❝ ┊ No acoses a Jeon Jungkook ﹋ ❞
𝗞𝗮𝗻𝗴 𝗦𝘂𝗻 𝗬𝗵𝗶𝗲 pasa gran parte de su tiempo espiando a 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸 bajo la excusa de que gracias a su fama ganada por el boxeo, su cara en los periódicos garantizaría más ventas. Por lo tan...
Mi poca dignidad no creía lo que estaba a punto de hacer. Esto era una ridiculez. Algo que juré jamás hacer. Tomé una bocana de aire, mirando al chico que de manera atenta esperaba que comenzara a hacer lo que me había pedido.
Me posicioné frente a él, regalándole una mueca de fastidio mientras este sonreía ampliamente. Bien, aquí iba.
—¡Oppa!— arrugué mi nariz de manera tierna. —¡Oppa!— tapé mi rostro con ambas manos.—¡Te amo~!— hice un corazón con ambas manos mientras puchereaba.
Taehyung estalló en carcajadas, pasado unos segundos sostenía su estómago de tanto reír. Cubrí mi rostro con ambas manos, golpeando con mi pie el suyo. Había sido sumamente ridículo.
—¿Satisfecho?— pregunté cruzándome de brazos reteniendo con todas mis fuerzas mis grandes deseos de golpearle. Este asintió, secando algunas lágrimas que se habían escapado de sus ojos.
Ush, maldito bastardo.
—Tan adorable mi pequeña Sun Yhie— toqueteo mi cabello, llevándose un manotazo de mi parte.
—Como sea, yo cumplí mi parte del trato ahora tú— lo señalé con el dedo. —No le dirás a Jungkook que fui yo quién habló de él en el periódico.
—De todas formas no tenía pensado decirle— ey, ey, un momento ¿Qué?, un tic nervioso atacó uno de mis ojos, este se asustó al verme tan seria.— Somos amigos, no iba a hacerlo.
—Te mataré— me miró sin comprender.— Hice el ridículo, ¡Te mataré Kim Taehyung!
Este tras escuchar mi grito, comenzó a correr huyendo por su vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bueno— jadeó. —Oficialmente somos amigos— espetó sacudiendo su camiseta, la cual estaba empapada de sudor debido a nuestro correr.
—Me has hecho bajar mínimo, tres kilos— lo escuché reír. Abrí mi boca tomando una bocana de aire, mis pulmones la necesitaban ansiosos.
—Mira el lado bueno, ejercitaste el cuerpo.
Asentí, en parte si tenía razón.
—Y bien tengo una pregunta— sus ojos me miraron atentamente. —Antes dijiste que el boxeo era un pasatiempo y que no tenías planes de querer dedicarte a el en un futuro— asintió acorde con mis palabras.— ¿Qué es lo que realmente quieres para el futuro?
—Cantar, hacer que las personas disfruten lo que tengo que demostrarles a través de letras y melodías— opinó, en sus ojos se notaba lo mucho que deseaba cumplir ese sueño.
Y eso hizo que mi interés por saber más sobre él creciera.
—Creo que nos volveremos buenos amigos— dije con plena sinceridad.