9.𝖲𝖾𝗋 𝖾𝗅𝗈𝗀𝗂𝖺𝖽𝖺 𝗉𝗈𝗋 𝖾𝗅 𝖼𝖺𝗌𝗂 𝗂𝗆𝗉𝗈𝗌𝗂𝖻𝖾.

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「🥊」

Mis ojos se movían veloces, como si fueran
pelotas rebotando de un lado para otro. Seguía a los jugadores de básquetbol con la vista. Mientras Yunho a mi lado apuntaba tanto como podía, su rostro estaba rojo, estaba estresado y no se dejaba ayudar, quería hacerlo él solo.

Por otro lado yo anotaba, lo que captaba más lo que gritaba el entrenador. Los chicos estaban agotados, pero no podían detener el entrenamiento o el entrenador les golpearía el culo, técnicamente esas fueron sus palabras.

Al otro lado de la grada se encontraba el Park pelirrojo que tanto odiaba, junto a su amigo el pelinegro y un par de chicas. También fijaba mi vista de vez en cuando en ellos, mirando discretamente pero a la vez directamente al pelinegro, el cual estaba concentrado en el entrenamiento y no en la chica que intentaba captar su atención.

Estaba dividida, una parte de mi anotaba sobre el entrenamiento y otra apuntaba sobre el pelinegro.

Pelinegro que se veía muy bien en uniforme...

Como sea. Salí de mi trance cuando Yunho bufando a mi lado me lanzó unas diez hojas.

-Yunho deberías...

-Shhtt, es la mejor parte.

Me calló, provocando que me riera acomodando todo lo que me había dado. Lo coloqué en una carpeta, mientras volvía a mi mundo.

El silbato del entrenador hizo que todos los que corrían de un lado a otro pararan repentinamente y se acercaran alrededor del hombre gordito y con canas.

El entrenamiento había finalizado, tomé la cámara, tirando una última foto y comenzando a recoger mis pertenencias.

-Te veo en la oficina, tengo que organizar esto, lleva las hojas que te di, son importantes para mis reportes- disparó de forma rápida.- No dejes nada, si lo haces te mataré- amenazó, señalándome con su dedo.

Quise reírme, Yunho estresado era demasiado gracioso. Colocó su lápiz en la parte de atrás de su oreja y huyó apartando a las personas de su camino.

-Está loco- susurré. A diferencia de él, yo si recogía de forma lenta.

-¡Oye, Kang!- el chillido de Park provocó que brincara en mi lugar, ese maldito chico siempre me estaba asustando.

Aún seguía al otro lado de las gradas, con las chicas y con el pelinegro...él cual me miraba.

Sip, me estaba mirando.

Sip, me quería hacer pis.

Terminé de recoger, está vez de manera rápida, para huir.

Ciertamente se me da muy bien huir. Creo que es una virtud.

-No creas que te escaparás de mi- susurró cuando bajé la grada quedando frente a él.

-Park, solo déjame ¿sí?- pedí, no quería discutir con él.

-No, no hasta que te disculpes con Jeon.

Jungkook nos miró, cuando su apellido salió de los labios de su amigo, el pelinegro se mantenía con las chicas, las cuales me miraban de manera desagradable.

Uys las Barbies.

-¿No puedo decirte a ti y tú a él?- pregunté, regalándole mi mejor sonrisa.

-No.

Mierda.

El pelinegro me miró, de arriba abajo, analizándome.

Quería llorar.

Me daba miedo, que les puedo decir, lo acoso de lejitos, pero le temo de frente. A parte estaba avergonzada, le había lastimado.

-Y bueno.... ¿Estás bien?- pregunté, era la primera vez que le hablaría.

En realidad ya le había hablado pero creo que esa ocasión en la que casi me saca un pulmón no cuenta como conversación.

Este asintió, mirándome con cierta diversión.

¿Qué es lo que tanto le divierte?

Entrecerré mis ojos, dando un paso atrás, posicionando mis manos, que se mantenían detrás de mi espalda, ahora a cada lado de mi cuerpo.

-Vale me alegro...pues, disculpa por lo del otro día- dije, con cierto trabajo y haciendo una corta reverencia, no me gustaba disculparme.

Jungkook sonrió y a mi me temblaron hasta los pulmones, cosa que no era muy posible pero que lo sentí así.

-Vale...adiós- dije esta vez rápidamente, dándole la espalda y caminando directo a la salida.

-¡Oye, mocosa!- chilló Park, él cual fue callado por la voz más gruesa de su amigo.

-Me sorprendió el golpe- dijo, haciendo que frenara mi paso, su voz retumbó en todo el sitio. - Para ser una chica tan pequeña, te cargas una fuerza letal- elogió, quise lanzarme y envolverme en su cuerpo como un koala.

No lo hice, obviamente.

Solo me marché.

Sin poder creer que el mismísimo Jeon Jungkook me había elogiado.

Metas de metas imposibles

Que Jeon Jungkook me elogiara: listo.

La puerta se agitó a mi espalda y caminé por el extenso pasillo hacía la oficina del periódico.

-¡Al fin llegas mujer!- Yunho me gritó, como si su vida dependiera de mi llegada.

O más bien del contenido de las hojas, las cuales me arrebató, incluyendo las propias que había tomado yo misma.

No le di importancia, cuando se le ocurrían buenas cosas se solía poner de ese modo.

Me senté en mi lugar. Jugando como de costumbre con mi lápiz. Al parecer los demás aún seguían con sus tareas, ya que nos habíamos dividido para recoger informes y los únicos que habíamos acabado habíamos sido los menores.

-Yunho- capté su atención, aunque no levantó la vista para verme.- ¿Quieres un refrigerio?

Asintió, me levanté de mi lugar. Saliendo de la oficina y caminado a la cafetería.

El instituto estaba en mucho silencio... algo no está bien...Falta algo.

Mientras caminaba y le daba vueltas al asunto, un "a" acompañado de una sonrisa salió de mi boca. Lo que faltaba era la música clásica que ponía el director en los altavoces y que ahora mismo había comenzado a sonar.

Miré a ambos lados, realmente moví mi cabeza como si se tratara de una cámara de seguridad por todos lados. Y comprobando que nadie me veía, comencé a mover mis caderas sutilmente de un lado a otro al ritmo de la música clásica, suave, sensual, como si me dedicara a trabajar en un puticlub de alta sociedad.

Si, a veces me sentía media putilla y era capaz de bailar hasta "Para Elisa" de Beethoven.

Tristemente esos bailes sensuales solo los conocían las paredes de mi habitación.

Llegué a la cafetería, abriendo los portones y volviendo a comportarme como la típica chica casi invisible que era.

Un jugo de uva me vendrá bien.





*Perrea con Beethoven*

Okno, ¡hola!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy.

Es el primer capítulo donde el Jeikey y la Sun Yhie hablan *omaigash que se note la emoción* fueron tres tristes palabras, pero algo es algo.

Cuídense mucho y manténganse sanos.

𝖭𝗈 𝖺𝖼𝗈𝗌𝖾𝗌 𝖺 𝖩𝖾𝗈𝗇 𝖩𝗎𝗇𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄||•𝖩𝗃𝗄.[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora