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Los días pasaron tranquilos para Bin. Iba del trabajo a su departamento o a ver a sus amigos, chicos y chicas llenaban su DM de mensajes de conquista, ya se sabía que habían terminado con Eunwoo, pero no estaba listo para buscar una pareja nueva.

Mientras tanto Eunwoo se pasaba de copas todos los días en el departamento de Sanha, faltaba constantemente a la empresa y ni siquiera avisaba, su vida estaba yendo cuesta abajo. Necesitaba el calor del hogar que había construido, “y que destruiste” se recordaba constantemente.

Justo un mes después de su ruptura, Bin estaba listo para salir, y aprovechó un viernes por la noche para pasarla con los chicos.

-Binnie, tienes que verte sexy, así que usa los jeans ajustados con la camisa negra, te ves delicioso con eso – nadie se incomodaba con la sinceridad de Sanha, ya era normal, pero todos lo miraron extrañado por el uso de la palabra delicioso – no me miren así.

-Bueno querido mejor amigo, aunque me ves como un trozo de carne y eso me alaga, no pienso tener nada esta noche, así que con una polera holgada basta – Bin si estaba un poco sonrojado, pero no quería mostrarlo, últimamente se sonrojaba bastante con los cumplidos de Sanha.

-Como quieras, era solo para que nos consiguieras tragos gratis.

-Seguro que no es porque te lo devoras con la mirada – soltó Rocky sin pensar, a lo que Sanha contestó con una mirada fulminante.

-Dejen de pelearse por Bin. Querido con o sin camisa negra te ves como toplero elegante, así que no te preocupes – completó Myungjun para terminar de tensar el ambiente.

-Si quieres dejamos a estos y vamos por unas cervezas – le dijo Jinwoo, no quería escuchar dramas hoy, el día que por fin sería “normal” de nuevo.

-Gracias Jinnie, pero debo hacer esto, salir a bailar con ustedes me hará bien.

Ya en el club y con algunos shots de tequila en el cuerpo, los amigos se encontraban en la pista de baile. Myungjun acorralaba a su Jinwoo a una pared para bailarle lentamente mientras depositaba tibios besos en sus labios, Rocky llamó a su pretendiente Chani, y ambos bailaban mostrando lo buenos que eran en su disciplina, casi deberían haber cobrado por ese espectáculo tan lindo. Y mientras Bin y Sanha saltaban en descontrol al centro de la pista, querían moverse y olvidar.

Bin olvidar que aún tenía plagada la mente de Eunwoo, y Sanha olvidar que los sentimientos que había enterrado por 7 largos años habían aflorado nuevamente y con más intensidad que nunca.

-Estás feliz? – gritó Sanha sobre la música sin dejar de moverse.

-SI – contestó Bin entusiasmado – CONTIGO SIEMPRE SOY FELIZ.

-Eres un romántico – le dijo Sanha y le sonrió.

El corazón de Sanha se sentía cálido cada vez que su amigo le hacía un cumplido, cada vez que sus cuerpos se rozaban por el baile, cada vez que lo miraba a los ojos. Y es que desde que se conocieron en el colegio Sanha quedó prendado de Bin. Pero para Bin el pequeño Sanhie siempre fue su mejor amigo, y a esa tierna edad el ahora más alto no sabía cambiar su suerte y mover los hilos del amor. Ahora ya era tarde, Bin estuvo por 7 años con su hermano, nada borraría eso, y por muy enojado que estuviese con Eunwoo tampoco podía fallarle así.

De pronto algo ocurrió, Bin paró de golpe e hizo que Sanha se asustara, su cara no era normal y nadie podía imaginarse lo que vio el chico. Ahí, cerca de ellos bailaban Eunwoo y Han Jisung, mientras se tocaban obscenamente y se besaban al compás de la música. Si alguna vez Bin sospecho de algo, nunca hubiese sido que Eunwoo le era infiel.

-Binnie! – gritó Sanha en vano, al momento que el joven salía de la pista con lágrimas en los ojos – CARAJO! – corrió tras él y lo encontró afuera, de rodillas en el suelo frío, destrozado otra vez – Binnie bonito.

-Nunca lo pensé Sanha – Bin lloraba moqueando en el piso, abrazándose a si mismo en un intento de calmarse – me engañó verdad? Me engañó con Jisung.

-Bin, él… ustedes ya terminaron.

-SOLO PASÓ UN MES SANHA! Yo ni siquiera puedo pensar en amar a alguien más, en mirar a otra persona y él ya dio vuelta la página.

El corazón de Sanha se encogió. No podía ser tan egoísta como para pensar en besar a Bin ahí, decirle que él estaba, que si lo quería podían intentarlo, que no le importaba lo que opinaran los demás.

-Bin – lo abrazó sentándose a su lado, lo que el chico necesitaba ahora era sentir su calor.

-Por favor nunca me dejes Sanhie, por favor – el llanto era desesperado y desgarrador, y destrozaba cada parte de Sanha.

-Nunca amor, nunca – le dijo con sinceridad, con palabras cargadas de sentimientos, sentimientos que en ese momento Bin no pudo apreciar.

EndgameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora