La reina y el cazador

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"Tenía mucho frío, podía escuchar el golpeteo del agua tras de mí, poco a poco recupero la conciencia, siento algo obstruyendo mis muñecas, es molesto, abro finalmente los ojos... el lugar es oscuro y apenas alcanzo a ver algo, de pronto escucho pasos, Ethan aparece en mi campo de visión, siento que mi corazón se acelera, puedo ver el miedo dibujado en sus ojos

—Despertaste. —susurra por lo bajo.

—Ethan yo... puedo explicarlo, no es lo que crees.

— ¿Eres tú no es cierto?

—No... No entiendo de qué estás hablando.

— ¡Eres tú! ¡Eres la forastera, tú mataste a la reina! Tu mataste a la reina y por eso tienes su marca. —siento las lágrimas caer por mis mejillas y niego repetidas veces.

—¡Yo no la mate!

— ¡Entonces por qué nunca me dijiste nada!.

Trato de contener las lágrimas—¡Solo trataba de protegerte!

Él niega—No se como pude ser tan ciego, mi instinto me guió a ti en primer lugar, debía haberlo escuchado, eras mi misión y una parte de mí lo sabía, pero no quise verlo, francamente no se que me hiciste, las pistas estuvieron ahí todo el tiempo, pero decidí dudar, decidí confiar en ti y ver lo que ocurría, grave error de mi parte.

Sus palabras consiguen lastimarme y confundirme por igual ¿era su misión? ¿De qué está hablando? — ¡Te estaba protegiendo! ¿Qué no lo ves? ¡Yo te quiero!

—Tu no me quieres, tú ni siquiera me conoces, de hacerlo sabrías que yo jamás estaría con alguien como tú.

—¡Ethan por favor escúchame te lo suplico!

Él golpea mi mejilla con fuerza y yo no puedo más que contener el dolor

—¡Cállate asesina!

—¡No soy una asesina!.— siento como mis ojos se oscurecen y todo mi interior comienza a arder, reprimo mi energía y trato de calmarme, sé que no lo hizo apropósito, esta dolido, respiro, la magia no me controla soy una con ella.

Calmo mi energía como mi madre me enseño y ya más tranquila suspiro y lo miro.

— Se que estas enojado pero te juro que no es lo que parece, te dije que mi pasado era complicado, te pedí que te marcharas ¡Pero no lo hiciste!.—tomo su rostro tratando de calmarlo—Ahora te pido que me escuches.—él me empuja hacia atrás asustado.

—¡¿Cómo rompiste los amarres?! Esas cuerdas son irrompibles.

—Todo truco tiene una salida, nada es infalible, mi madre me enseñó eso.

Descubro mi marca y se la muestro

—También me enseñó que la marca no es transferible, la energía y el sello se comparten pero cada marca es única ¡Mírala! ¡Esta no es la marca de la reina Elizabeth!

El mira la marca un momento, pero de la nada comienza a negar—No sé qué artimaña estés jugando pero no pienso caer en ella.

—No es ningún truco, es la verdad.

Se lleva las manos a la cabeza y niega

—¡Es mentira, eso no es verdad!.—trato de acercarme a él pero de la nada me apunta con una espada—¡Aléjate de mí!.—sus ojos reblandecen y entonces lo veo, veo sus marcas, el sello de su espada.

—¡Eres un cazador!

Mi afirmación lo toma por sorpresa, acerca más la espada hacia mí y yo retrocedo—¿Como es que puedes verlas? solo otro cazador puede, amenos que... eres una Ignoch, una cazadora radical, prácticas la magia oscura.

—No es así, mi magia no es oscura, no soy una de ustedes y parece que ya lo has olvidado, pero los cazadores no son los únicos capaces de ver las marcas.

—¡Qué tonterías dices, nadie exceptuando a la reina puede ver a un cazador sin ser uno!

—Ahí tienes tu respuesta, solo la reina puede y cuando la Reina Elizabeth murió yo me convertí en su sucesora, por eso tengo la marca de Era, por eso tengo tanto poder, por eso puedo verte, porque yo no maté a la Reina jamás podría matar a la mujer que me dio la vida. "

                     ———<>———

Adeleila llevaba ya un rato dentro del salón del ser, eso comenzaba a preocuparme ya que no es bueno estar ahí tanto tiempo, estoy por entrar a buscarla cuando escuchó pasos, rápidamente cierro la entrada y me escondo pero al parecer no fui lo suficientemente rápida

—¿Quién eres y por qué te escondes?.—escucho su voz y me paralizó, una lagrima traicionera rueda por mi mejilla, me duele tener que evitarla, en verdad la echo de menos, me gustaría poder contarle la verdad pero se que no puedo hacerlo.

Estar lejos es la única forma de mantenernos a salvo, nos vi morir, vi todo desmoronarse por mis actos, la única manera de cambiar la historia era sacarme de la ecuación y por mucho que me dolió así lo hice, se que a ella le dolió mi partida, pero también para mi fue muy doloroso, ella era mi familia, pero en ocasiones hay que hacer sacrificios por la gente que amamos, mis pensamientos son interrumpidos por el eco de su voz

—¡Te hice una pregunta!.—repite ella, estoy segura que me vio, ella me reconoció por eso está tan empecinada en hacerme salir, no me cabe duda de ello, a medida que se acerca a donde me encuentro mi corazón se acelera , prontamente proyecto un muro sobre mí, espero que sea suficiente para que no consiga verme.

—No consigo verte pero sé que estás aquí ¡sal ahora, es una orden!.—estoy pensando qué hacer cuando en ello se escucha un estruendo, la pared se abre y Adeleila sale, suspiro aliviada, esta al ver a Clere hace una reverencia y la mira extrañada—Majestad ¿A qué debemos su visita?

—Adeleila eres tú. —puedo escuchar un ápice de decepción en su voz, toma aire y recupera la compostura—Debes excusarme yo... creí haber visto a alguien, bueno no importa, me alegra verte ¿Estás lista para mañana?

—Si eso creo, la verdad aun tengo muchas preguntas pero creo que me encuentro más tranquila, al fin comienzo a entender.

—Me alegra escuchar eso, se que serás un gran miembro de la corte.

—¿Miembro de la corte? Pero la ceremonia no es hasta mañana en la noche, no puede saber eso aún.

—La ceremonia es un formalismo, el sello te escogió el día que nos conocimos ¿O es qué acaso ya lo olvidaste?

—Si le soy sincera, ese día es bastante confuso.

—Si, supongo que tienes razón, pues bueno fue un placer verte, es probable que volvamos a encontrarnos pronto, pasaré la noche aquí para poder escoltar a las candidatas en la mañana, que pases buena noche.

—Igualmente majestad.

                       ———<>———
"—No podemos aceptar, es una locura

—Vamos, piénsalo no es tan descabellado, es nuestra oportunidad de romper los lazos del plan que se ha marcado para nosotros, de ser algo más y formar parte de algo más grande.

—No lo sé Camil no estoy seguro de que sea una buena idea, suena demasiado descabellado.

—Todo en esta vida lo es, no intentar por temor a fracasar es como no vivir, pensando que un día vas a morir, es un hecho y una realidad y es aterrador pero no puedes perderte lo bueno solo por temerle a lo malo, siempre hemos dicho que somos guerreros ¿no?—asiento—¿Entonces por qué no volverlo realidad?" 

Legitima HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora