Lauren
El año pasado, yo era alguien que reía por la más mínima tontería y el inicio escolar, o mejor dicho, alguien en particular, estaba acabando con la poca felicidad que tenía.
Acostada en mi cama, no paraba de pensar en las opciones para no tener más encuentros con Lidia, pero esto era imposible; compartir dos clases con ella lo hacía más complicado.
Llegué a considerar que al terminar las clases me iría a mi casa lo más pronto posible y, de tener que esperar allí, me quedaría en la biblioteca, lejos de los demás. Como ventaja tenía que Lidia no visitaba tanto ese sitio.
Una llamada me sacó de mis pensamientos y tomé el celular para contestar.
—Tengo media hora intentando localizarte, Lauren —gritó Dalia desde el otro lado de la llamada.
—La señal no me va muy bien. ¿Necesitas algo? —le pregunté mientras me levantaba de mi cama.
—Sí, que en media hora vengas por mí, me he peleado con mi madre y no quiero estar aquí —dijo y luego soltó un suspiro.
—Ya salgo —le avisé y colgué para alistarme.
Al llegar a la casa de Dalia, esta no me dejó ni tocar el timbre para cuando ya estaba afuera con un bolso que ya no podía contener tanto de lo que llevaba.
—Me iré por una semana, y no estés fastidiando, me jodes mucho cuando lo haces —le gritó a su madre dándole la espalda; esta se encontraba en la puerta y no produjo ningún sonido. —Y tú, no me veas así, ando que me lleva el diablo —me habló molesta.
Ambas nos fuimos caminando a mi casa y media hora más tarde estábamos haciendo las tareas que teníamos pendientes para la siguiente semana.
Apenas era viernes, pero yo quería descansar y estar tranquila lo que quedaba de fin de semana.
—¿Por qué te peleaste con tu madre? —quise investigar. Mi parte chismosa no podía aguantar averiguar qué había pasado.
—Me ha contado algo que me ha dejado un mal sabor de boca, pero no quiero hablarte de eso ahora —dijo y se oía triste y cansada.
—Está bien —fue lo único que pude articular.
Thomás
Mis ojos estaban al borde del llanto. Sin querer, escuché la conversación de mi madre con el doctor y las cosas no pintaban nada bueno, y eso hacía que tuviera más miedo del que demostraba.
Un mensaje llegó y miré mi celular para contestar.
Brandon
¿Te apuntas a los juegos de atracciones que colocaron hace días en el centro de la ciudad?
Eso hizo que sonriera, Brandon siempre tenía un plan y no me dejaba de lado.
Yo:
No diré que no, porque si lo hago igual me llevarás en contra de mi voluntad.
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Serendipia
Teen FictionÉl, deseaba con fervor un milagro, algo que le devolviera esa felicidad que una enfermedad le arrebató. Veía los días pasar sin realmente sentir emoción, procesaba que la muerte en cualquier momento le haría una visita inesperada y le diría que Game...