Capitulo 17

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Día siguiente

Pablo despertó con el cansancio en aumento, sus ojos se negaban a abrirse bostezó y se acurrucó hacia la derecha cobijándose más con su suave cobertor, sonrió se sentía pleno, feliz y orgulloso con los recuerdos anteriores.

Marizza: ¡Arriba, Muñequito! el desayuno está listo.- Animó para que dejara de perder el tiempo con la almohada que abrazaba.

Pablo: Realmente...- Comenzó con voz grave.- No tengo muchos ánimos de tomar el desayuno, cariño..

Marizza: Oh vamos, tardé dos horas preparando todo.- Frunció su ceño y caminó hasta estar a lado de su novio.- Arriba, Bustamante.- Destapó su cabeza y él se removió en su lugar y abrazó más la almohada.- ¡Pablo!.- Gritó y lanzó fuera de la cama el cobertor calentito del rubio.

Pablo: Ugh, estoy tan cansado...- Cerró sus ojos aún más fuerte y ella bufó.

Marizza: ¿Se puede saber por qué estás tan casado?.- Preguntó con una ceja alzada.- ¡Si yo hice todo el trabajo!

Pablo: No alces la voz cariño.- Se quejó y su pareja rió suavemente.

Marizza: Vamos, te espero en la cocina, en diez minutos te quiero ahí.- Besó la frente del rubio y se retiró de la habitación.

Pablo: Que mandona...- Renegó, pero aún así decidió levantarse, no le gustaría ver a Marizza molesta.

Tiempo después

Marizza: ¡Que no!.- Frunció el ceño apretando su celular en su oído.

Marcos: Andrade Marizza regresa a casa ahora mismo, mínimo deberías ¡Pensar claramente y regresar antes de que Papá se entere que pasas la noche con tú vecino!.- Dijo desesperado.

Marizza: ¿Por qué debería enterarse? Él ni siquiera está...

Marcos: Papá y Mamá vienen en camino, hace treinta minutos bajaron del avión ¡Ven aquí rápido!.- Cortó la llamada y se levantó del regazo de su pareja quien yacía totalmente dormido y ajeno a la situación de la castaña.

Marizza suspiró y decidió que ya era hora de ir a casa... cosa que le dolía en verdad se colocó una toalla y se paseó frente a Pablo con movimientos sensuales de cadera, pero desgraciadamente el rubio seguía dormido así que se dirigió al baño y abrió la llave de la regadera y se dispuso a tomar una ducha. 

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Se vistió y cuando salió de la habitación sorpresivamente el rubio ya estaba despierto y con una taza de café humeante en su mano derecha.

Pablo: ¿Vas a algún lado?.- Preguntó y la castaña asintió nerviosamente mientras caminaba hacia él rubio.

Marizza: Debo ir a casa.- Soltó, el chico frunció el ceño y dejó su taza en la mesa de centro.

Pablo: Esta es tu casa, Marizza.- El mayor palmeó sus piernas y la chica automáticamente se sentó sobre ellas.

Marizza: Habló de, ya sabes.- Alzó sus hombros.

Pablo: ¿Pasó algo?.- La castaña asintió y el rubio besó su mejilla.- Dime, bebé...

Marizza: Mi hermano llamó, dijo que mis padres llegarán en cualquier momento y... estaré en problemas.

Pablo: ¿Debería ir a hablar con ellos?.- Soltó y su novia lo miró sorprendida.

Marizza: ¿Ha...harías eso?.- Su voz tembló.

Pablo: Haría todo por ti cariño.

Marizza: Oh, mi vida ¡Eres el mejor!.- Besó los labios del mayor y este no perdió oportunidad de mordisquear los labios de su novia.- ¡Eres tan tierno!.- Dijo al verlo sonrojado y al esconder su rostro en el cuello de la castaña.

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Familia Andrade

Pablo Bustamante era un hombre delicado, bonito y fácil de avergonzar pero estaba seguro que si se trataba de su novia, haría todo con tal de verla sonreír.

O eso pensaba...

Marizza: ¡Cállate, Papá! ya está despertando.- Le reclamó a su progenitor.

Pablo: ¿Dónde...?

Marizza: ¡Shh!, cariño todo está bien, ya pasó.- Se sentó en su cama justo al lado de donde su novio recién despertaba de su anterior desmayo provocado por el terror que generó el padre de la castaña.

Sonia: ¿Pablo? ¿Te encuentras mejor?.- Preguntó preocupada por su yerno.

Marizza: Él está bien, Mamá ya aléjate de él ¡No le toques las mejillas!.- Alejó demasiado rápido las manos de su madre antes de que se atreviera a tocar a su tesoro.

Sonia: ¿No está demasiado pálido, hija? tal vez deberíamos llevarlo al hospital y...

Marcos: No, má...- Avanzó hasta donde se encontraba su madre y pasó uno de sus brazos por el hombro.- Él es así, siempre tan blanco, recuérdame no llevarlo a Bahía blanca para las vacaciones de invierno.- Rió y Marizza viró los ojos centrando su atención en dejar besitos en la mejilla derecha del rubio.

Martín: Aunque no se confundiera con la nieve, él no irá a mi casa después de haber abusado de esa manera de mi pequeña.- Se cruzó de brazos y su esposa negó con la cabeza.

Sonia: Deja de ser tan tonto, Marizza es capaz de decidir con quién está y con quién no, además Pablo se ve como un buen muchacho.- Estiró su mano para sacudir ese suave cabello del rubio.

Marizza: Lo tocas, y tus porcelanas lo pagarán, Mamá.- Se acurrucó al lado de su novio quién sólo podía pensar en que su pareja era demasiada buena para ser verdad, algún defecto debía tener; Vaya padre se cargaba...- Te sientes bien Pablo.

Pablo: S...sí, sólo... señor Andrade.- Miró al padre de su pareja.- Yo... ni siquiera sé qué es exactamente lo que debería decir, no creo que pedir disculpas sea lo indicado, pues, yo realmente no me arrepiento de haber hecho lo que hice con Marizza.

Marizza: ¡Se refiere a cortejarme, nada más!.- Defendió antes de que su padre atacara una vez más a su pareja.

Pablo: Sí, justo eso y... no sé si soy la mejor opción para Marizza, pero estoy seguro de que ella sí es mi mejor opción.

Marizza: Claro que eres mi mejor opción, hermoso.- Besó su mejilla y el rubio por mas que lo intentó, no pudo evitar que un sonrojo adornara sus mejillas.

Martín: Eso lo voy a decidir yo.- Dijo aún con los brazos cruzados.

Marizza: ¡Papá! Pablo es el hombre perfecto para mí es atento, amable, me trata bien, tiene buen gusto, un buen empleo y ¡Es tan lindo y tierno!.- Pablo agachó su cabeza ante los halagos de su novia.- Él incluso perdió su virginidad conmigo y...

Martín: ¡Pablo Bustamante eres hombre muerto!.- Gritó echando humos por la cabeza y el rubio sólo quiso llorar y regresar el tiempo para evitar ir a la casa de su pareja ese día.

Continuará...

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora