¡OJO!

55 2 0
                                    


Tus ojos, llamas de velas

que aprendieron a desvelarme

¿Qué pretendes al ceñirme 

con fulgurosa mirada?

¿Que me desarme, que me derrita?

¿Que quede loca de enamorada?


Pues te aviso, no traiciono

si dejo en claro que

no basta con encender el fuego,

hay que saberlo mantener.


No tiene que imperar la prisa

para que no se enfríe el calor,

porque entonces solo habrá cenizas

al haberse apagado el amor.


No debe faltar la calma

para sentir la dulce tibieza

de corazones que galopan suave

pero no abandonan carrera.


Mis ojos, aires que juegan

al encontrarse con tus llamas

¿Qué pretendo al decirte esto?

¡Que no haya un incendio

y todo quede en la nada!


SurtidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora