Varios días habrían pasado en aquel horrible castillo, la reina Charlotte se encontraba en su habitación, por algún motivo el rey no dejaba que saliera de su habitación, la joven se mantenía con un semblante sombrío y triste, casi no comía nada de lo que le llevaban y las noches, no recordaba mucho de ellas, pero al día siguiente se sentía sucia y utilizada, las damas que se encargaban del aseo de la joven se sorprendían y cuchicheaban entre ellas.
A veces en las tardes el rey Seviathan se atrevía a visitarla para luego ir con alguna de sus concubinas o alguna que otra pueblerina, por eso había cuchicheos en los pasillos de aquel castillo.
-buenas tardes mi hermosa esposa-
Decía de manera altanera y cínica el joven de cabellos negros.
- ¿Qué es lo que quieres? -
Dijo la joven de mala manera mientras aquel varón se acercaba a ella.
-no te preocupes no busco nada de ti, para mi mala suerte lo que buscaba ya alguien más lo había tomado-
Dijo mirando con desdén a la joven.
-pero no te preocupes, nadie sabrá que mi esposa no es más que una ramera que permitió que un don nadie la desflorara, además me es aburrido tomarte sin que siquiera opongas resistencia, es más no emites ni un solo sonido cuando te tomo. -
La joven escuchaba todas esas sucias palabras con resignación, sin poder siquiera golpearlo y huir por el bien de su madre y del consejero tendría que soportar aquello, sintió repulsión al sentir como uno de los dedos del joven recorría delicadamente su cuello.
-aunque siéndote sincero, tienes el mejor cuerpo que haya visto, unos hermosos, firmes y suaves pechos, y el aroma que despides en medio de ellos es una delicia, tus piernas largas, firmes y suaves y ni que decir de tu entrepierna es que rellenarte solo una vez no basta, pero no tengo tantas energías como para hacerlo más de una vez, en algún momento este reino se llenara de niños que tengan mi sangre incluyendo a mi querida esposa. -
La joven no pudo evitarlo, al sentir nauseas ante aquella descripción vomito inmediatamente, asustándose también ante la sospecha.
-agg que asco, llamaré a Loona para que limpie. -
Dijo menos mal la joven evitaba verse atractiva para el rey lo que menos deseaba era que ese cerdo le pusiera las manos encima, pronto Loona llegó a la habitación a limpiar lo que la princesa había desechado, la misma quería ayudarla, pero la joven no se lo permitió.
-no se preocupe, puedo hacerlo yo sola-
Luego de terminar observó la palidez de su señora.
-mi reina no sea yo impertinente, pero me temo que he visto muchas veces este tipo de síntomas en muchas otras mujeres, por lo que he de recomendarle no comentar nada al rey sobre la sospecha que también veo ronda su cabeza. –
La joven asintió con suavidad ¿Cómo callaría esto ante aquel que la controlaba la mayoría del tiempo?, la misma llevó su mano hacia su vientre y comenzó a llorar, si era de ese imbécil no lo quería, no quería llevar la vergüenza y la carga de ser madre del engendro de un ser tan despotá como aquel.
Mientras tanto en otro lugar Alastor se encontraba casi cerca de su destino, tenían el tiempo casi limitado para revivir a Moxxie.
-lo lamento, todo esto ha sido mi culpa-
Comentó el caballero de rubios cabellos.
-no se preocupe no tomaré su vida ya se lo había mencionado, pero tomaré la vida de ese miserable que se llevó a mi reina-
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EL REY DE LAS MENTIRAS
Fiksi PenggemarAlastor es un príncipe con una misión de venganza, el mismo dará con el punto débil de su enemigo, lograra concretar la venganza contra Luzbel