Capitulo XII: Resiliencia

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Al terminar de tocar lo que llevaba de la melodía Selene se detuvo y después se acercó a mí muy animada tomando la mano con la cuál tomo el arco casi haciéndome perder el equilibrio.

- Dante, baila conmigo.

- P...pero Selene ¿Quién va a tocar? Además, no sé bailar – le dije apenado.

- Yo.

- ¿Tú?

- Si, tarareare tu melodía, me ha gustado tanto que se me quedo grabado el ritmo y en cuanto a bailar, es muy fácil, yo te enseñaré.

- Está bien – le sonreí un poco.

Camine hacia los tronos y deje mi violín de lado siendo muy cuidadoso, después me volví hacia ella, no podía desperdiciar esa oportunidad, estar más cerca de Selene, dejarme guiar por ella demostrando así que puede dejarse guiar por mí. Mi amor por ella se encontraba floreciendo, lo supe mucho después y lo sé ahora, era como un pequeño capullo que crecía un poco más al sentir la calidez de la hermosa princesa, pero bueno, en ese momento me acerqué a ella y le ofrecí mi mano, si algo sabía de bailes era la típica pose para pedir una pieza a una linda dama, ella acepto mi mano y una energía extraña se apodero de mi cuerpo, recorriendo desde mi mano hasta mis pies y mi cabeza, la mano de Selene era tan suave como lo supuse e incluso más, las ganas de estrecharla contra mí me atacaron y provocaron que comenzará a temblar, entonces ella rompió el silencio.

- Tranquilo Dante, no es nada del otro mundo, primero, pongámonos rectos, después pon tu mano derecha en mi cintura y con la izquierda toma mi mano.

En silencio seguí sus instrucciones al pie de la letra evitando mirar su rostro, ella puso su mano izquierda sobre mi hombro y con la otra acepto el tomar la mía.

- Ahora mira mis pies solo un momento, debes hacer lo contrario a mí, como si fuera un espejo, cada paso tendrá un número ¿de acuerdo? Uno, dos, tres, el más marcado es el número tres... y este, es el número cuatro – hizo una pequeña abertura invitándonos a desplazarnos a otro lugar.

- Uno, dos, tres y... ¿cuatro? – imité sus movimientos.

- Si.

- Bueno, comencemos, estoy listo.

- Primero hagámoslo sin música ¿Sí?

- Estoy de acuerdo.

- Bien – se separó de mi obligándome a soltarla – invítame.

La invite con la conocida reverencia la cual fue correspondida como debe de ser, sin perder tiempo tome la mano de mi amada y su cintura, pero permanecí al margen nervioso de cualquier cosa que pudiera pasar en ese momento, mi corazón estaba tan acelerado que sentía que saldría de mi pecho. Comenzamos a bailar siguiendo los pasos que dictaba Selene en cada movimiento que dábamos, hasta que se detuvo y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Bien Dante, muy bien – volvió a alejarse de mi – ahora usemos tu melodía.

No esperaba que ella realmente grabara cada detalle de mi composición, para mí fue más que una sorpresa escucharla tararear como si fuera acompañada por mi violín. La invite, comenzamos a bailar tal como dijo y entonces le di una vuelta, ahí se detuvo y me vi obligado a hacerlo también, asustándome un poco, confundido sin saber que había hecho mal.

- ¿Pasa algo?

- Cuando me des la vuelta tómame con un poco más con fuerza.

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