Aire

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Conozco la sensación

de una astilla en el dedo.

Ya me he puesto algo nuevo,

algo azul, algo viejo, y algo usado.

Me he desvelado en amaneceres,

atardeceres y madrugadas,

en lugares recónditos he estado.


El sol me ha alumbrado

la piel, el corazón, la mente.

La lluvia ha borrado el dolor,

la buena y la mala suerte.

He leído revistas, libros y miradas,

he respondido, he hecho preguntas

que aún no han sido contestadas.


He llorado, he reído,

me he caído y levantado.

Se me ha volado la cabeza

con algún beso robado.


Veo vida, también muerte,

caminé por jardines inmaculados,

por senderos de ruina y tristeza.

Encendí llamas, y las he apagado.


Armé ilusiones, las deshice;

herí a puño y letra, porto cicatrices.

Digo lo que siento cuando es necesario,

cuando ya todo está dicho guardo silencio y digiero,

que la realidad propia a veces no es la del orbe entero.


Carezco de palabras que puedan explicarse,

carezco de razones que puedan comprenderse.

Me pierdo, y en este mundo difícilmente me encuentro.

Mi elemento no es el fuego, mi objetivo no es la guerra.

Viviré siempre en los suspiros, en la paz, 

en el aire de esta Tierra.

SurtidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora