Capitulo 20

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Día siguiente - Restaurante Mar de Plata

Mora: ¡Manuel!.- Gritó.

Manuel: ¡Él comenzó!.- Se defendió y su padre negó con la cabeza escondiendo una sonrisa.

Marizza había terminado con sus nervios después de que su suegra apretujara sus mejillas y llenara de cumplidos como: "Sigo sin entender cómo fue que mi hijo tiene novia ¿No te está obligando a nada, verdad?" y la castaña no hacía nada más que reír y recibir malas miradas por parte del rubio por seguirle el juego a su madre.

Cuando estaban a punto de terminar el postre, el mesero se acercó a Mía para darle una servilleta con algo escrito para la mala suerte del mesero, Manuel tenía una vista aguda que le había permitido ver el número telefónico en el papel que sostenían las manos de la chica así que se levantó, tomó la servilleta de manos de la rubia y la rompió.

Mía: ¡¿Y me puedes explicar qué fue lo que hice?!.- Preguntó aún sorprendida por las acciones del chico.

Manuel: ¡No debes coquetear con otros cuando sales conmigo!.- Gritó y su madre tomó asiento de nuevo disfrutando de la intrigante situación.

Mía: ¡No estamos saliendo!.- Reprochó.

Manuel: ¡¿Cómo te atreves a decir que no estamos saliendo?!.- Contestó.

Mía: Manuel...- Dijo más calmada.

Manuel: ¡Eres la chica más linda con la que he tenido algo en mi mente!.- Dijo y salió del restaurante bajo la atenta mirada de los demás comensales.

Mía: ¿Debería ir?.- Preguntó a su amiga después de ver al chico salir.

Después de que Mía saliera en busca de Manuel, mientras Pablo, Marizza y sus suegros decidieron que era una buena idea ir al supermercado antes de ir a casa.

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Días después

Marizza buscaba ansiosamente a su hermano mayor por todo el apartamento.

Marizza: ¡No está por ningún lado, Pablo!.- Se quejó y el rubio apretó aún más sus ojos.

El rubio esperaba en la sala de estar intentando compensar las horas de sueño que había perdido por culpa de su hermano menor, los regaños de sus padres por enterarse días atrás de que Mía estaba embarazada se escuchaban por todo el apartamento.

Pablo: Tal vez salió por ahí bebé, ten paciencia él se va a reportar cuando vea los mil mensajes que le enviaste.

Marizza: No es normal que él falte a casa dos semanas seguidas ¿Debería llamar a la policía?.- Preguntó y su novio rió.

Pablo: Exageras, Marcos es un adulto... tal vez está pasando con su vec...

Marizza: No te atrevas, Pablo.- Lo miró con los ojos filosos.- Mi hermano no se atrevería a pasar las noches con mujeres, sino estuviera en algo serio...

Pablo: Debe ser algo serio entonces.

Marizza: ¡Él no está con nadie, Pablo!

Pablo: Sí, claro.- Se levantó del sofá y comenzó a caminar con rumbo a la habitación de su novia.- Dormiré un poco, avísame cuando quieras ir a comer.

Marizza: ¿No comeremos con tus padres?.- Cuestionó.

Pablo: Tienen mucho qué hablar con mi hermano, no quiero escuchar sus gritos de nuevo.

Marizza: ¿Quieres escuchar los míos?.- Preguntó con una sonrisa de lado.

Pablo: No, gracias.- Cerró la puerta de un golpe y se acomodó sobre la cama de su novia dejándose llevar por la tranquilidad que le brindaba su olor en las sábanas.

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Departamento Bustamante

Señor Aguirre: Tu familia, tu techo necesitas un empleo para terminar de pagar la universidad y un hogar para tu pareja.- Dijo firme.

Manuel: ¿No tengo una herencia? sería un buen momento para que lo digas, Papá.

Señor Aguirre: No la tienes Manuel sé un hombre y madura.

Manuel: ¡Ya sé!.- Chasqueó los dedos el pelinegro.- Marizza puede venir a vivir aquí y Mía y yo podemos tomar su apartamento.- Sonrió victorioso y Mía bufó.

Mía: ¿Y qué hay de Marcos, genio?

Señor Aguirre: ¿Quién es Marcos?.

Mía: Es el hermano mayor de Marizza.

Manuel: ¡No hay problema con eso, rubia!.- Sonrió.- Él se mudará con Luján nuestra vecina..., tendrán un bebé y necesitan su propio espacio.- Se detuvo al ver la expresión de su novia.

Mía: ¿Qué acabas de decir?.- Preguntó y el pelinegro recordó cuando Marcos dijo que aún no se lo decía a su familia.

Manuel: Y...yo...

Mía: ¡¿Cómo lo supiste?!.- Se levantó del sofá.- ¡Ah, Manu!

Manuel: ¡Lo siento! además, si tú amiga no fuese tan testaruda y chillona ya le habría presentado a Luján.

Mía se dejó caer de nuevo en el sofá y negó con la cabeza.

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Departamento Andrade - Día siguiente

Los nervios de Marcos iban en aumentó y que Luján organizara una reunión familiar no ayudaba en nada.

Pablo: ¿Todo bien?.- Se acercó.

Marcos: Algo así... te preguntaré algo serio, cuando conociste a mis papás... te sentías nervioso ¿No?.- El rubio asintió con una sonrisa.- ¿Cómo hiciste para ignorar los pensamientos de salir corriendo?

Pablo: Bueno... no es como si pudiese evitar el salir corriendo cuando Marizza le soltó a tú padre que ella y yo nos habíamos acostado y tu padre me asustó tanto que caí desmayado...

Marcos: ¡Es cierto!, ¿Cómo pude olvidarlo?.- Se golpeó la frente con la palma de su mano izquierda y negó con la cabeza.- Gracias Pablo ahora me siento mejor no puede haber peor presentación de padres que esa.- Dijo entre risas.

Pablo: Claro a menos que hayas embarazado a su hija.- Dijo burlón y se levantó del sofá dejando dos palmadas en la amplia espalda de su cuñado.

Pablo caminó hasta la cocina de nuevo y entró llegando directamente dónde su novia quien se sobresaltó al sentir los labios de su novio en su mejilla derecha.

Marizza: ¿Nervioso?.- Preguntó.

Pablo: Cansado.- Suspiró en el cuello de su novia.- No te ofendas Luján, pero ¿Cena familiar en martes?.- Preguntó al ver a la chica con su novia.

Luján: Ni siquiera es tan tarde, además, tus padres no se quejan de tenerte como hijo y venir a conocer a la familia de Mari, no deberías quejarte tampoco.- El rubio bufó y su novia rió.

Marizza: Es cierto, además esta vez te irá mejor con Papá, lo prometo.- El rubio asintió más tranquilo para después recibir un beso de su chica.

Luján: ¡Son tan lindos!.- Chilló después de presenciar la tierna escena entre la pareja, mientras cruzó sus brazos sobre su barriga.

Continuará...   

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora