Capitulo 12

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Manuel: ¡No pierdes nada con intentarlo!.- Intentaba convencer a su hermano de acompañarlo a salir con él.

Pablo: ¡No iré! tengo cosas qué hacer.

Manuel: No.- Hizo una mueca.- Pero, Pablo ¡Necesitas una pareja!.- Lo regañó el menor pensando en la castaña.

Pablo: Tal vez lo haga, pero no necesito a una estúpida pareja tonta y empalagosa.- Dijo sin mirarlo.- ¡Están difícil comprender!.- Se levantó del sofá.

Manuel: ¡Eso es!.- Chasqueó los dedos.- ¡Te conseguiré una novia, así no pensaran cosas raras de tí!, sólo necesitas ir conmigo al bar.- Sonrió victorioso

Pablo: No quiero nada.- Sentenció con un tono de pereza yéndose a su habitación y azotando la puerta al cerrarla.

Manuel: ¡Me iré ahora hermano!.- Se escuchó afuera de la habitación del rubio por parte del menor antes de escucharse cómo la puerta de la entrada era cerrada.

Pablo: Por fin.- Suspiró una vez que se encontró solo en el departamento, el rubio tomó sus binoculares y se dirigió al balcón el que, casualmente daba con la ventana de su vecina.- ¿Dónde estás?.- Preguntó en voz alta, tomó asiento en su lugar favorito para observar a su vecina.- Oh aquí vienes, ¿Qué pasa aquí?.- Mencionó después de ver cómo Marizza entraba a su habitación pero, no estaba sola estaba con Manuel.

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Departamento Andrade

Marizza: ¿Dónde está Pablo.- Preguntó con el ceño fruncido cuando el pelinegro apreció en su puerta sin su hermano.

Manuel: Él se negó a venir.- Alzó sus hombros restándole importancia y entró al apartamento sin el permiso de la chica.

Mía: ¿Quién eres?.- Preguntó al pelinegro que se había tomado la confianza de sentarse en el sofá de su amiga.

Manuel: ¿Quién eres tú y por qué no estás sobre mis piernas?.- Respondió con una sonrisa ladina provocando un sonrojo en la rubia.

Marizza: La verdadera pregunta aquí es ¡¿En dónde demonios está mi esposo que me prometiste?!.- Se cruzó de brazos frente al pelinegro.

Manuel: Te he dicho que no quiso acompañarme, pero tengo un plan aún mejor vamos a tu habitación.

Marizza rodó los ojos y comenzó a caminar y su futuro cuñado la siguió.

Cuando entraron a la habitación Manuel se sorprendió por las prendas que se encontraban en la cama de la chica, la castaña corrió rápidamente y tiró las cosas al piso sin mirar al chico, estaba realmente avergonzada.

Marizza: Bien, antes que digas cualquier cosa, tú no viste nada de eso ¿De acuerdo?.- Él chico asintió con una sonrisa en los labios.

Manuel: Ven aquí.- Indicó una vez que se sentó en la cama de la chica.- Ven, no te haré nada.- Él pelinegro abrió las piernas y la castaña se posicionó en ese lugar.

Marizza: ¿Qué pretendes?.- Preguntó con los ojos entrecerrados y sus brazos cruzados.

Manuel: Sabes que mi hermano espía tu ventana ¿No es así?.- Marizza asintió.- Él seguramente está haciendo eso justo ahora.- Alzó su mano derecha y toco el cabello de la chica.- Así que si seguimos así.- Tomó las caderas de la chica y la acercó aún más.- Él vendrá corriendo ahora mismo.- Besó la frente de la castaña.

Él chico siguió con jugueteos y leves caricias hacía la chica, alzó su barbilla y estuvo a punto de rozar los labios de ella cuando su teléfono interrumpió.

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora