EL REY DE LAS MENTIRAS

PLANES SINIESTROS

Mimzy se encontraba creando aquella poción que quitaría de en medio la imagen de la princesa del corazón del príncipe o eso ellas esperaban.

-aprovecha mezclar esto en la bebida de mi lord durante la fiesta de esta noche, se cautelosa y mucho cuidado con que te atrape, yo iré, pero no me hare cargo si te pasa algo. –

Ese día el príncipe planeaba presentar a la futura emperatriz ante su pueblo, sabía que la joven había hecho presencia en el pueblo y sabía que algunos de los pueblerinos quedaron encantados con la dulzura de la princesa, Rossie se encontraba arreglando todo en el salón principal del castillo con tal de que la ceremonia fuera todo un éxito, Charlotte estaba cada vez más convencida en convertirse en la esposa de Alastor pensando que tal vez eso ayudaría a que le perdonara la vida a su amado padre aunque realmente eso estaba muy lejos de su realidad.

El príncipe estaba preparándose para la gala, realmente quería impresionar a la hermosa dama que se mantenía en su castillo, él quería por todos los medios convencerla, además que siendo realista él ya no era muy joven que digamos por lo que debía preocuparse en procrear descendencia para su reino y continuar con su linaje, además que ciertas formas en el cuerpo de la princesa lo hacían recordar que era un varón y que necesitaba la delicadeza del cuerpo femenino.

-su majestad, ya los preparativos se encuentran listos para empezar, iré a ver si nuestra princesa ya se encuentra lista-

El príncipe iba a ir tras Rossie, pero ella se había adelantado llamando a Moxxie y a Husk.

-venga con nosotros querido príncipe, hay mucho que debe supervisar además de incomodar a nuestra futura princesa. –

Dijeron ambos al unísono cada uno tomándolo de un brazo, por lo que nisiquiera puedo refutar asi que se limitó a bufar, mientras la princesa se encontraba sentada mirándose al espejo, aquel hermoso vestido con encajes color blanco la hacía ver hermosa junto con aquellos hermosos labios en rojo pasión, haciendo juego con el rubor natural de sus mejillas, la misma se sobresaltó al ver a Rossie ingresando a la habitación, la misma quedó maravillada ante la acertada elección del príncipe.

-hoy será proclamado tu compromiso para con Alastor y aun no le has dado una respuesta. -

Dijo la dama esperando la joven comprendiera lo importante que era para el príncipe la respuesta de aquella hermosa dama.

-no te preocupes aceptaré la propuesta, quiero que él olvide de su venganza y tal vez el amor pueda borrar sus heridas. -

La dama esperaba que la joven tuviere razón, pero con lo orgulloso que era este lo más probable era que desistiere de desposarla, pronto la ceremonia iba a comenzar el joven príncipe se puso de pie y todos sus súbditos le prestaron suma atención.

-damas y caballeros, esta noche me sirvo a celebrar mi compromiso con la princesa Charlotte Morningstar a quien desde hoy deberán tratar con respeto como lo han hecho conmigo, por favor pídanle a la dama que pase.

Pronto las trompetas sonaron anunciando la llegada de la hermosa princesa, todos quedaron maravillados con su belleza, Alastor al verla portando aquel vestido rojo quedó sin habla habría elegido bastante bien la prenda para tan fina dama, el cómo grácilmente sus senos se acoplaban perfectamente al escote del vestido haciendo que su vista inmediatamente quedase fija en medio de estos, la joven reverencio a los presentes y por supuesto también al príncipe.

-es un honor para mí convertirme en parte de este pueblo asi que mi señor acepto ser su futura esposa-

El joven quedó completamente congelado en su lugar, la joven por fin había aceptado su propuesta, los súbditos celebraron a gran voz la respuesta de la princesa, quien veía completamente encantada al príncipe que sería su esposo, Rossie aplaudía conmovida entre lágrimas, su ahijado sería Rey por fin y tendría a una hermosa dama como su reina, a quien no gustaba esto último era a Claire quien no estaba nada complacida ni por cómo se veía aquella belleza de dama ni de su respuesta, una extrajera como ella llegar al trono que no le pertenecía con un hombre a quien no amaba o eso pensaba la condesa.