ᴛꜱᴜᴛᴏᴍᴜ ɢᴏꜱʜɪᴋɪ

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Advertencia: (Nombre) es una persona transgénero. No quiero ofender a nadie escribiendo esto, así que si en algún momento lo hago, una disculpa de ante mano :( 


Conociste a Goshiki por tu hermano, Wakatoshi. En un primer instante, fuiste bastante reservada con los primeros años. Aún no te sentías cómoda con la gente que no paraba de decir sobre el dichoso hermano menor del as del Shiratorizawa.

— ¿Tiene un hermano aparte de usted? — te preguntó Goshiki con cierta inocencia. Te hizo sonreír, pero no le respondiste nada y Goshiki lo tomó como que te había echo enfadar por ser tan chismoso.

No era su culpa, pero realmente no estabas dispuesta a responder preguntas como esa.

Por suerte, Shirabu se encargó de explicarle que tenías una actitud muy...peculiar.

— Sí ella no se te acerca, ni siquiera la mires. No te atrevas — dijo el armador y el pobrecito de primer año se sintió intimidado.

Quizás es por eso que cuando te acercabas a comer con los amigos de tu hermano, él siempre mantenía la mirada fija al frente para evitar hacer contacto visual contigo. Era demasiado obvio, lo hacía como si fuera una especie de robot y Tendo se reía mucho de sus movimientos.

Fue hasta una mañana donde decidiste saludarlo por el pasillo. Ibas a la biblioteca y él estaba bajando las escaleras.

— Buenos días, Goshiki-kun.

Parece como si se le hubiera quemado algún fusible del cerebro porque sólo pudo murmurar una especie de saludo incomprensible mientras sus mejillas se teñían de carmín y

se apresuraba en bajar las escaleras más rápido.

La reacción te pareció divertida.

Fue inevitable para ti no hacerla cuando te lo encontrabas en cualquier sitio. Era increíble que se pusiera tan nervioso y torpe solo porque le desearas un buen día.

Comenzó a parecerte cada vez más tierno y se volvió casi un hábito que no pudiste quitarte por más que quisieras. Goshiki comenzó a mirarte durante los almuerzos, al principio era levemente, pero después de semanas de haberle deseado un buen día, una mañana te devolvió el saludo con naturalidad. Algo que sin duda te sorprendió, pero te alegro muchísimo.

Fue ahí cuando las miradas discretas del almuerzo dejaron de ser discretas y se convirtieron eran miradas descaradas.

No le interesaba si sus miradas se cruzaban. Goshiki seguía mirándote con un brillo muy extraño en los ojos.

Querías pensar que solo era porque habías estado siendo muy seca con él al principio y ahora eran amigos o algo así.

— A (Nombre)-chan le faltan lentes — murmuró Tendo. Levantaste una ceja, desconcertada.

— ¿Qué quieres decir?

— Es obvio que a nuestro pequeño as lo traes babeando por ti — sonrío, cerrando los ojos.

Fue como si te echaran un balde de agua fría y te quedaste ahí, paralizada e incapaz de decir algo. Fue como si un agujero negro te comiera y te dejara a la deriva.

— N-no es verdad — tartamudeaste.

Tendo ladeo la cabeza.

— Claro que sí. Solo hace falta ver como te mira y como se pone cuando hablamos de ti.

— No digas mentiras, Tendo-san.

El viejo amigo de tu hermano suavizó su mirada mientras iba comprendiendo la situación. Dejó salir un suspiro y te dio una palmadita en la espalda.

ʀᴜʟᴇᴛᴀ; ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora