Capitulo 7

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Pablo: ¿Qué insinúas?.- Se levantó y caminó hacia su hermanito.- Hasta la fecha nadie ha querido deshacerse de mí y para tu información, ayer por la noche una chica la trajo para mí.- Eso provocó una risa en el menor.

Manuel: ¿Una chica la llevó a tu departamento?.- Preguntó cuando dejó de reír.- Debió haber sido una repartidora.- Rió de nuevo y eso irritó al rubio.

Pablo: Fue una chica linda y vive en uno de los edificios junto al mío.

Manuel: Entonces la conoceré ¿No es así?.- Sonrió de lado.- Y dices que es una chica linda ¿No?

Pablo: Oh no, Manuel mantente alejado de ella.- Lo miró con los ojos entrecerrados.

Manuel: ¿Por qué? yo también quiero una tarta como esa.

Pablo: Para tu información, ella ya tiene pareja.- Se cruzó de brazos.- Así que si quieres evitarte problemas, mantente alejado de los Andrade ¿Entendiste?

Manuel: Bien, bien iré por mis cosas al hotel en donde me quedé ayer ¿Me das la dirección de tu apartamento? llegaré por ti para ir a comer ¿Estás de acuerdo?

Pablo: Claro, Tomás comerá con nosotros entonces.- Vio que su hermano estiró la mano y el rubio lo miró con una ceja alzada.

Manuel: Las llaves de tu coche.- Cerró y abrió su puño frente a él.

Pablo: Ugh... sólo regrésalo sin rasguños Manuel.

Le entregó su llavero y Manuel salió del estudio de su hermano mayor con dirección al estacionamiento, visualizó el auto y sonrió presionó el botón de alarma que estaba en el llavero y los seguros del auto se bajaron.

Manuel: ¡Ah!, esto será de lo mejor que me imaginé.- Dijo emocionado y arrancó el auto con dirección al hotel donde había pasado la noche anterior.

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Manuel estacionó el auto en el estacionamiento del edificio que sería su hogar a partir de algunos días, se miró en el espejo que se encontraba en el auto, acomodó su cabello y miró su sonrisa, bajó del auto y abrió la cajuela para sacar las dos maletas que había traído desde su hogar cerró la cajuela y se dio la vuela, topándose con una cabellera castaña.

Marizza: ¿Quién eres?.- Preguntó con una voz suave.

Manuel: ¿Acaso eres policía?.- Le sonrió ladinamente con el ceño fruncido frente a ella.- Podrías arrestarme.- Le miró de arriba a bajo sin pudor alguno, lo que molestó a la chica.

Marizza: ¡Hablo en serio!.- Levantó la voz.- ¿Quién eres y por qué sales del auto de Pablo?.- Habló con los brazos cruzados.

Manuel: ¡Eres tan adorable!.- Gritó y comenzó a aplastar las mejillas de la chica.

Marizza: ¡Suéltame!.- Gritó y Manuel sintió una fuerte presencia que hizo que parara lo que hacía, alejó lentamente sus manos de las mejillas de la chica y posó su mirada en el chico alto que había llegado.

Marcos: ¿Qué crees que estás haciendo?.- Dijo con voz neutra y mirada penetrante.

Manuel: ¿Quién eres tú? ¿Acaso en este vecindario todos son así?.- Miró a la chica.

Marcos: No vuelvas a acercarte a ella, y mucho menos a tocarla ¿Queda claro?

Manuel: ¿Acercarme a ella...? ¡Ella fue quién vino aquí siendo tierna y bonita!.- Se quejó.

Marcos: ¿Cómo puedes pensar eso de ella?.- Dió un pasó al frente, pero el pequeño brazo de la chica lo detuvo.

Marizza: Marcos, e...está bien, e...él tiene razón, yo vine aquí y lo ataqué un poquito.- Dijo avergonzada por su actitud y la de su hermano frente a ese chico.

Marcos: Pequeña... ¿Lo atacaste?.- Se rió.- ¿Cómo? ¿Con tu encanto?.- Manuel también rió y la jovencita bajó su cabeza avergonzado nuevamente.

Marizza: Yah, yo sólo quería saber por qué él.- Apuntó a Manuel con su dedo índice.- Bajaba del auto del vecino.- Se cruzó de brazos esperando una respuesta del pelinegro.

Marcos: Cariño ¿No hay algo que quieras decirme?

Manuel: Ustedes dos son tan raros.- Tomó sus maletas y caminó hacia la entrada del edificio dejando solos a los hermanos.

Marcos: Marizza.- Insistió y ella comenzó a caminar hasta su edificio.- ¡Marizza ven acá!.- Gritó, pero la castaña sólo aumentó su velocidad hasta entrar a su edificio y tomar el ascensor.

Cuando Marcos llegó hasta su departamento, lo primero que notó fue un olor a cebolla asada, así que fue hasta la cocina y vio a su hermana parada frente a la estufa.

Marcos: Pequeña ¿Qué pasó allá afuera?.- Insistió, pero no obtuvo respuesta, así que camino hasta su hermanita y lo tomó por los hombros para girarla y vio sus ojos y nariz roja.

Marizza: Yo...- Se refugió en el pecho de su hermano y comenzó a llorar sin razón aparente.

Marizza sentía su alma partida en dos y su orgullo en el piso capaz Marcos tenía razón y a Pablo le gustaban los chicos.

¿Por qué ese chico tenía el olor del rubio y bajaba del auto de Pablo con dos maletas y chupetones en el cuello?, se repetía una y otra vez mientras su hermano intentaba cesar su llanto.

Pero tal vez, sólo tal vez... Manuel utilizaba los mismos productos que su hermano como es el caso del perfume y talvez había pasado un momento íntimo con la recepcionista del hotel antes de ir al complejo de Pablo.

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Productora de música

Manuel llegó al estudio de su hermano treinta minutos antes de la hora de la comida y el rubio se lo agradeció.

Manuel: Cuando llegué a tu edificio, Pablo.- Habló antes de sentarse en el sofá café de su hermano mayor.- Hubo una chica que se acercó a mí y me hizo preguntas raras.- Eso llamó la atención del rubio.

Pablo: ¿Una chica? eso es realmente extraño ¿Y dices que hacía preguntas raras?.- Giró su silla y miró al menor.

Manuel: ¡De verdad, hermano! era como de éste tamaño.- Elevó un poco su mano.- Castaña, mejillas grandes era bonita ahora que lo pienso y...

Pablo: ¡Te dije que te alejaras de ella!.- Dijo irritado.

Manuel: ¡¿Qué?! ¡Ella se acercó a mí!.- Le reprochó.

Pablo: Sólo, no te acerques a ella.

Manuel: No lo haré, esa chica y el grandote que la acompañaba, están realmente locos hermano.

Pablo: Él es su pareja, Manu, el rudo Marcos Andrade.- Cruzó sus brazos frente a su pecho.

Manuel: ¿Entonces ella es de la tarta?.- Preguntó con una ceja alzada.- Ella se acercó a mí para preguntarme porqué bajaba de tu auto.- Rió recordando lo linda que lucía la pequeña enojada.- Es muy linda.- Suspiró.

Pablo estaba molesto consigo mismo por ser tan tímido y simplón a diferencia a ellos que eran más sueltos o directos con las chicas.

Continuará...

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora