ꜱʜᴏʏᴏ ʜɪɴᴀᴛᴀ

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"Hinata tiene novia"

Esas tres simples palabras fueron suficientes para dejar boquiabiertos a la gran mayoría del equipo de voleibol al que el nombrado pertenecía.

— Muy buena broma — exclamó Tsukishima.

— Eso fue lo que dijo — explicó Ennoshita. — Lo escuché mientras hacía una llamada.

Los demás solo decidieron restarle importancia al asunto puesto que no creían que fuera cierto. Terminaron de arreglar la red para comenzar a practicar y justo unos minutos después, el dichoso Shoyo hizo su aparición en el gimnasio, luciendo más feliz que usualmente.

Sin embargo, también estaba más distraído que de costumbre. Se le escaparon algunas pelotas que pasaron a centímetros de él, pero que simplemente no vio.

Se disculpó con sus compañeros que solo comenzaron a sospechar aún más.

En cuanto fue el tiempo de descanso, Shoyo corrió hacia su mochila en busca de su teléfono celular. Te había mandado un mensaje de texto antes de que empezará su practica y estaba ansioso de saber tu respuesta.

No obstante, antes de que pudiera ver algo en la pantalla pantalla su teléfono celular, Tanaka se lo quito de las manos.

— ¡Tanaka-san! ¡Devuélveme mi teléfono! — exclamó con algo de vergüenza y euforia.

El pelón dejó salir un grito de emoción y miró a Hinata con picardía.

— ¡Tienes novia! — exclamó y movió sus cejas de arriba a abajo. — Que suerte tienen algunos.

— ¿Qué? ¿Entonces Hinata si tiene novia? — preguntó Sugawara medianamente sorprendido. Shoyo no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran.

— ¿Y como es? ¿Es bonita? ¿Utiliza el maravilloso uniforme negro de la escuela? — cuestionó Nishinoya con evidente emoción reflejada en sus ojos.

— Bueno...ella es de otra escuela — respondió Hinata.

— ¿De donde? ¿De Seijoh? ¿De Dateko? ¿De Shiratorizawa?

— Ella es mi vecina.

Un silencio se sembró entre todos de una forma bastante inesperada.

— Huelo una mentira — comentó Tsukishima antes de darle un trago a su botella de agua.

— ¡No estoy mintiendo! — refutó Shoyo.

— Honestamente me cuesta creer que alguien se fije en ti de esa forma y más con tu insufrible ser — está vez fue Kageyama quien habló.

Hinata rechistó entre dientes y Tanaka le dio unas palmaditas en la espalda para relajarlo.

— Pues aunque no lo creas, si hay alguien a la que le gusto — exclamó el pelinaranja, señalando al azabache.

— Sería agradable conocerla algún día, Hinata — comentó Asahi con una suave sonrisa.

— Sí, a mi también me gustaría conocerla — añadió Daichi.

— ¿Por qué no la invitas al entrenamiento de la próxima semana? — preguntó Tsukishima con sorna, mirando la

reacción de Shoyo.

— No es mala idea — dijo el pelinaranja. — Le preguntaré hoy

— ¡Se acabo el descanso! ¡Regresen a sus posiciones! — gritó el entrenador Ukai. Los chicos dejaron sus botellas de agua dentro de sus mochilas y regresaron a la cancha. Hinata logró recuperar su teléfono celular. Pudo leer el mensaje que le mandaste antes de guardarlo en su mochila y correr a la cancha con una sonrisa de enamorado.

ʀᴜʟᴇᴛᴀ; ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora