"En estos últimos días mi tía Eleonor ha intentado ponerse en contacto conmigo mediante nuestro vínculo familiar, se que está preocupada, me esperaba hace un par de días, ese era el plan que mi madre había trazado para mí, por desgracia no podía seguirlo; sabía que me estaban cazando y quedándome con ella la pondria en peligrome y yo no quería eso, me negaba a seguir arriesgar a aquellos que me importan, además, esperaba que alejándome de esto finalmente pudiese vivir sin miedo. Deseaba un hogar más que cualquier cosa. Estaba harta de huir, de esconderme, solo quería ser libre; si debía vivir como humana para lograrlo, bien, entonces así sería.
Toco la puerta un poco temerosa ¿Y si no sabe quién soy? ¿Qué pasa si me rechaza? Siento mi corazón al mil por hora y me harmo de valor, debe recordar algo ¿No? Si no, no habría logrado regresar al mundo mágico, suspiro y finalmente llamó a la puerta... supongo que tendré que averiguarlo
Tras un leve rechinido la puerta es abierta, revelando a una mujer canosa de edad avanzada, ojos aceitunados carecientes de vida y una dentadura amarillenta, siento su esencia muy leve por lo que deduzco que ha de ser una humana, ella me mira molesta --¡Qué buscas aquí!
-Lamento molestarla, busco a Richart Lavont ¿Sabe dónde puedo encontrarlo?.-Al escuchar el nombre de mi padre su mirada se ensombreció, se quedó unos segundos en silencio y luego pareció reaccionar
-¡No conozco a ese hombre!. -Me cerró la puerta en la cara, pero, no me di por vencida y volví a tocar, sabía que ella tenía información de mi padre de eso no me cabía duda-¡Por favor, necesito hallarlo, ayúdeme se lo suplico!
Abrió la puerta de sopetón- ¡Niña tonta, no supliques por él, no vale la pena!. - Suspira un poco más calmada -Pero si tal es tu deseo de hallarle, ve a la ciudadela y busca la torre del reloj ahí podrás encontrarlo, ojalá no te arrepientas. -dijo eso último casi en un suspiro, frunció el ceño y volvió a su mesquina actitud-¡Ya tienes lo que quieres, ahora lárgate de mi casa!. -asentí y me fui de ahí antes de que pudiese volver a cerrarme la puerta en la cara.
Baje hacia el río y cruce el puente hacia la ciudadela, observó asombrada los altos muros de granito y las casas de adobe que se alzan sobre el montículo, pero en cuanto entró la fantasía se rompe y me abraza el silencio, a medida que avanzo observo como el verde de los matorrales se mezcla con el ocre de los muros escondiendo poco a poco la ciudad hasta casi hundirla en el follaje, miró hacia arriba, observo las ruinas de una antigua fortaleza y más allá de ella la torre donde espero hallar lo que busco. Me encamino hacia mi destino, el piso de la escalinata está desgastado y debo andar con cuidado para no terminar desprendiendo alguna roca, llegó a la cima, estoy cansada pero el ansia es más, así que ignoro el ardor de mis piernas y recorro el tramo que me falta. ¡Finalmente voy a conocerlo!
Llegó a los pies de la torre, las paredes están notoriamente desgastadas y se encuentran cubiertas de hierbas, una gran reja se interpone en mi camino, intento abrirla, pero esta no cede, suspiro frustrada y trato de localizar otra entrada, después de mucho buscar encuentro un hueco en uno de los muros y me dispongo a entrar, pero soy interrumpida por una voz a mis espaldas.-¿Qué buscas aquí?
Miro al hombre tras de mi, este me analiza con un par de apagados ojos negros apenas cubiertos por su cabello obscuro adornado con mechas blancas. Doy un paso al frente y el alza sus manos cubriendo su cara, en cuanto lo hace veo que sus manos están cubiertas por guantes y un toque sombrío acompaña su mirada-Estoy buscando a Richart... Richart Lavont ¿Le conoce?. -El hombre abre los ojos sorprendido y me observa.
-Sabes, me recuerdas a alguien. -suspira y mirando hacia el horizonte exclama-Mi Elizabeth... cuanto te extraño. -Después de un momento parece reaccionar y vuelve a la realidad, para este punto estoy absorta ¡No puedo creerlo! ¡Es él! ¡Al fin encontré a mi padre!
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Legitima Heredera
FantasyHay secretos que pueden destruirnos pero hay verdades que parten el mundo en más de dos mitades. Hay historias no contadas y voces acalladas que convergen en el caos y que en algún momento alguien oirá gritar... Esta es la historia de una chica qu...