VOTOS NUPCIALES

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La semana paso entre el trajín de la mismísima boda, Charlotte quería sentirse alegre por casarse, pero algo en pecho dolía al pensar que el joven solo lo hacía por venganza a su padre, por un minuto olvido como todo había sido planeado, Alastor se había encargado bien de enseñarla a defenderse con espada y a defenderse, pero contra algo que había en su pecho no sabía cómo debía defenderse, había intentado por todos los medios intentar aclarar su situación con el joven Alastor pero no tenía tiempo para ella siempre pasaba ocupado, pronto llego el día de la boda la joven se encontraba llorando siendo escuchada por Angel y Millie.

- ¿Qué sucede Charlotte princesa? -

Dijo el albino acariciando con cuidado la espalda de la joven.

-voy a casarme con alguien que nisiquiera comprendo si me ama o no, nisiquiera sé si solo significo parte de su venganza-

Millie quería reconfortarla, pero no sabía cómo pues si el joven siendo él mismo era todo un misterio.

-puedo asegurarte que está enamorado-

Dijo Angel intentando hacerla sentir mejor.

-él ha rechazado constantemente a la condesa, según las aldeanas a ninguna mujer trata de esa manera-

La joven aun asi no estaba tan segura, pronto la boda comenzó todo el reino estaba presente atento a los movimientos de la joven quien con duda se acercó al príncipe quien para variar se vería mucho más apuesto ese día, aunque la dama no se quedaba atrás con el hermoso vestido que portaba.

-querido pueblo de Woodstock, con ustedes como testigos iniciamos esta ceremonia donde el príncipe Alastor desposara a la princesa Charlotte del reino Morningstar, si hay alguien en la boda que sepa de algún motivo por el que no pueda realizarse que hable ahora o callé-

Ante lo dicho todos quedaron en silencio incluida la princesa, luego de los votos matrimoniales y del sí ambos intercambiaron anillos y bebieron de la misma copa, para comenzar con la celebración, luego de horas ambos se retiraron a los aposentos del príncipe los cuales estaba decorados con pétalos de rosas rojas, la joven sintió como el príncipe la tomaba entre sus brazos haciéndola ingresar en habitación dejándola reposar en la cama, claramente el príncipe si había notado el cambio del estado de animo de la joven princesa.

- ¿sucede algo que te moleste amada mía? –

La joven suspiró con tristeza.

-solo significo el éxito de tu venganza? -

El joven se sorprendió ante aquella incógnita que le brindaba la joven rubia, el príncipe negó.

-no, sé lo que dije, pero no era solo por la venganza-

La joven se sorprendió ante lo dicho.

-lamento haberte arrastrado a una boda que no disfrutarías es solo que, deseaba tanto volverte mi esposa-

Dijo ruborizándose levemente e intentando evitar el contacto visual con la dama.

- ¿Cómo sé que no me mientes? -

Dijo la joven incorporándose en el acama para sentarse, el joven tomó la mano delicada de la fémina llevándola a su pecho, haciendo a la joven ponerse nerviosa.

-mi corazón solo late a si cuando estoy contigo, no me gusta aceptar las cosas cuando son tan cursis, pero supongo cuando se está enamorado es difícil no volverse cursi-

La joven se ruborizó al escucharlo, pronto la misma besó los labios masculinos haciéndolo sorprenderse, pero a diferencia con la condesa el príncipe correspondió con gustó aquel beso, separándose inmediatamente.

EL REY DE LAS MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora