𝖭𝗈 𝖺𝖼𝗈𝗌𝖾𝗌 𝖺 𝖩𝖾𝗈𝗇 𝖩𝗎𝗇𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄||•𝖩𝗃𝗄.[✓]

28. 𝖭𝗈 𝗌𝖾𝗋 𝖼𝗈𝖻𝖺𝗋𝖽𝖾.

「🥊」

Entré en casa luego de haber corrido como cobarde una vez que me separé completamente del cuerpo de Jungkook, dejando caer mi espalda a la puerta sentí como las ganas de llorar se apoderaban de mí.

Sentía que estaba haciendo algo mal.

Suho me miró desde el primer escalón de la escalera, estaba sentado allí. Seguramente esperando mi llegada.

—¿Quieres hablarlo mientras tomamos té?— propuso al ver mi cara de perro triste. Asentí haciendo que se levantara.— Toma una ducha para que relajes el cuerpo, ¿Quieres algo de comer?— negué.— Vale, ve subiendo, iré en unos minutos.

Como ordenó subí las escaleras, tragando repetidas veces saliva para liberarme del nudo que había estado mucho tiempo en mi garganta y que dolía. Entré a la ducha y dejé que el agua me empapara y se llevara las lágrimas y si era posible todo los recuerdos de este día.

Limpia y con mi pijama puesto, salí del cuarto de baño para dejarme caer en mi cama en donde Suho me esperaba con una taza de té calentito.

—El chico...era Jeon ¿Verdad?— asentí, mi hermano era otro más de los informados con respecto a mi obsesión con el chico.— Pensé que lo acosabas porque es bueno en boxeo, no sabía que era algo sentimental.

—Ni siquiera yo lo sabía exactamente— dije sincera, dándole el primer sorbo al liquido.

—¿Qué sucedió hoy?— preguntó, acariciando una de mis manos.

—Se puede decir que mi mejor amigo demostró sus sentimientos hacía mi a través de una canción y en ese preciso momento me di cuenta que jamás podría corresponderle porque me estaba empezando a gustar quién primero acosaba porque admiraba sus técnicas de boxeo y quién ahora me roba besos fugazmente cuando estamos solos.

El rostro de mi hermano era todo un poema y dejando su taza de té a un lado se dispuso a abrazarme, correspondí al abrazo y una vez que nos separamos continúe:

—Lo más cobarde de todo es que ni siquiera hablé con el chico al respecto, solo me marché agobiada y Jungkook me trajo a casa— solté una carcajada molesta.—, Y soy tan masoquista que terminé besándole cuando se que no pasara nada entre nosotros.

—¿Por qué estas tan segura de eso?— cuestionó Suho levantando una de sus cejas.

—Creo que me volví una especie de entretenimiento para él, hemos hablado máximo unas tres o cuatro veces y siempre termina besándome no se cuales son sus intenciones y no lo sé, soy un desastre emocional ahora.

—Quizás el sea otro desastre emocional y no sabe exactamente que hacer—dio su punto de vista, haciéndome pensar aún más.

—Yo solo quiero dejar de pensar— lloriquié acostándome completamente en la cama y sintiendo como las horribles ganas de llorar volvían a mí.

—¿Qué te parece si dormimos juntos como cuando éramos pequeños y te daba miedo dormir sola?— propuso, asentí haciendo que se acomodará a mi lado.

Lancé uno de mis pies encima de su cadera y me pegué a su cuerpo mientras él se dedicaba a dar caricias en mi cabello.

—Descansa hermanita— susurró, antes de cerrar los ojos