HURACÁN | En Cousins Beach todo el mundo espera el Verano, incluyendo a Lily.
Lily por fin ha convencido a sus padres después de tres años ir a Cousins Beach, sin embargo, no ha visto a los Fisher desde hace mucho.
Conrad siempre ha encajado con e...
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capítulo diez
Jeremiah
Lily caminaba con una una sonrisa que hacia que sus ojos verdes café se achinaran. No pude evitar sonreírle de vuelta.
Verla de nuevo fue de las mejores cosas que pudo pasarme. No sabía mucho que la había extrañado hasta que no la vi de vuelta.
Dejó caer la tabla al suelo, mientras deslizaba sus shorts, dejándolos caer y mostrando la parte de abajo de su bikini. No pude apartar la mirada, a lo lejos, ya había gente dentro del agua, sabía que no éramos los únicos en el lugar. No podría Desprenderme del bikini.
Tomó su tabla, blanca y con franjas verdes, y yo hice lo mismo con la mía.
—¿una carrera?
—¿Me estas retando, Lily Ross?
—El que tome la mejor ola, gana y El que pierde paga la siguiente salida.
Y salió a correr, con la tabla entre las manos, se sumergió en el agua. Pudo ver a su cuerpo estremecerse y supuse que se congeló en un principio, pero una vez sumergió su cabeza dentro del cuerpo de agua parecía olvidarse de eso, se devolvió a mirarme y yo ya estaba con toda las piernas dentro del agua. Ne recosté en mi tablero para llegar a ella y me acerqué a ella. Mis labios rozaba el lóbulo de su oreja.
—No necesitas la Ola, siempre te he dejado ganar.
Nade hacia una ola y pude sentir la adrenalina en mi sangre. No dude en montarme en mi tabla, con los pies firmes y inmovilizando la cadera cuando entre a la ola, era grande... y sin fuerza.
Pude ver a Lily en otra ola y una mucho mejor, la vi moverse y sonreír mientras surfeaba, no se en que momento sonreía pero sonreí con tanta felicidad que se me cansaron las mejillas.
Una sensación se instalo en mi pecho al verla, era embriagadora, hermosa, impecable. No sabía que significaba pero me gustaba mucho esa sensación.
Las olas intentaban llevarnos de vuelta a la orilla, el viento comenzó a tornarse más fuerte, y casi no podía ver, el viento se estrellaba en mis ojos.
Pude oír las alarmas de la caseta del salvavidas de nuestra área, me alarmé y seguí aturdió un poco el viento, sentí pánico al ver a Lily tan profundo, parecía no percatarse de que la marea se tornaba peligrosa o las ignoraba, porque ella era así, implacable. La llame con agonía pero no me oí, el viento iba en mi contra y la veía lejos, oí de nuevos las alarmas y los salvavidas de la playa avisando que la marejada era peligrosa.
—¡Lily!
No se si pudo oírme pero toda ella se volteó en mi dirección y pude detallarla por un momento, Los reflejos mostraba su cabello ahora mojado rubio castaño. El vaivén de la superficie salada chocando contra sus tabla y ella encima, sentada. Sus ojos verdes parecían cafés a la distancia, pero seguía siendo hermosa. Me quede viéndola, como estupido y no fui por ella.
