🥀𝕮𝖎𝖓𝖈𝖔🥀

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«Se siente raro convivir con vampiros» Eso solía pensar Meredith hace dos semanas atrás, sin embargo, ha notado que son muy agradables y siempre están dispuestos para complacerla cuando necesita estar sola, o cuando no se siente bien

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«Se siente raro convivir con vampiros» Eso solía pensar Meredith hace dos semanas atrás, sin embargo, ha notado que son muy agradables y siempre están dispuestos para complacerla cuando necesita estar sola, o cuando no se siente bien.

Se encontraba relajada en la bañera, refrescando su piel y limpiando las impurezas de ahí, nada que pudiera arruinar su calma, su momento. Y cuando estuvo el suficiente tiempo metida ahí, decidió que ya era el momento de secar su cuerpo e ir a su cuarto para descansar.

Al salir al pasillo comenzó su camino a sus aposentos hasta que se topó con Jimin justo afuera del baño.

—Jimin, hola. ¿ Pasa algo? ¿ Esperabas que saliera para entrar?

— No exactamente, vengo a probarte. Aún no lo he podido hacer.

Sin decir ni una sola palabra más la colocó contra la pared bruscamente, hizo que Meredith enrollara sus piernas en las caderas del rubio. Sus intimidades estaban muy cerca debido a la posición. Luego de unas cuantas miradas intensas, Jimin mordió el pecho de Meredith.

—Ay, mierda.— se quejó la castaña —Duele.— cerró sus ojos.

Era un sitio en el cual no la habían mordido y por alguna extraña razón se sentía demasiado bien, nuevamente la sensación placentera haciéndola tocar las estrellas.

—Lo sé.— le sonrió.— Sin embargo pronto te gustará.—siguió mordiendo.

Al concluir su comida la depositó delicadamente en el suelo.

— Nos vemos pronto.— me guiñó uno de sus ojos el rubio.— Adiós y gracias.

Meredith suspiró profundamente ya resignada a su situación actual, decidió continuar su anterior caminó hacia su habitación y descansar por fin, ha sido un día un tanto agotador para ella, y ya era necesario acostarse en su cómoda y suave cama.

Abrió la puerta del lugar y entró, deteniéndose al momento de ver quién estaba en su cama.

«En serio, insisto. ¿Por qué siempre llegan sin avisar a mi habitación como si fuera un Hotel.» Pensaba nuestra protagonista. Cerró la puerta y avanzó unos pasos.

—Hola, solecita.— saludó el alegre Hoseok.— ¿Estás bien?— preguntó con rostro inocente como si no estuviera sentado encima de la cama de alguien más en una habitación totalmente ajena a la suya.

— ¿Qué haces aquí?— preguntó la chica en tono serio, ya no le hace gracia que visiten su habitación a altas horas de la noche.

—Siéntate.— indicó con una de sus manos el sitio a su lado.—Quiero hablar contigo.

Ella obedeció. Tomó asiento a su lado encima de la cama esperando que lo que sea que Hoseok le diría, concluyera rápido y de una vez podría irse a dormir. Pero bueno, por ahí se dice que el futuro es incierto y vaya que lo es, ya que el gesto de Hoseok no la convenció mucho de que solo hablarían. Porque él agarró una de sus muñecas y la mordió alimentándose de ella sin pedir antes autorización de la chica. Definitivamente ya Hoseok no está en su lista de “Los hermanos que mejor me caen” que ella se había tomado la molestia de hacer. Ahora Hoseok la estaba mordiendo, alimentándose de su sangre sin haber sido autorizado.

Adicto a tu piel ©(+21)[OT7]✓ ᴱᴰᴵᵀᴬᴺᴰᴼDonde viven las historias. Descúbrelo ahora