11. 𝖵𝖺𝗆𝗈𝗌 𝖺 𝗎𝗇𝖺 𝖿𝗂𝖾𝗌𝗍𝖺.

608 87 62
                                    

[🥊]

¡¿Por qué todos se enteraban de lo que se supone es un secreto?!

—¿Cómo diablos sabes eso?— pregunté

—Taehyung borracho, habla mucho— se encogió de hombros.— Y entonces, ¿Te pones de una puta vez los guantes o las vendas?

—¿Por qué debería confiar en ti?, ¿Acaso ya fuiste a decirle a Jeon que lo acoso y que escribo sobre él en el periódico?— solté, maldiciendo entre dientes al haberle dado más información que ahora utilizaría en mi contra.

—Así que fuiste tú...

—Si, fui yo— espeté molesta.— ¿Algún problema?

El paliducho alzó ambas manos soltando una risilla mientras negaba.

—Calma fiera, no diré nada, solo quiero ver que tan buena eres. Tu madre te halagó mucho el rato que habló conmigo sobre ti.

—Está bien, solo, deja de molestarme cuando esto acabe— pedí, este asintió.

A pasos pesados me dirigí a uno de los casilleros del fondo, abriendo el que me correspondía hace bastante tiempo y saqué de este los guantes rojos y negros que me pertenecían.

Miré estos y sentí una presión incómoda en el pecho. De pronto quería llorar.

Los regresé a su lugar, no quería usuarlos. Tomando una bocana de aire me giré sobre mis talones en busca de un par de vendas elásticas para mis manos, será algo rápido, no necesito guantes.

Miré a Yoongi molesta, este me esperaba descalzo sobre el ring.

¿En serio debo subir ahí?

En sus manos llevába los protectores para que golpeara en ellos. Por la pequeña escalera subí, abriéndome paso entre las cuerdas para poder entrar. Miré a ambos lados percatándome de que nadie estuviera viéndonos. Y un poco tensa me coloqué frente a él.

—Venga, relaja el cuerpo, solo estamos tú y yo, deja la mente en blanco y muéstrame lo mejor de ti— pidió, de manera generosa.

Este chico era bipolar. Pero sus palabras me ayudaron, moví mi cuerpo, estirando este un poco y colocándome en la poción inicial. 

Ambas manos a cada lado de la cara, incliné un poco una de mis rodillas mientras miraba fijamente el rostro de mi oponente.

—Comencemos— asentí a su pedido.

Como era de esperarse, y como en los viejos tiempos, recibí un par de órdenes mientras me indicaba a donde moverme, golpe derecha, golpe izquierda, esquiva, cubre, agacha. Aún no había perdido mi escencia, lo sentía, mi cuerpo extrañaba esto.

—Bien, suelta todo, golpea—pidió y ciertamente lo sentí como una señal para descargar mis frustraciones.

Así que como pidió, comencé a lanzarle golpes sin intención de herirle.

Y pasaron las horas, dos exactamente, cuando me pidió que descansara.

Dejé caer mi cuerpo en el mismo suelo del ring, mientras mi pecho subía y bajaba, dirigí mi mano hacia mi frente y sequé el sudor de esta.

—Sabes— comenzó a hablar sentándose a mi lado.— Eres más buena de lo que me imaginé.

Y me sonrió, de manera genuina, cosa que no me esperaba para nada.

Me ofreció una botella de agua y se levantó, retirándose del lugar una vez que recogió todas sus pertenencias.

Imité su acción con la ayuda de mis manos y pies y saliendo de la cuadricula, busqué en mi mochila mi celular, marqué el número de Taehyung. Quitándome las vendas elásticas.

𝖭𝗈 𝖺𝖼𝗈𝗌𝖾𝗌 𝖺 𝖩𝖾𝗈𝗇 𝖩𝗎𝗇𝗀𝗄𝗈𝗈𝗄||•𝖩𝗃𝗄.[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora