[#1] La promesa de un deseo©

✨ 10. ¿Confías en mí?

Nota:

La música transporta, trae recuerdos y revive emociones.

Escuché esta canción escribiendo el final de este capitulo.

Escúchenla si quieren.

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Geb me miraba con el ceño fruncido, esperando que añadiera más información, pero ante mi falta de palabras, fue él quien habló:

—¿Por qué crees que me buscan? —preguntó, inseguro—. Eso es imposible, recuerdo a todos mis amos y ninguno de ellos lo ha sido antes. No tienen como saber que existo.

—Al principio solo era una sospecha —expliqué, dejándome caer en el sofá. Pero cuando te encontré ellos insistieron en que no era el celular que buscaban. Y después de lo de ayer, y lo de hoy...

—Espera —interrumpió—. ¿Qué dijiste?

—Que ellos insistían en buscar un cel-

—¡Eso no! ¿Ayer también te atacaron? ¿Por eso estabas asustada?

—Oh, eso. Bueno... —Dudé. Geb se sentó a mi lado indagándome con su intensa mirada—. El detective Jaffer estuvo en el casino.

—¿Qué? —exclamó, furioso—. ¿Te hizo algo?

—¡No! Solo dijo... cosas.

Geb me observaba con los ojos entornados, indagando en mis sentimientos. Tragué saliva y desvié la mirada esperando que eso le dificultara un poco su labor.

—Es peligroso. No vuelvas más a ese lugar —ordenó. Alcé las cejas con sorpresa

—Ni hablar, no puedo dejar de hacer mi vida por un par de detectives locos —me quejé.

—Entonces iré contigo.

—Geb, no creo...

—No era una petición.

Definitivamente, ahora con un poco más de autonomía, la personalidad de Geb estaba resaltando aún más.

—¿Y si alguien te reconoce? ¿Si el padre de Jayden te ve y...?

—Amira, nadie me reconocerá. Este cuerpo es solo para ti.

No lo dijo de manera sugerente, pero no pude evitar pensarlo. No me acostumbraba a la idea de que físicamente se viera como alguien que fuera atractivo especialmente para mí, porque no se parecía en absoluto a Jayden que había sido mi amor platónico desde los 14 años.

—¿Y si alguien siente la magia? —insistí.

—Correré el riesgo.

—Tal vez podría pedir algo que me haga más fuerte o invencible. —bromeé.

—Eso sería más sensato. —Se acomodó en el sofá cruzándose de brazos—. Pero como sé que no lo eres, ni siquiera lo propuse.

Caminé hasta allá y me senté a su lado.

—No seas idiota. —Le di un manotazo que él respondió con una sonrisa—. Así que estás lleno de misterios Geb. Me encantaría poder descubrirlos.

—Me encantaría poder decírtelos.

—¿Y si lo deseara? —pregunté. Geb me observó al mismo tiempo que yo lo miraba a él. Su hombro estaba pegado al mío, por lo que la distancia a la que estábamos era considerablemente cerca—. ¿Si deseara tener las respuestas a todas estas preguntas?