Capítulo 17.

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Lauren


Los días habían transcurrido y poco se hablaba de mí, aunque tampoco es como si lo hicieran para algo bueno.

Era jueves, afuera llovía a cántaros y los truenos resonaban por todo el salón de clases.

Thomás estaba a mi lado, perdido en sus pensamientos, quería saber la razón de su despiste.

No te hagas, quieres es chismosear.

—He observado que algunos de ustedes escribe fenomenal, y los que no, quiero invitarlos a que lo hagan -comentó el profesor Ramiro llamando nuestra atención. Tomó un marcador del escritorio y escribió una palabra en el pizarrón.

Serendipia

—Circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba, eso es lo que significa. A todos alguna vez nos ha pasado y quiero que desarrollen lo mejor que puedan algo con ese significado. Tienen media hora —ordenó y todos comenzaron a escribir en sus cuadernos, yo por mi parte me quedé observando el mío sin saber cómo empezar.

—No entiendo —intervino Trina con mucha confusión en su rostro.

Se escucharon algunas risas de burla y ella le resto importancia sin dejar de esperar una respuesta del profesor.

—Lo que harán será escribir libremente algo, lo que ustedes quieran, pero, deben incluir esa palabra y su significado. Tendrán puntos extras los que logren sorprenderme —explicó él con tranquilidad.

Quiero la paciencia que tiene para explicar las cosas sin estresarse.






Thomás

Busqué en el mi celular el significado de esa palabra más a fondo, uno de los resultados llamó mi atención, cuando leí lo que decía Lauren apareció en mi mente.

Saqué mi cuaderno y comencé a escribir lo que el profesor nos había asignado.

Unos minutos después, ya lo había terminado, debo decir que me sorprendió todo lo que pude escribir. Definitivamente, estaba inspirado.

Pasados los 30 minutos, el profesor pidió a un voluntario compartir con la clase lo que había escrito.

Todos se miraban los unos a los otros y nadie se atrevía a levantar la mano, excepto yo.
—-¿Debo ir al frente o desde mi asiento lo puedo leer? —pregunté y llamé la atención de toda la clase. Sobre todo la de la Lauren, me veía con asombro.

—Pasa al frente, Decker —me pidió él.

—Él nada más quería que todo a su alrededor fuera una pesadilla y que al despertar la realidad no fuera tan dura. Las risas y las cosas buenas perdieron sentido por culpa de un diagnóstico y, en medio de todo ese caos, pasó. No sé había dado cuenta de cuándo surgió; solo sabía que su corazón no paraba de estar descontrolado y que la causa alteraba todo a su alrededor. Antes de eso, sentía que podía soñar sin miedo a despertar, y después, el miedo lo paralizó. Existía la posibilidad de que un día ya no se despertara más y todo lo que quiso hacer se quedaría en un simple deseo. En medio de una tormenta, lo encontró, o no sabría decirse quién encontró a quién, pero desde ese instante, algo en su entorno cambió. Supo entonces que su corazón, aún con su grave problema, que daba lo mejor de sí, lo sabía, sabía que lo que no estaba buscando, lo halló. Como dicen por ahí, la magia de coincidir; lo cierto es que en ella encontró las ganas de vivir que había perdido. Serendipia significa descubrir, y eso fue lo que sucedió con ella. Descubrió más de lo que él aspiraba.

Todos aplaudieron y el profesor me veía asombrado.

—Al parecer tenemos a un estudiante muy enamorado —comentó sin dejar de sonreír.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora