Capítulo 9.

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Lauren

Había salido temprano al parque que no está tan lejos de mi casa. Era lunes, eran más de las 7 de la mañana. Las clases fueron suspendidas y aproveché para distraerme un rato. Hacía un día hermoso, fresco y perfecto para salir a despejar mi mente de todo el caos que llevaba interno.

Me encontraba sentada en una banqueta que había cerca de un lago que tenía este, ahí estaba un gran árbol que se veía frondoso, el cual me pareció ideal para reposar bajo la gran sombra que proporcionaban sus ramas cubiertas de hojas.

Me traje mi portátil para escribir algo para mi libro, pero ya tenía una hora aquí y no me llegaba nada que me sirviera para escribir al menos un capítulo.

Lo cerré por completo para intentar enfocarme en la gente que transitaba. Esperaba que eso me sirviera para tener más ideas y me sacara de ese bloqueo en el que me encontraba.

Mi vista se detuvo al ver una escena un tanto ¿comprometedora?

En una de las banquetas a lo lejos se encontraba la novia de Thomás y un chico que a decir verdad se me hacía conocido.

Y lo recordé; era el zopenco con el que tropecé el otro día cuando dejé a Dalia en su casa.

Menudo idiota, pensé.

Estaban muy juntos en la banqueta y cuando creí que era una tontería lo que cruzaba mi mente, pasó. Se comenzaron a besar como si no hubiera un mañana.

Además de ser pesada, también era una traicionera.

Dudé en sacar mi teléfono del bolso para hacerles una foto y contarle a Thomás, pero antes de siquiera sacarlo, alguien me tomó totalmente desprevenida.

—¿Qué haces, Julie? —me preguntó una voz con un tono relajado, la cual reconocí de inmediato.

—Bendito sea el creador, ¿tú me quieres matar de un susto o qué? —le grité girando mi cabeza a toda velocidad mientras colocaba la mano en mi pecho. Mi corazón iba a todo lo que daba.

—Te hice una pregunta —me habló Thomás tomando asiento a mi lado.

—Vale, pues seré sincera y directa —hablé juntando mis manos las cuales temblaban —Leti te está engañando con aquel zopenco que ves allí —le señalé en donde se encontraban ambos —tenía que decirlo, yo pasé por algo así y serás fuerte, sobrevivirás.

Le di unas cuentas palmadas en la espalda y
él comenzó a reírse, y yo, no entendía nada.

—Mauricio, el chico que está con ella es mi amigo, nos conocimos en un torneo de un juego que tuvimos en línea y, como el mundo es un pañuelo, terminó siendo el novio de Leti, quien es media hermana de Brandon. Ayer no pude explicarte eso —dijo conteniendo la risa.

Son tal para cual, pensé.

—De hecho, no era necesario —puntualicé guardando mi portátil en mi bolso —¿Además qué haces aquí? —pregunté con la voz un poco temblorosa.

—Si tú lo dices —murmuró—, pero de todas formas, por si acaso, no salgo con nadie. Y sobre qué hago aquí, pues el parque es libre. Vine a correr un poco, te vi y quise pasar a saludarte.

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