Capítulo Cuarenta Y Tres: Yo Elegí

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Diederik

—¿Qué dijiste? —. Emdrick me miró confuso. 

Yo quise decir algo pero en cuanto sentí un escalofrío en mi espalda giré mi vista para ver al hombre rubio que estaba viéndome fijamente.
No era como lo imaginaba, incluso parecía más humano de lo que Sirhan me lo había pintado. Sus ojos verdes eran fríos y aunque su cabello estaba despeinado ahora, podía ver perfectamente la cicatriz en su frente, justo a lado de su ceja.

—Sasha —. Gruñí de inmediato al reconocerlo.

Él me miró sorprendido y antes de que me pusiera de pie, Emdrick tomó mi mano para detenerme.

—Diederik, calma.

—Iba a matarte —lo miré molesto—, ¿Cómo podría estar en paz cuando él está vivo todavía?

Volví a mirar a Sasha y esta vez pude notar que su rostro ya no era de confusión sino de molestia.

—El aroma es sútil incluso viniendo de ti.

—¿Aroma? —. Pregunté.

—Te dije que Diederik solo me pertenece a mí —Emdrick parecía ser el único en entender sus palabras—, no hay manera alguna de que él tenga un aroma para ti. No es posible.

—Lo tiene —asintió Sasha—, pero no es un aroma realmente fuerte. Sigue siendo algo sútil.

Yo parpadeé un par de veces y discretamente olí mi hombro buscando un aroma peculiar en el.

—Eros —escuché la voz de Baruk cuando habló—, ¿Qué tan factible es que el aroma que desprende Diederik sea de lo que lleva en el interior?

—Yo... —negó aún aturdido—, bueno, es un demonio, la sangre en sí no debería tener un olor especial para un lobo ya que ninguno de nosotros fue capaz de reconocerlo antes, pero puede que sí, haya una posibilidad.

—¿Y ustedes de qué rayos están hablando? —. Emdrick preguntó.

—Hay algo que debes saber —Baruk se inclinó para mirarlo—, y es mejor que estés calmado para que puedas entenderlo.

Yo no dejé de mirar a Sasha a pesar de que seguía pendiente de la conversación que todos ellos estaban teniendo, no lo entendía, parecía que él estaba demasiado interesado en mí o en lo que yo tenía.

—Hueles diferente a los otros lobos que hemos visto —lo miré confundido—, pero no es agradable, es más bien...

—Detestable —. Sasha terminó de hablar por mí.

La conexión de nuestras frases realmente me preocupó, esto era desagradable incluso para mí.

—¿Diederik? —. Emdrick me llamó.

Sasha miró a Emdrick cuando tomó mi mano y quiso dar un paso hacia nosotros, aunque yo fui más rápido y gruñí en su contra de inmediato.

—No des un paso más —amenacé—, te lo advierto, la única razón por la cual aún no te he cortado la cabeza es porque Emdrick me está sujetando.

Gruñí tornando mis ojos rojos.

—No tientes tu suerte, no soy alguien racional ahora.

—Die.

Miré a Emdrick y suavicé mi mirada en cuanto vi una herida en su mejilla.

—Sangras —lamí su mejilla dejando que mi saliva cerrara su herida—, eso no me gusta.

Emdrick me miró con gentileza y sonrió tranquilo cuando pudo ver mis ojos azules de nuevo.

—¿Qué es lo que te sucede, Die? —. Acarició mi mejilla buscando alguna respuesta de mi parte.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora