Mejor no encontrarte nunca.
Perder la chance de sentir tu mirada
con tal de no ver morir las ilusiones
encriptadas en tus ojos.
Mejor no tenerte cerca, perder el lujo
de adivinar tu piel con caricias
nacidas de mi prisa o de tu calma.
Mejor no contar más horas
esperando el inicio de una carrera
hacia los brazos del otro que solo
producirá heridos de gravedad.
Mejor reconocer que estoy rota.
Que no tengo nada que darte.
Ya no funciono como antes...
¿Alguna vez lo hice?
Mejor me rindo, para que vos no te rindas nunca.
Y vivas entero sin que te perturben
las mareas inestables de emociones
que mis lunas provocan.
Mejor que sigas transitando
tu noble camino,
acompañado de alguien
que te ame,
con distinto ardor
pero con el mismo ímpetu:
el de saberte libre,
en pleno vuelo hacia
el destino que vas armando
día tras día.
Mejor no encontrarte nunca.
Mejor nunca...