La corte carmesí

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Llevaba ya un buen rato caminando, comenzaba a desesperarme, se supone que tendría que haber llegado ya, suspiro ¿Y si tomé el camino erróneo?

Me siento en un tronco, trato de respirar, después del encuentro con ese demonio de pesadilla, las visiones habían disminuido, aún me dolía un poco la cabeza pero determinar la realidad se había vuelto más fácil, abro mi mochila y saco el mapa que Anne me dio, tomó un puñado de hojas secas del suelo y las dejó caer sobre este

—Locum amissi. —el viento sopla levantando las hojas, creo que me estoy volviendo buena en esto, sonrió y me preparo para retomar la marcha, termino de guardar el mapa cuando me topo con el guardapelo, por alguna razón decido abrirlo.

Al hacerlo la luz que se refleja sobre el termina proyectando una rosa en el aire, trato de tocarla y esta se transforme en una espada, siento una extraña corriente recorrerme, trato de cerrarlo pero no lo consigo.

Luego una fuerte descarga me empuja hacia atrás, siento una corriente recorrerme y luego el guardapelo se cierra de golpe.

Trato de entender lo que acaba de ocurrir pero entonces me miro reflejada en un charco en el suelo y casi me voy de espaldas.

Algunas mechas de mi cabello se han tornado color plata, parece como si mi rostro se hubiese afilado, la mano donde antes sostiene la piedra vuelve a arder, cierro los ojos y cuando los abro un extraño dibujo se forma en ella, es como si una enredadera se extendiera desde la muñeca hasta la punta de mis dedos, formando hilos casi invisibles, giro la mano.

En cuanto la luz toca las marcas comienzan a entrelazarse bajando hasta mi muñeca, tiñéndose a su vez de una peculiar mezcla de rosa, plata y dorado, la enredadera formaba grecas perfectas, sumamente sutiles que destellaban cual mar de estrellas, finalmente se detienen escondiendo un grabado casi imperceptible.

Haeres Legit” ¿Qué querrá decir? lo ignoro, vaya que ha sido un día largo, camino un poco más y finalmente la encuentro, la entrada al santuario.

Me sumerjo en el agua, tal como Anne me ha dicho, abro el guardapelo y me aseguro de tener bien guardada la piedra, en cuanto abro el guardapelo una nueva imagen me golpea, estoy sentada en la biblioteca repasando unos textos, algo resplandece al costado de una de las mesas; mi cabeza duele y vuelvo a la realidad, reflejo la luz y en cuanto lo hago todo empieza a temblar, las rocas se alinean, un fuerte resplandor cubre el lugar, segundos más tarde el agua comienza a brotar a borbotones, me armo de valor, respiro hondo y entró al santuario.

                       ———<>———

Llevába rato caminando, la verdad ya me estaba cansando.

Al principio fue interesante fingir ser Adeleila pero la verdad comenzaba a aburrirme, de pronto veo a alguien acercarse ¡Diablos! ¿Qué esta chica no tenía nada qué hacer?  

—¡Lony! ¿Qué haces aquí? Esta no es tu clase.

—Ya se pero… quería hablar contigo, quise hacerlo está mañana pero con Sheyla no me fue posible.

—Hablemos entonces, cuéntame qué pasa.

Ella suspira—Queria... Mejor dicho quiero disculparme contigo, realmente lamento lo de ayer, no sabes cuánto, no sé qué me pasó, supongo que perdí los estribos.

—No tienes nada de qué disculparte, descuida, entiendo, vete tranquila.

—¿Acaso me estás corriendo? ¡Qué pasa contigo! Ayer le suplicabas a Less que viniera contigo porque no querías estar sola y hoy que me cuelo para hacerte compañía me ahuyentas, algo aquí no me cuadra ¡¿Quién eres y qué hiciste con mi amiga?!

¡Rayos! es buena, esta chica sería una gran analista, quizá después me pensaré el reclutarla —No sé de qué hablas Lony ¡Soy yo!

—A otro lado con ese cuento. —pone una mano sobre mi pecho y me mira amenazante— ¡Lo repetiré una última vez y si osas no responder, te juro que gritare! ¿Quién eres?

Sonrió, supongo que no me quedará de otra —Sabes, eres bastante perspicaz, no planeo decirte quien soy, ahora eso está de más pero dime, has escuchado hablar de la Corte Carmesí.

—¿La qué?

—Ven Lony, tenemos mucho de qué hablar, quiero proponerte un trato.

                         ———<>———

Siento el golpeteo del agua, me abro paso y antes de siquiera notarlo, estoy dentro, es como estar tras una cascada, el quiebre del agua crea una amplia bóveda, realmente es más grande de lo que se ve a simple vista

Un pedestal se alza en el centro del templo, caminó hasta él y cuando pongo un pie sobre él miles de imágenes comienzan a reproducirse en las paredes, es como ver cientos de pantallas reflejándose en el agua al mismo tiempo.

—Bienvenida al santuario del tempo Adeleila.

— ¿Quién anda ahí?. —Un hombre alto, cubierto de runas y con un báculo en mano sale de entre las sombras.

—Soy Racnald, Sharrow descendiente de la real familia de Delaros, miembro de la corte de la rosa y guardián de este santuario, dime princesa ¿Qué es aquello que más anhelas saber?

— ¿Princesa? ¿Por qué todos se empeñan en nombrarme de esa forma?

— ¿Es eso lo que deseas saber?. —Asiento no muy convencida, él parece notarlo.

—¿Estás segura de tu respuesta?  recuerda que el conocimiento es poderoso pero también una gran carga y un terrible presagio, hay cosas para las cuales simplemente no estamos listos ¿Estas tu lista para esto?

Suspiro y recuerdo las palabras de Anne—Me dijeron que no debo preguntar sobre mí.

—Saber de más puede ser peligroso, puede alterar el camino que se ha marcado pero si es tu deseo no puedo hacer nada en contra de ello, así que nuevamente pregunto ¿Es ese tu deseo?.

Niego con la cabeza—Muero por saber, pero sé que no debo hacerlo, al menos no aún, sería poco sensato de mi parte arriesgar todo por un capricho.

—Sabia decisión ¿Puedo ayudarte con algo más?

—¿Tenemos esperanza?

—Me temo que el camino es incierto, un rumbo conduce a la destrucción y otro será nuestra salvación, el camino tiene que ver con aquello que hace mucho se escribió, una vez que el equilibrio se restaure todo volverá a su sitio.

— ¿Qué destruyó el equilibrio?

—Lo que siempre lo destruye, la avaricia, el deseo de poder, la desunión y las peleas como especie, cuando no hay paz la oscuridad acecha, esperando hasta la más pequeña grieta para arrasar, hemos logrado frenarla, pero me temo que se fortalece cada  día, roba la energía de la tierra, busca consumir todo y a todos pero no todo está perdido, la oscuridad se combate con luz y así como la oscuridad avanza la luz también puede hacerlo, todos tenemos un papel, los dados están echados, cuando llegue el momento ¿Podrás asumir el tuyo?

—Es que no sé cuál es mi papel, todos hablan del destino y de cómo todo ya fue escrito pero nadie me dice que es lo que esperan, cual es mi lugar en todo esto y francamente tengo miedo de no descubrirlo a tiempo.

—¿Segura que no lo sabes? tal vez solo no quieres verlo. —él sonríe—Pero bueno, tarde o temprano lo harás, ten un poco más de fe en ti, cambiando de tema, me parece que tienes algo para mí.

Asiento y le tiendo la piedra, él sonríe y la arroja hacia arriba, yo me alarmo y corro tratando de atraparla pero esta nunca cae al suelo, yo lo miro un poco molesta— ¿Qué has hecho?

—Lo que tenía que hacer, ahora la piedra está en el momento y lugar que debe, quita esa cara tampoco es que haya matado a alguien o algo así, la transporte donde debía, esa era mi misión, si no tienes otra pregunta, creo que hemos acabado aquí, fue un placer conocerla señorita Navier.

—Te has confundido, yo no... —él negó y comenzó a reír, no me dejo terminar pues simplemente se esfumó.  

Legitima HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora