El tiempo, aquel maravilloso amigo de todos los que buscan olvidar o sanar heridas, había comenzado a apresurarse. Pasaron los meses, Rosella y yo nos encontrábamos a diario, su compañía no era molesta, al contrario, era grata, mentiría si dijera que no disfrutaba verla con un vestido diferente. La variedad de colores era tan extensa que no podía evitar pensar en el jardín de mamá en cada ocasión.
Cada día que pasaba Rosella se convertía en una flor diferente, algunos días era una linda peonía de un color tan único que resaltaba entre todos los demás complementos del campo, y al día siguiente era una linda magnolia que además de su color tan puro se encontraba acompañada de un olor intenso y agradable, me atrevería incluso a decir que era exquisito, pues traía momentos de paz consigo, tanto así, que había ocasiones en las que olvidaba que me encontraba bajo un plan macabro para destrozarla.
Durante todo ese tiempo fue inevitable no tomarle algún tipo de aprecio, de hecho, se había convertido en un lugar seguro, donde algunas veces me tomaba la libertad de ser yo mismo, pero me limitaba, ya que no quería envolverme y contar cosas que pudieran ponerme en evidencia.
En una ocasión nos encontrábamos en su jardín, ella estaba sentada recargada en un árbol, mientras yo estaba recostado en su regazo y leía en voz alta para ella su libro favorito. Sin darnos cuenta habíamos creado un club de lectura para dos; aunque para ser sincero disfrutaba más de ser el oyente, ya que Rosella hacia unos cambios de voz increíbles.
Me detuve un momento, y la mire de reojo, no tardo nada en descubrirme y regalándome una cálida sonrisa me pregunto si todo estaba bien.
- A...ah si - debo confesar que me puse algo nervioso - solo, esta parte del libro me hizo pensar un poco, es decir Edwin tiene un talento maravilloso, y yo me preguntaba si tenías algún talento oculto, te he estado conociendo, se lo nefelibata que sueles ser y me... encanta eso de ti, pero quisiera saber si hay algo que no conozca - decidí levantarme para quedar sentado a su lado y poder observarla a los ojos fijamente, si había algún candado sin abrir en aquellas puertas hacia su alma quería romperlo en aquel instante - ¿Hay algo Rosella?
Me miro con seriedad por un par de minutos y después sonrió, como si hubiera analizado si era correcto decirme.
- ¿Un talento? No quiero sonar soberbia, pero además de ser una excelente lectora y ser capaz de cambiar mi voz de muchas maneras, también soy muy buena actuando, además de que... - guardo silencio y miro a ambos lados antes de proseguir - así como cambio mi voz también soy capaz de modificar mi escritura, muchos de los libros de la biblioteca están escritos a mano, desde muy pequeña me gusto imitar los estilos que encontré, siempre buscando combinarlos para encontrar el mío, el cual podría decir que no he encontrado del todo, pero... me ha servido para algunas situaciones - rio muy bajo y cubrió sus labios avergonzada - pero esa historia te la contaré después, tu dime Dante, ¿Tienes algo que deba conocer?
Muchas cosas pasaron por mi mente, podría mentir sobre algún talento inexistente en mí, para ser más interesante y ser más compatible con ella, después de todo, ya conocía sus gustos y el tipo de personas que le agradaban, podría también mencionar el violín, pero honestamente no quería tocarlo nunca más en mi vida y había una alta probabilidad de que me pidiera alguna demostración si lo mencionaba, realmente yo no era interesante, no tenía algún don o talento, ni tenía mucho que decir sobre mí, el verdadero Dante solo tenía su violín y nada más.
- No - negué con la cabeza para acompañar mi respuesta - soy un simple ser humano que va trazando su camino sobre esta tierra, disfrutando de las piedras con las que pueda encontrarse, de...
- De los puentes que hay que cruzar - fui interrumpido - de todo tipo de adversidad, y ahora que hemos coincidido... me planteo un poco si es buena idea detenerme un poco... - cerró el libro que leíamos y lo abrazo contra su pecho - perdona, pero es de mis diálogos favoritos... buena manera de escapar de mi pregunta Dante.
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Cantarella
RomanceNuestros ojos se empiezan a encontrar Dentro de este mundo de inquietud Deja de fingir, sé que sabes bien el secreto de mi obsesión Mi corazón traté de esconder esta emoción que cubre mi ser el calor de esta pasión no se va a detener... Un amor comú...