ʜɪᴛᴏᴋᴀ ʏᴀᴄʜɪ🍋

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Advertencia: Es la primera vez que escribió un smut entre mujeres así que por favor tengan piedad 😭🤲

— ¡Perdiste!

Nishinoya se paso las manos por el cabello en una forma por desahogar su frustración. Le habías ganado otra vez en una partida de cartas.

— ¿Cómo lo haces? — exclamó. Te encogiste de hombros.

— Me vi una serie y aprendí.

Ennoshita y Narita rieron ante tu comentario mientras que Noya aun seguía quemándose la cabeza con tu maravillosa jugada.

Llegó el entrenador Ukai que les ordenó comenzar a calentar. Tus amigos se juntaron en el centro de la cancha mientras que tu llevabas tu silla hacia la pared para volverte a sentar. Cruzaste tus piernas y colocaste tus manos dentro de los bolsillos de tu chaqueta negra.

Takeda-sensei entró al gimnasio en compañía a Kiyoko, quien te saludo amablemente y tu le devolviste el saludo. Honestamente ya estaban todos del equipo a excepción de una pequeña persona que era la razón por la que ibas a esperar a que el entrenamiento acabará.

— ¡Lamento llegar tarde! — exclamó Yachi al mismo tiempo que cruzaba el marco de la puerta de manera apresurada. Dejó su mochila sobre una silla y sacó su bloc de notas rápidamente.

Ni siquiera notó tu presencia, lo que te indignó un poco aunque sabias que no era intencional.

¿Acaso no estabas tan a plena vista como parecía?

Yachi se colocó a un lado de Kiyoko como era de costumbre.

Después de unos minutos de calentar, un partido de practica comenzó entre los chicos.

No te hacia mucha ilusión ver a tus amigos brincar y pegarle una pelota durante una hora aproximadamente, pero sabías que para Hitoka era importante y por ende, debías tomarle cierto respeto a la actividad.

Después de todo, ella había estado bastante indecisa sobre si poder hacer lo que Kiyoko hacía así que tu forma de apoyarla era yendo de vez en cuando a los entrenamientos a darle ánimos tanto a ella como a tus sudorosos amigos de segundo año.

— (Nombre)-chan — murmuró alguien y buscaste a la persona que te había llamado. Yachi te saludaba con la mano mientras sonreía dulcemente.

Tu le devolviste la sonrisa con entusiasmo.

La pequeña rubia volvió su vista al partido del frente, dejando que tu corazón diera saltos de felicidad infinita que se apoderaron de todo el tiempo que estuviste ahí sentada.

El entrenamiento terminó relativamente rápido, más de lo que hubieras esperado, pero era grandioso.

Podrías disponer de la tarde de tu pequeña novia rubia en cualquier otra actividad ajena a ver chicos sudorosos ir tras una pelota.

— Hoy es día de limpieza — anunció Ukai. — Así que saquen las escobas y comiencen.

Dejaste salir un quejido de horror.

Más tiempo para quedarse en ese gimnasio. Sin embargo, decidiste que ibas a ayudarles como la gran persona que

eras. Te levantaste de tu asiento y fuiste hacia el armario, siguiendo a los chicos de primero que estaban tratando de abrir la puerta.

— ¡No puedo abrirla! — exclamó Hinata mientras tiraba del picaporte. Kageyama lo empujó.

— Quítate. Yo lo hago

El azabache jaló de la manija, pero nuevamente no se abrió. Sin mucha paciencia por detrás, decidiste abrirte pasó entre los chicos e hiciste a un lado a Kageyama con toda franqueza. Levantaste una pierna y pateaste con toda fuerza la puerta en una forma de abrirla que así fue.

ʀᴜʟᴇᴛᴀ; ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora