Me decían que eras mío
pero aún faltaban días.
Días, noches y otros cuentos
que no podía evadir,
inmersa entre tanta espera
ansiosa me sentía,
me encontraba muy despierta
escribiendo para ti.
Me decían todo el tiempo,
todo el tiempo me decían
que lo bueno siempre tarda
¡Dos veces bueno mucho más!
Y sucumbiendo en el delirio,
y ahogándose en palabras
mi curiosa alma blanca
esperaba tu llegar.