Capítulo 30: Una oportunidad

35 7 1
                                    

Habían pasado varias horas desde la confrontación entre Hyukjae y Donghae. El pelinegro se encontraba en medio de su sala en compañia de GD. Por otro lado, afuera de aquel edificio, que por fuera tenía la fachada de ser un edificio maltratado y de aspecto que haría pensar a cualquiera que es un lugar inhabitable, se encontraba Donghae sentado sobre la acera con una expresión de arrepentimiento y tristeza, con la esperanza de que Hyukjae le diera alguna señal que le permitiera saber que el pelinegro al menos creía en su amor.

En el departamento de Hyukjae

- No entiendo a ese chico, ¿qué se supone que hace ahí sentado? - GD observaba a Donghae por la ventana con los brazos cruzados - No se supone que estaba decidido a atraparnos y hasta hace un par de días casi nos mata - añadió frunciendo el ceño, sintiéndose confuso.

- Según él vino a admitir que me amaba, que apenas se dió cuenta de sus sentimientos.. - suspiró al mismo tiempo que se levantaba de su sillón dónde se hallaba sentado - no pienso creerle, sería un estúpido si vuelvo a caer nuevamente en su trampa - dicho esto caminó hacia la mesita cerca de la entrada, tomó la botella de whisky que yacía ahí y se sirvió una copa, tomando de aquel líquido que caliente que parecía quemar su garganta a su paso.

- Te lo dije Hyukjae, pero no me escuchaste. Sinceramente, tuve que contenerme de no meterle un balazo justo ahí dónde está sentado, cuando llegué. Pero primero quería saber que pasaba contigo. Los chicos están en una camioneta camuflada, así que cualquier movimiento en falso tienen la orden de matarlo y a quién sea que se acerque aquí - sentenció GD.

- Perfecto.. - asintió el pelinegro no muy convencido aunque no lo demostraría, no iba a permitirse el flaquear - Bueno olvidémonos del policía, en algún momento tendrá que irse, mejor concentrémonos en nuestros planes y en cerrar algunos de los tratos que tenemos en manos - 

Tanto GD como Hyukjae se concentraron en sus asuntos, las horas siguieron avanzando, hasta que de pronto se hizo de tarde y casi entrando la noche empezó a llover fuertemente afuera. Hyukjae dudaba que Donghae siguiera esperando, pero grande fue su sorpresa al acercarse a la ventana y ver que Donghae aún seguía ahí sentado, esperándolo. Cruzó los brazos en su pecho mirándolo y debatiéndose entre si creer en sus palabras o no.

Por otro lado, Roy que se encontraba dentro de la camioneta camuflada en compañia de TOP y Jun, se sintió mal y preocupado al ver como aquel chico, ese ángel de cabellos castaños, se hallaba sentado sobre la acerca bajo la lluvia y aguantando el frío que empezaba a calarse en su interior. Así que sin decir palabra, bajo de la camioneta, se cubrió con un poncho impermeable para la lluvia, con una mascarilla cubriéndole la mitad de la cara. Se acercó al castaño y se colocó en cuclillas a su lado.

- Disculpe.. - dijo llamando la atención del castaño - ¿le gustaría que le trajera un café ó algo calientito para tomar? - ofreció con una sonrisa que aunque se ocultaba por la mascarilla, sus palabras fueron amables en todo momento.

El castaño por su lado, al principio frunció el ceño ante la repentina aparición de aquel chico. Pero al oír su ofrecimiento sólo movió la cabeza negativamente y le sonrió con cierta tristeza reflejada en su sonrisa.

- ¿Por qué no sube a su auto? Puede enfermarse si se queda aquí.. - le preguntó Roy.

El castaño no respondió más afianzó el agarre en sus piernas pegándolas más a su pecho y enterrando el mentón entre sus rodillas.

Roy se sentía mal por él al verlo así, a pesar de todo lo que les había hecho, a final de cuentas el trabajo de los policías era atrapar a las personas que se dedicaban a hacer el mal. No podían culparlo en su totalidad pues él sólo cumplía con su trabajo. Quiso decirle más cosas pero no podía hacerlo, ya que por muy mal que se sintiera por él. Roy quería muchísimo a Hyukjae como si fuera su propio padre, así que ya no insistió más y se alejó del castaño, regresando a la camioneta.

Hyukjae que había visto todo desde su ventana, sintió como una vocecita en su interior le decía que en ésta ocasión Donghae no estaba mintiendo, no se trataba de ninguna trampa.

- GD.. ¿crees que de verdad.. Donghae.. corresponda a mis sentimientos? - le preguntó con duda.

- No lo sé Hyukjae, yo te diría que lo mejor es que te alejes de él, es un policía después de todo, tú eres el jefe de la mafia coreana, el número uno aquí. Aún si de verdad, entre ustedes dos llegarán a tener una relación, no se les será nada fácil. Sabes de muy buena mano como es nuestro mundo, aquí debes tener los ojos bien puestos, una mínima luz en nuestras vidas y los otros demonios se cogerán de ésta para destruirte, no sólo a ti, sino también al clan -

Hyukjae una vez más suspiró cerrando los ojos y apoyando la frente sobre la ventana.

- Hyukjae hemos crecido juntos y hemos pasado toda nuestra vida juntos hasta ahora. No sólo eres mi jefe, eres mi único mejor amigo y mi hermano, no quiero verte sufrir. No sé si Donghae está mintiendo o si está diciendo la verdad. Pero creo que sólo sus ojos podrán decirte la verdad - añadió GD, colocando su mano sobre el hombro de Hyukjae a modo de apoyo.

Minutos después, Hyukjae finalmente bajó y salió del edificio con un paraguas en la mano. La cual abrió y caminó hasta dónde se encontraba el castaño.

Donghae al sentir su presencia, volteó a verlo, por unos segundos se sintió sorprendido y se paró, quedando frente a frente con Hyukjae.

- ¿Qué quieres demostrar? - le preguntó Hyuk de forma serena.

- Que te amo - Donghae respondió sin pensarlo.

- ¿Por qué debería de creerte? - volvió a indagar el pelinegro.

- Tú me creíste cuando no te amaba, y ahora que sí te amo, no me crees. ¿Cuál es el problema? - le dijo el castaño con la mirada cristalizada.

- No quiero ser traicionado otra vez - dijo con sinceridad.

- Si te traiciono puedes dispararme - el castaño le dijo decidido y muy seguro de sí mismo.

- Disparando balas, usando armas, tomando vidas, armando trampas y estrategias, jugando al gato y al ratón con tus objetivos.. ¿No hay otras cosas que tú sepas hacer? - le preguntó el pelinegro con un toque de sarcasmo.

- No.. pero tú sí sabes.. tú enséñame.. por favor - le pidió Donghae, quién tenía la apariencia de un cachorrito abandonado, en medio de la lluvia, que sólo buscaba un hogar dónde ser feliz.

Hyukjae no pudo ver más que sinceridad en aquella mirada, en aquellos ojos de color avellana. Sonrió con esa hermosa sonrisa de encías hacia el castaño. Soltó el paraguas de su mano y abrió los brazos hacia Donghae. Quién no podía creer lo que estaba sucediendo, sin embargo, no dudó ni un sólo segundo en lanzarse hacia aquellos brazos que ahora lo acogían con amor y sin dudas de por medio. 

Entre El Cielo y El Infierno [Temp. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora