𝐖𝐄'𝐋𝐋 𝐁𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒

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Habían pasado ya dos años desde aquel suceso y para YeJi; aún era un poco complicada la vida que llevaba.

Soltó un suspiro y continuando con la pieza, siguió imaginando a una persona acompañándola en ese momento tan íntimo.

We can reach the constellations
Trust me, all our dreams are breaking out—susurró a la par que continuaba con la melodía en el viejo piano.

No, we're never gonna turn to dust
Yeah, all we really need is us—continuó—Don't be scared to close your eyes; No, we're never gonna die We'll be the stars...

Dejó caer una lágrima al recordar encontrarse sola ante aquel instrumento que una vez, compartió junto a su amada.

Oyó unos pasos acercarse rápidamente hacia el lugar en donde estaba, se limpió aquellas escurridizas lágrimas con su manga izquierda y sonrió en grande para su pequeña hija.

—¡Mami!—exclamó la niña al llegar en presencia de su mayor con una gran sonrisa en el rostro—¡Ya es hora mami, vamos!.

YeJi cerró los ojos y sonrió al ver a la pequeña niña quién era la causante de sus sonrisas y del esfuerzo cotidiano que hacía para que no se derrumbara y cayese a un vacío interminable de sufrimiento.

Abrió los ojos y miró a su hija—Con que ya es hora—respondió poniendo sus manos en su cintura haciendo un gesto que hizo reír a la niña—Anda Chae, guardaré las parpituras y luego iremos—dijo a lo que la niña sonriente se acercó a ayudar a su madre.

Tan pronto como acabaron de ordenar, la niña fue corriendo a buscar una bufanda para su madre, quién sonriente aceptó la prenda que su hija le había traído y se la colocó. Miró a su hija con cierta duda y habló.

—¿Irás así?—preguntó la más alta.

—¿A-asi?—preguntó asustada la niña.

YeJi agarró una gorra y la colocó de golpe en la cabeza de su niña—Perfecto.

—¡Mami!—exclamó la niña acomodándose la prenda logrando despeinarse en el proceso.

La mayor no tardó en reír ante las actitudes de su pequeña.

Salieron de la casa entre risas y cariños por parte de la mayor, después de asegurarse de que cerraron la puerta con seguro, la mayor le extendió la mano a la niña quién gustosa aceptó y con una sonrisa guío a su madre hasta el puesto de flores de la señora JooHyun.

—¡Mami mira!—soltó la niña señalando un hermoso ramo que la dueña llevaba en sus manos—¡Deberíamos darle uno igual a mami Chaer!—soltó emocionada.

YeJi solo negó y rió—JooHyun, hola—saludó la mayor acercándose al mostrador.

—Vaya vaya Hwang—respondió JooHyun—¿Lo de siempre?.

—S–

—¡Mami quiere ese ramo!—interrumpió la niña señalando el ramo que llevaba la dueña.

Tanto JooHyun como YeJi miraron a la niña que había hecho un puchero al ver que su madre nuevamente andaba de tacaña.

—Supongo que no puedes negarte Hwang—soltó en burla JooHyun.

YeJi se dió un facepalm al ver que su contraria tenía razón—Ya sabes como son—respondió—Da igual si es para Chaer, no tengo mucho problema.

—Aún duele ¿no es así?—preguntó la pelinegra.

YeJi suspiró—Por supuesto Bae, pero con ChaeYoung a mi lado, el dolor no se hace tan presente.

—Es bueno que tengas una razón para seguir adelante—dijo JooHyun mirando hacia la pequeña que se encontraba hablando animadamente con su hijo—Recuerda que también eres el motor de ChaeYoung y que debes de estar a su lado en todo momento, Chaer lo hubiera querido así Hwang.

YeJi sonrió tímidamente—Aún recuerdo cuando vine aquí a comprar el ramo para el cumpleaños de Chaer—soltó con nostalgia—Quién hubiera imaginado que también sería aquí en donde pediría los arreglos para mi boda.

—Me harás llorar Hwang—dijo JooHyun separándose del mostrador—ChaeRyeong está feliz de haber estado con alguien que la ama con tanto fervor; y ChaeYoung es tan afortunada de tenerte como madre.

—Gracias JooHyun.

—¡Mami mami!—exclamó la niña—Mira lo que YoonGi me dió—dijo mostrandole una linda rosa—Dijo que a mami Chaer le gustaría.

El joven llegó hasta donde la niña tratando de recuperar el aliento—¡No te dije eso!—exclamó.

—¡Si lo hiciste!.

Ambos empezaron una mini-discusión que hizo reír a las mayores.

—Llévate la rosa de regalo Hwang—explicó JooHyun—Dile a Chaer que nos hace mucha falta.

YeJi asintió y agradeciendo a la mayor, le pagó y salió del local con un ramo y de la mano de su pequeña hija.

Caminaron hasta llegar a un lugar silencioso y vacío en donde unas pocas personas acababan de abandonar, hicieron el mismo recorrido de siempre hasta llegar a una pequeña estructura.

Lee ChaeRyeong
2001–2031
"Busquenme entre las constelaciones cuando pierdan el camino a casa"

—Hola Chaer...—soltó YeJi con cierto dolor—Vinimos a traerte esto y a pasar tiempo contigo.

La mayor se inclinó para dejar aquel ramo que había comprado gracias a su hija, suspiró y acaricio suavemente la lápida.

—Te extraño mucho Mami Chaer...—susurró la niña aguantose las lágrimas—Mami YeJi también te extraña—dijo dejando la rosa sobre la lápida—Siempre está cantando tu canción favorita.

YeJi rió levemente—Nos haces falta Chaer... Más de lo que deberías...

Pasaron toda la tarde haciéndole compañía a ChaeRyeong como todas las semanas, aunque YeJi la visitaba a diario, no podía traer a ChaeYoung consigo muchas veces seguidas, a veces la visitaban cuatro días a la semana, otras solo dos, pero sabían que las visitas que le hacían a la ya difunta ChaeRyeong, eran las más importantes para ambas.

—Se hace tarde pequeña—dijo YeJi cargando a su niña—Vamos, iremos en compañía de mami Chaer.

La niña miró incrédula a su contraria quién solo rió por eso.

—¿Por qué?—preguntó la niña.

—Mira al cielo pequeña Chae—dijo YeJi con una sonrisa—Ahí está mami Chaer.

La pequeña obedeció a su madre y observó al cielo atentamente, logrando ver las estrellas, distinguió varias formas, entre ellas, dos personas agarrándose de las manos.

—¡Mira mami! ¡Ahí están mami y tú!—exclamó la niña con entusiasmo.

YeJi estaba orgullosa de su pequeña niña, especialmente por que recordaba como ChaeRyeong se pasaba horas admirando a las estrellas.

—Te dije que mami Chaer nos haría compañía.

Ambas sonrieron ante las palabras de la mayor y miraron nuevamente hacia el cielo, en donde una estrella las guiaba de vuelta a casa.

𝐘𝐄𝐑𝐘𝐄𝐎𝐍𝐆 𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora