✨ 2. Las casualidades no existen

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Paseaba de un lado a otro por el salón mordisqueando mis uñas.

Ya casi eran las 11 de la mañana y Abby seguía sin aparecer. Con lo nerviosa que estaba, me había enfadado que no llegara pronto para desahogarme con ella, pero después de unas horas, el enojo pasó a la preocupación.

El sonido de unas llaves tras la puerta me hizo correr y abrir, ahora sí, enojada otra vez

—¿¡Dónde estabas!? —cuestioné. Mi amiga me miró perpleja—. ¿Tienes idea que hora es? ¡Te he estado llamando!

—Lo siento Ali, ayer estabas como boba y me aburrí de hacerte entrar en razón. Lamento abandonarte, pero conocí a una chica increíble, nos fuimos a su departamento y... bueno, ya sabes cómo funciona.

La evalué de pies a cabeza, estaba completamente bien. Se veía sana y feliz. Debió haber tenido una buena noche de sexo.

Luego de evaluar que estaba todo bien con ella, volví con mis propios problemas.

—No tienes idea de lo que acaba de pasarme Abby.

—¿Qué? ¿Estás bien? —preguntó evaluándome de la misma manera.

—Anoche... conocí a Jayden Parker.

—¿¡Qué!? ¿¡Cómo!? —chilló. La entendía, yo aún no encajaba que todo esto fuera real.

Me dejé caer en el sofá y ella se sentó a mi lado, mirándome con interés.

—Apareció de la nada y me pidió que condujera su auto porque lo estaban siguiendo unos tipos. Vinimos aquí, lo ayudé con una herida de su mano y se marchó. Creí que era un sueño hasta que dos detectives aparecieron en mi puerta esta mañana y me mostraron una foto de las cámaras de seguridad al pasarme una luz roja.

—¡Alana! —exclamó boquiabierta—. Te dejo sola unos minutos y empiezas a recrear Rápido y Furioso con tu amor platónico. ¿Estás segura de que no fue un sueño?

—Eso no es todo. Los detectives me están obligando a que los ayude en una investigación contra el padre de Jayden.

Abby agarró mi rostro con fuerza analizándome con sus hermosos ojos avellana.

—¿Estuviste comiendo esos pasteles divertidos de nuevo?

—¡Abby! Estoy hablando en serio —exclamé, frustrada, liberándome de su agarre—. ¡Todo es verdad! ¡Yo misma sigo sin creérmelo!

—Entonces, conociste a tu amor platónico anoche y ahora unos detectives te necesitan para que vuelvas a acercarte a él e investigar a su padre —resumió. Yo asentí frenética—. ¡Escúchate, Alana! ¿Cómo esperas que te crea?

—Debo ir esta noche al casino Wonder Palace, Jayden me dijo que me pondría en la lista para entrar.

—¿¡Estás bromeando!? —exclamó con los ojos abiertos.

—¡No! Y esto se pone peor.

—¿¡Aún hay más!? —chilló abriendo mucho los ojos.

—Tengo que encontrar un objeto. Un teléfono celular que contiene la información que los detectives necesitan.

—Ali, no... Tiene que haber alguna manera de que puedas zafarte de esto, esos detectives no pueden obligarte a que investigues a ese empresario contra tu voluntad.

—Podrían arrestarme.

—¿Arrestarte? ¿Por negarte a ayudarlos?

—Por pasarme una luz roja.

—Estoy segura de que eso debe ser abuso de poder. —Abby se cruzó de brazos con el ceño fruncido—. Bien, de todas formas no vamos a desaprovechar la invitación para ir a uno de los lugares más exclusivos de esta ciudad, ¿no? ¿Qué te vas a poner?

[#1] La promesa de un deseo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora