PREPARATIVOS

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La princesa ahora que caminaba por el pueblo no podía dejar de ser vitoreada y respetada por los demás ahora se había confirmado que la joven sería la esposa del príncipe de Woodstock, algunos se alegraban con ella y algunos otros como Claire y Mimzy estaban en desacuerdo ya que les parecía más una estúpida princesa pomposa con aires de grandeza pero realmente lo que estaban eran celosas del que el príncipe haya puesto sus ojos en la belleza de la joven la cual parecía no ser solo física si no sentimentalmente.

Alastor se encontraba escuchando a sus aldeanos intentando solventar a cómo podía sus carencias y problemas, pronto alzó la vista hacia la joven que estaba expectante de su actuar.

-querida mía si gustas tomas asiento a mi lado, asi aprovecharemos a que te familiarices con el que será vuestro pueblo también-

La joven notó el trono junto a Alastor el cual era de cedro rojo con incrustaciones de rubíes, el marco en color dorado, ella no era adivina para saber que ese trono no estaba allí antes, solo el del príncipe, con mucho nerviosismo se acercó al pelirrojo quien extendía su mano hacia la dama, quien la tomó con gentileza, pronto la joven se sentó en aquel hermoso trono junto al suyo.

-ese es el lugar que merecer mi futura reina-

La joven se ruborizó por completo ante lo dicho por el príncipe, aun no podía imaginarse como reina.

-deberé enseñarte algunas cosas que como mi reina deberás aprender, por ejemplo, a resolver los problemas de tu pueblo, además de darte una armadura de batalla, yo te protegeré como pueda, pero no quiero que seas indefensa si no estoy cerca, por la tarde te presentarás ante Crymini con tus escoltas Millie y Vagatha ambas también aprenderán a defenderse cuerpo a cuerpo, yo te enseñare a defenderte con un arma asi que luego irás conmigo.

La joven se sorprendió, su padre jamás le habría enseñado cosas como esa, Alastor era mucho más precavido.

-por ahora voy a dejar que mi prometida se encarde resolver algunos de sus problemas, no se preocupen aún me quedaré supervisando que tome una decisión correcta-

La joven se sentó casi hasta el mediodía escuchando y solventando problemas, claramente Alastor le brindó una mejor solución a una que otra diligencia, la joven se sentía más útil que en su propio reino donde generalmente no era más que la niña consentida del rey, pronto el joven se puso de pie y le ayudó a ella.

-bien cómo te lo dije debes ir ahora con Crymini, debo encargarme de suplir y abastecer de comida a mi pueblo-

Alastor depositó un beso rápido en los suaves labios de la joven princesa.

-hasta más tarde querida mía-

Pronto la joven se encontraba con una chica de vestimenta y peinado estilo vikingo.

-mi nombre es Crymini, soy parte de la guardia del señor Alastor, el cree que las mujeres no debemos ser débiles incluso Rossie aprendió defensa propia conmigo y sí que sabe utilizar un abrecartas, pregúntale a su difunto esposo. –

La princesa observó con atención a la joven frente a ella, la cual se encontraba de brazos cruzados, no se veía ni más alta que ella ni mucho más corpulenta.

-primero los vestidos con falda larga son un impedimento asi que le pediré se deshaga de esa ropa de inmediata y se ponga esto. -

La joven quedó sorprendida por mucho al ver las ropas varoniles que ahora le eran entregadas, sin rechistar mucho, pronto se sentía irreconocible sus envidiables atributos eran cubiertos y opacados por aquella ropa.

-primero emplearemos la lucha cuerpo a cuerpo. -

La joven después de largas horas y caídas además de uno que otro golpe logró defenderse a mano limpia, pronto mallugada y adolorida llegó ante Alastor, quien no solo se emocionó levemente al notar lo excelentemente bien que se veía con una ropa un poco más tosca, sino que también se alarmó al verla tan golpeada.

-Moxxie, necesito que traigas agua, un paño y algo para desinfectar heridas. -

El joven asintió mientras Alastor le pidió a la joven sentarse, luego de unos minutos Moxxie llegó con lo solicitado, para comenzar a atender las heridas de la joven.

-lo siento a veces Crymini hace caso omiso a mis órdenes cuando se emociona, le pedí fuera un poco más suave contigo-

La joven observaba con atención lo serio y concentrado que se encontraba el príncipe mientras atendía sus heridas, no podía evitar sentirse atraída por aquel caballero, pronto el joven le miró a los ojos sonriéndole de nueva cuenta, el corazón de la joven azotaba fuertemente dentro de su pecho.

-bien creo que podemos comenzar-

Dijo poniéndose de pie seguido por la rubia, le dio una espada, pero la misma era pesada por lo que tuvo varios inconvenientes para sostenerla, por lo que Alastor le ayudo con el agarre sosteniendo sus manos con delicadeza, pronto la joven logro sostenerla, Alastor le pidió a ella que lo atacase cosa que la preocupo ya que temía herirlo cosa que no sucedió, pronto la practica terminó, la joven se despidió del príncipe para tomar un baño y presentarse en la cena, el joven fue interceptado por la condesa Claire.

-príncipe querido, me alegra volver a verle. –

Dijo la misma admirando el físico de aquel hombre que le alborotaba las hormonas solo con verle.

-quisiera decir lo mismo condesa, lamento decirle que mi tiempo está escaso debo darme un baño y cenar para continuar mi trabajo asi que espero lo que tenga que decir no me tome mucho tiempo-

La condesa no pudo evitarlo, tomó desprevenido al príncipe besándole en los labios, el mismo la hizo soltarle inmediatamente.

-te amo Alastor-

Dijo mientras se aferraba a la esperanza de que el joven le correspondiese, pero fue lo contrario.

-lamento no corresponderte querida, por eso nunca te prometí casarnos, te aprecio como amiga, pero nunca te miré de otra forma, espero puedas pasar de mí y buscar tu propia felicidad-

Antes de que se fuera la joven lo detuvo tomándole de la muñeca.

- ¿Qué posee ella que no tenga yo? -

Alastor se ruborizó, no le agradaba admitirse como un cursi más.

-no es mi deber decírtelo y tampoco diré lo que me atrae de ella frente a ti, la única que debe saberlo es ella-

Dijo soltando su agarre y yéndose mientras la condesa caía de rodillas comenzando a llorar, dolía más escucharlo de sus propios labios, ella esperaba con la falsa esperanza de ser desposada por Alastor, pero no sería de esa manera.

-si no eres mío Alastor me aseguraré que tampoco seas de nadie-

En la hora de la cena Rossie observó al joven príncipe por unos minutos.

-joven Alastor, no quiero importunar a ninguno de los dos, pero me gustaría saber ¿ya has elegido una fechar-

Alastor se ruborizó se le había olvidado por completo la joven sintió que la comida se le había detenido en la garganta del susto.

-esperaba fuera dentro de una semana-

Esta vez la sorprendida había sido Rossie quien escupió su vino.

-UNA SEMANA, mi lord eso es demasiado pronto, siquiera la ha dado el tiempo suficiente a la joven de asimilar el compromiso-

Charlotte estaba en acuerdo con Rossie ya que para ella también le parecía muy pronto.

-debo recordarte querida que la idea de la venganza sigue en mi cabeza-

Realmente ese era el escudo de Alastor porque lo que realmente pasaba es que el joven no soportaba más la idea de estar lejos de ella, realmente lo comía la ansiedad de llamarla esposa y reina.

-oh ya veo-

Dijo la joven rubia comprendiendo que la prisa era por tomarla como esposa como algo que simplemente debía suceder.

-Bien, iniciare con los preparativos de inmediato para que todo esté listo para la próxima semana.

EL REY DE LAS MENTIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora