Capitulo 10

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Dos timbres y la su amiga contestó.

Mía: ¡Fosforito!.- Gritó desde el otro lado de la línea y ella rió bajito.

Marizza: ¡Mía!, también te extrañé adivina qué llevo puesto.- Dijo sonriendo.

Mía: Uhm.- Se tomó su tiempo para pensar.- ¡Una botarga!

Marizza: ¡Rubia!.- Reclamó.- Llevo el encaje hot que compré esa vez.

Mía: ¡No lo creo! ¡Tienes que enviarme una foto ahora mismo!

Marizza riendo se giró en su cama y alzó su teléfono con la cámara frontal activa y sonriendo tomó una fotografía y se giró para enviarle a su amiga la foto.

Mía: ¡Oh Marizza!, ¿Qué te hizo cambiar de parecer en cuanto a usarla?

Marizza: ¿Recuerdas que te hablé del rubio del edificio frente al mío?

Mía: ¡No lo creo!

Marizza: No pasó nada, lo juro.- Dijo desanimada.

Mía: ¡No es eso lo que no creo, tonta!, no puedo creer que Marcos haya aceptado que ese chico te corteje.

Marizza: ¡Ese es justo el problema! ni Marcos ha permitido nada, ni el rubio me corteja es por eso que estoy usando ésto, mi habitación queda frente a su balcón y...

Mía: ¡Marizita! eres tan atrevida.- Rió su amiga.

Marizza: ¡Estoy segura de que él me espía! así que le di un pequeño show...

Mía: ¿Y qué lo detiene para ir hasta tu apartamento y tomarte?

Marizza: Realmente... realmente no lo sé, el siempre huye de mí, ho...hoy intenté besarlo y él pasó de mí ¿Qué debo hacer?

Mía: Tengo el plan perfecto, le diré a Rocco que vaya a buscarte mañana, te pondrás guapa y saldremos a provocar a ese chico.

Madrugada

Marizza: ¡Voy!.- Gritó adormilada salió bien abrigada, mientras se dirigía a abrir la puerta pues el insistente timbre no paraba de sonar.

Marcos: ¡Fosforito!.- Entró sin poder mantenerse en pie, y la castaña guió su mirada hacia el chico que sostenía a su hermano mayor.

Manuel: Él no es tan buen bebedor.- Levantó sus hombros.- ¿Dónde debería dejarlo?.- Sonrió con nerviosismo ante la penetrante mirada y ceño fruncido de la chica.

Marizza: Sígueme.- Dijo y cerró la puerta.

Caminó hasta la habitación de su hermano después de recostarlo, ambos salieron de la habitación.

Marizza: Gracias por traerlo.- Dijo sin mirarlo a los ojos.

Manuel: No es nada, después de todo él invitó, traerlo aquí era lo menos que podía hacer ¿No crees?

Marizza: Sí, eso creo...

Manuel: Por cierto, soy Manuel un gusto.- Extendió su mano hacia su vecina y ella la tomó.

Marizza: Lo sé, yo soy Andrade Marizza.- Agitaron sus manos y se soltaron.

Manuel: ¿Así que sabes quién soy?.- Preguntó con una ceja alzada.

Marizza: Pablo me lo dijo, eres su hermanito.- Hizo un mohín con la nariz.

Manuel: No sabía que eras cercana a mí hermano, él por lo regular no se acerca a las personas, debes ser muy afortunada.- Palmeó su cabeza.

Marizza: ¡Somos muy cercanos!.- Cruzó sus brazos.- Incluso me invitó a tomar el té hoy.

Manuel: ¿Te gusta Pablo?.- Preguntó y la castaña se sintió pequeña por el tono divertido que usó al hablar.

Marizza: Claro que sí ¡Y seré su esposa!.- Comenzó a caminar hacia la puerta y la abrió indicándole al chico que era hora de que abandonara el lugar.

Manuel: ¡Te ayudaré con eso!.- Dijo y después rió.

Marizza: ¿Lo harás?.- Preguntó incrédula.

Manuel: Llámame por la tarde y tendrás a mi hermano, rogando por hacerte unos cuantos retoños, ya lo verás.- Le guiñó el ojo y le lanzó su tarjeta para después abandonar el departamento de los Andrade.

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  Día siguiente

Junta de inquilinos en las colinas hoy era el día del arreglar los alrededores como se había quedado en la reunión de vecinos.

Al terminar Luján y Marcos rieron y luego vieron llegar a los demás, incluso Nico se acercaba con Luna.

Luján: ¿Ya terminaron?

Guido: No, pero nosotros ya acabamos.- Miró de soslayo a Laura y le dió un apretón reconfortante.

Laura: Guido es un bruto.- Acariciaba su cabeza con una mueca.- ¡Jaló mi cabello!

Guido: Me dijiste que te limpiará.- Se defendió.

Laura: Quería que me besaras estúpido, no que jalaras mi cabello.- Lo empujó molesta, pero, entonces no esperaba que al estar todos en una colina, Guido perdiera el equilibrio y cayera rodando.

Guido: ¡aaaahhhhh!

Laura: ¡Guido!.- Gritó corriendo detrás del cuerpo que giraba y giraba.- ¡¡Guido!!.

Luna: ¡Laura!.- Levantó el brazo queriendo detenerla pero sin querer le dió un leve empujón a Marcos, haciéndolo caer hacia delante.

El chico abrazo las piernas de Nico por reflejo y bajó sus pantalones, dejando al hombre semidesnudo y gritando agudamente.

Marcos soltó los pantalones abruptamente y a diferencia de Guido, rodaba con fuerza por la colina, como un pum pum cada vez que caía.

Nico: ¡Agarrenlo!.- Corrió detrás, maldiciendo y apretando la cinturilla de sus pantalones algo rasgada por la fuerza de Marcos, jalando hacía arriba lo más que pudo mientras corría ridículamente de lado a lado.

Luján: ¡Nooooooo!.- Corrió detrás de todos con Luna.- ¡Idiota empujaste a mi dios griego!

Luna: ¡No lo hice con intensión! qué harías tú si llegas y vez caer a alguien.- Gritó mientras intentaba alcanzarlos.

Luján: ¡Marcos, espera!.- Intento detenerlo pero el cuerpo del chico siguió avanzando.- ¡Deja de girar!

Marcos: ¡Cómooooo.- Rodaba.- Siiii.- Rodaba.- Pudieraaaaa!.- Rodaba.

Continuará...

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora