Capítulo Veintiseis: Verdad Oculta

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Argus

—¿De qué se trata? —. Pregunté.

—Bueno, cuando un alma pierde energía, normalmente suele deteriorar lo demás —negó con la cabeza—, el cuerpo, la salud; todo resulta afectado cuando la gema empieza a absorber la energía de su creador.

—Lo sé, es parte del dar.

—Bueno, ¿Y qué tal si en vez de quitarle a uno en realidad le quitara dos?

—¿Hablas de fusionar a dos personas en uno? —. Dije incrédulo.

—Bueno, es algo que no he intentado nunca pero podría funcionar si ambas partes son muy unidas en cierta manera —. Comenzó a hablar sin sentido para mí—. No lo sé, hermanos, amigos o hasta los amantes podrían hacer algo así.

—¿Y eso cómo detendría el propósito de la gema? —negué varias veces—, igual seguirá robando la energía de ambos.

—Pero sería menor la cantidad y, cuando las personas se fusionan se tornan más resistentes —. Afirmó casi seguro de lo que decía sin haberlo intentado nunca—. Así las gemas tienen lo que quieren y tus hermanos siguen vivos para contarlo.

—¿Estás seguro de que va a funcionar?

—Quizá lo haga o quizá no. No puedo asegurarte nada cuando no he visto qué tan fuerte es el lazo de tus hermanos con esas gemas, pero de algo sí estoy seguro —asintió. Se veía seguro—. Tú y tus hermanos podrían detener el efecto de esas cosas sobre ustedes al menos por un tiempo. Hasta que descubras la verdad sobre ellas y lo que realmente buscan de ustedes.

Morir o morir a medias, ¿Cuál era la mejor opción?

—Puedes intentarlo y salvar algo de ellos, o puedes no hacerlo e igualmente perderlos —. Torin se encogió de hombros—. Tú eres el que tomará la decisión.

Pensé en sus palabras un segundo.

—Tú estás loco.

—Pero en mi locura hallé la respuesta a tu petición.

—No podría ser peor —me senté en la banca del piano—, ¿Cómo podría mostrarles a fusionarse cuando yo nunca lo he hecho? Ni siquiera puedo llevarte a ese lugar porque está prohibido por mi alfa.

Quizá mintiendo le quitaría la evidente emoción que tenía por volver a mis hermanos su experimento personal.

—Bueno, podría enseñarte a ti —. Se cruzó de brazos—. Pero deberíamos hallar a una persona lo suficientemente capaz de ser uno contigo.

—No la hay —. Negué de inmediato.

—Debe de haber una al menos —sonrió burlón—, no lo sé, una mujer por ahí que estés guardando en secreto.

—No hay tal cosa —. Dije tajante—. Y no trates a una persona como a un objeto que puedes sacar de un bolsillo a tu preferencia, mucho menos a una mujer. Ellas no son cosas.

—Bien, bien —negó rodando los ojos—, pero no digas que no intentar ayudarte, lycan. Yo di lo mejor de mis conocimientos para ti.

—Bueno, es que debe de haber una manera en la que pueda aprender sin tener que...

Suspiré cuando un nudo se formó en el centro de mi pecho.

—Debe de existir una manera en la que pueda aprender el hechizo de fusión aunque sea conmigo mismo.

—Pues si no es con una persona cercana a ti, entonces no se podrá.

No sabía cómo podría explicar que la razón por la que no podía tener a alguien cercano a mí en este instante es porque yo no soy un humano de su tiempo.
No es posible que yo de alguna manera pueda generar un lazo cercano con alguien aquí cuando ni siquiera un miembro de mi familia es cercano a Torin o alguna otra persona de aquí.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora