Tallando frases en las piedras
nos sangraron las manos por no pensar
que la letra débil no afirma nunca
que el dolor no cesa solo por llorar.
Puliendo aristas que no suavizaron
nos desgastamos la voluntad
al encerrarnos con cruel premura,
al impedirnos la libertad...
Fuimos como el bronce
resistiendo golpes,
flexibilizando nuestra humanidad,
fuimos más que nada
sabios conductores
de eternas corrientes
de electricidad.
Fuimos como el hierro
al pasar el tiempo
dejando al miedo
la fluidez matar,
nos hicimos grises
derrochando tintes
de aquel magnetismo
que pedía más...
Somos prehistoria
de corazones
que sobreviven
de forma artificial...