Endgame

8

Los besos continuaron y eran miel en los labios de ambos. A Bin poco le importaba que sus amigos estuvieran en la otra habitación, mientras que Sanha solo pensaba que esto era un sueño y debía aprovecharlo, porque había sido su anhelo más grande. Bin posó a Sanha sobre él y acarició cada parte de su cuerpo.

- Eres hermoso – le dijo mirándolo a los ojos – por dentro y por fuera.

- Tú eres todo para mi – cerró Sanha y se acercó de nuevo a los labios de su mejor amigo, del amor de su vida.

Sanha se movía suavemente sobre Bin, haciendo que cada tacto estuviese plagado de amor, mientras Bin ponía la pasión en cada beso repartido en el cuerpo del más alto, cada caricia los quemaba a ambos, los hacía querer más, hasta que por el aumento de los gemidos el pequeño Sanha, siempre sensato, recordó que sus amigos estaban a pocos metros, su hermano… el ex del chico que estaba besando, podía entrar en cualquier momento.

- Binnie, no podemos – tomó las manos del chico y se acostó a su lado con los ojos bien abiertos.

- Por qué? Acaso no me amas? – Bin sonaba triste, decepcionado tal vez?

- Por supuesto que te amo – la honestidad de Sanha ahora era completa – pero los chicos están al lado, sigues siendo el ex novio de mi hermano.

- Sanhie… puedo hablar con él – los ojos de Bin brillaban con sinceridad, siempre fue un hombre correcto y esa era otra de las cualidades que Sanha amaba.

- Nadie me perdonará Binnie, mis padres… ellos – cerró los ojos pensando en lo mucho que los decepcionaría.

- Puedo hablar con ellos, Sanhie, no voy a dejarte, si lo hubiese sabido antes… - por su mente pasaron todos esos momentos en los que debió darse cuenta, los cuidados, los apodos, las miradas devoradoras, todo lo ignoró por la deslumbrante belleza de su hermano.

- No podemos Binnie – le dijo de nuevo, su voz era firme esta vez.

- No me rendiré. Nunca me rendiré contigo – contestó el mayor besando su mano, se paró y se puso su pantalón de pijama, entregándole un juego completo a Sanha – y voy a esperar por ti – esta vez besó su mejilla – buenas noches mi Sanhie – dijo justo antes de quedarse dormido. Una sonrisa se dibujaba en el rostro de su amado.

La mañana despertó a los 4 invitados del departamento a la vez, y exigiendo desayuno. Jun fue el elegido para ir a despertar a los anfitriones, después de un intenso juego de piedra, papel o tijeras. Abrió la puerta y chilló tapándose la boca, en la cama estaban Bin y Sanha abrazados, y aunque Jun no era de los que juzgaba no podía creerlo ¿es que los anhelos de Sanhie se hicieron realidad al fin? Porque si bien nadie le había contado tenía más que claro que eso de “mejor amigo” era un disfraz de sentimientos. Tomó valor y puso seguro a la puerta para que nadie más viese el interrogatorio que se avecinaba. De puntillas llegó al borde de la cama y acarició con su dedo la mejilla de Bin, haciendo que éste sonriera y hablara con los ojos aún cerrados.

- Mmmm Sanhie mío, ¿quieres terminar lo de anoche? – dijo el mayor acariciando la espalda del otro.

- PERO QUÉ?????? – habló Jun lo suficientemente fuerte como para despertarlos, pero no para que lo escucharan afuera.

- EH???? – Bin abrió sus ojos de golpe y Sanha se tapó con las sábanas para ocultar sus mejillas sonrojadas.

- Qué diablos creen que hacen? Estamos aquí, no tienen decencia?

- Qué haces aquí, no sabes tocar? – dijo Bin claramente afectado, intentando mantener la calma, habían sido descubiertos.

- Qué pasa si era Eunwoo y no yo, ah? Ni siquiera cerraron la puerta! – las palabras de Jun no venían desde el repudio, sino de la decepción ¿cómo iban a ser sus bebés tan descuidados? ¿no aprendieron nada de él?

- Tienes razón – Bin cubrió su rostro con las manos – soy un idiota, Jun no les cuentes por favor, quiero hacerlo yo mismo.

- Me viste cara de suicida? Este embrollo es de ustedes y les mando todas mis fuerzas – dijo Jun palmoteando la espalda de Sanha, nunca podría enojarse por ver el amor triunfar.

- Gracias Junnie – contestó Sanha por fin saliendo de las sábanas.

- Quiero que sean felices, yo siempre supe que ustedes eran endgame – sonrió a sus dongsaengs con amor – ahora levántense antes que los otros sospechen.

Sanha se levantó y tomó un sweater grande de Bin porque el frío de la mañana era agobiante para un cuerpo que recién había sido despegado de otro que lo mantenía tibio. Jun abrazó a Sanha y le mostró que lo ama, lo que agradeció el joven, tal vez no todo iría tan mal, aunque sabía que Junnie era de los más comprensivos. Al ver que Bin no se paraba procedieron a mirarlo feo.

- Qué esperas? – lo encaró Jun con cara de pocos amigos.

- Ehhh… si… yo, yo tengo que esperar emmm… un momento – contestó avergonzado, haciendo reír a Sanha.

- Ay si que eres puerco – lo miró aún más feo Jun – Sanhie no te entregues rápido, hazlo sufrir.

- Lo que tú digas hyung – dijo un sonriente Sanha.

- HEY NO ES SER PUERCO ES BIOLOGÍA – reclamó Bin haciendo puchero.

- Lo sabemos – Sanha se acercó y lo besó suavemente – nos adelantaremos, tú ocúpate de lo tuyo.

- Ay que asco – dijo Jun cerrando sus ojos.

- SOLO QUIERO QUE BAJE NO ME BESES – volvió a quejarse Bin y los otros dos se fueron dejándolo  a media rabieta.