso vuela y se estrella contra la pared de la casa. Hago una mueca mientras que mi labio tiemblas. Aún estoy temblando después de lo que pasó.
—Eres una imbecil, niña. Te pedí que hicieras la cena, Maldita sea. —camina de un lado al otro y me mantengo a una distancia prudente. He aprendido con los años a no acercarme cuando está así, nunca termina bien.
—Mamá, debes respirar te comienzas a hacer daño. — Intento desviar su atención, porque me aterra lo que pueda llegar a hacer en este estado.
Huele a alcohol y se que aun tiene por lo menos dos paquetes en su bolsillo.
—No, no. —Una sonrisa diabólica llena sus labios y mi miedo crece—. Yo estoy bien, tú no. Debería mandarte lejos haber si aprendes a hacer algo bien.
Su mano agarrándose de la estufa me aterra, no está sintiendo la quemadura que se estaba haciendo, no sentía el dolor. No siente nada.
Pero yo estoy paralizada y no pienso acercarme. No después de todo las veces que lo intentado.
Se ríe, su cuerpo comenzando a tener diferentes temblores, la droga le hace demasiado efecto, tiembla sin parar, como si fueran espasmos, pero no son más que la droga intoxicando su cuerpo. Toma la vajilla a su alrededor y comienza a lanzarla, el eco resuena por la amplitud de toda la cocina y me dan ganas de vomitar.
— ¿Porque no haces nada bien? Nunca, Tu hermana debería estar aquí, en vez que tú. Deberías pudrirte.
Mi estómago se revuelve ante su intento por acercarse a mi.
La veo caminar cruzando la encimera de la cocina y el miedo me paraliza, aún así me atrevo a decirlo
—No. — Es casi un murmullo, ella se gira, no estoy seguro de que me ha oído hasta que veo que su rostro se contrae.
—¡Cállate! — Mi madre grita y veo como tira otro vaso que me pasa tan cerca que alcanza a cortarme la mejilla.
Un pequeño grito sale de mi, cuando el dolor se expande por toda mi cabeza.
Me había caído de cara contra el suelo. El miedo se disipa al darme cuenta que estaba sana y salva, en el piso de mi habitación.
En mi casa, o bueno su casa. Pero ella no estaba, como había sido la mayoría de la semana.
Últimamente nada me salía bien, sobretodo que ya se me hacía tarde. Intente forcejear con las sábanas que se habían enredado con mis piernas y me había hecho caer al suelo. Cuando logre salir de ella, me moví tan rápido como pude al baño, esperaba no resbalarme como hace dos días.
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HURACÁN ━━Jeremiah Fisher
FanfictionHURACÁN | En Cousins Beach todo el mundo espera el Verano, incluyendo a Lily. Lily por fin ha convencido a sus padres después de tres años ir a Cousins Beach, sin embargo, no ha visto a los Fisher desde hace mucho. Conrad siempre ha encajado con e...