Jimin daba los últimos retoques al maquillaje de su cuello, cubriendo con bastante habilidad los colores vibrantes. Había tomado un té y comido un pan en su alcoba, no quería ver a ninguno de los Kim, solo quería salir lo mas antes que pudiera del castillo, empezar su día lejos por las montañas.
Salió de su alcoba con dirección a las caballerizas, caminando lo más rápido que pudiese, Jungkook lo debía de estar esperando para volver a salir. Era increíble cómo las cosas habían cambiado, antes se la pasaba días enteros en el castillo, ahora solo le bastaba con unas cuantas horas, se sentía muy asfixiado en aquel castillo.
Ya no era su hogar.
Jamás lo fue.
Al llegar a los corrales se encontró con Jungkook, mirando a todos lados y percatándose de que no hubiese nadie, corrió a sus brazos, abrazándolo y sonriéndole.
—Hola de nuevo. —Sonrió. Dando un corto beso en los labios de Jungkook.
—Hola, mi amor, ¿vámonos? —Beso la nariz de Jimin, separándose de su abrazo.
El omega asintió, caminando a lado de Jungkook, conversando brevemente mientras tiraban suavemente a sus caballos. Todo iba muy normal y tranquilo, siempre era así, hasta que, Jimin vio como una gran cantidad de soldados se reunían con sus caballos frente al castillo, mientras se acercaba vio a Seokjin y cuando el alfa lo diviso, se bajó del caballo, haciéndole una seña a Jimin para que se acerque.
—Espérame aquí. —Le susurro a Jungkook.
Se alejó del lado de Jungkook para caminar hasta reunirse con Seokjin, cuando lo hicieron, sentía que se reunía con un extraño y no con la persona que había puesto una marca de unión en su cuello.
—Es bastante temprano para que dejes el castillo. —Dijo Seokjin.
—¿Eso era lo que me querías decir?
—No. —Sonrió. —Como sabrás, la nación se está yendo a la mierda y lo que menos quiero, es que te atrapen como prisionero y ya sabes.
—No entiendo. —Dijo confundido y con el ceño fruncido.
—Que ya no saldrás del castillo, para nada.
—Pero ¿Por qué? —Cuestiono con enojo, no permitiría que Seokjin le cortara las alas, no cuando por fin las pudo encontrar.
—¿Qué eres tonto? Te lo acabo de decir. —Bufo. —No quiero que estés fuera del castillo porque te pone en peligro, además, creo que te has tomado demasiadas atribuciones. Desde salir cuando se te plazca, hasta dormir en donde sea que duermas, incluso, no se si respetas los parámetros que te puse para que puedas tomar aire.
—Estás loco, no me puedes mantener prisionero acá.
—¿Así es para ti? ¿Tu castillo es una prisión?
—Si. —Dijo, siendo lo más sincero que jamás pudo ser. —Solo escucha lo que me dijiste, me tienes aquí como tu prisionero, cómo tu propiedad, algún ganado que conseguiste o un alce que cazaste para exhibirlo en tu sala. Soy tu esposo, Seokjin, no tu prisionero.
—Solo trato de protegerte. —Suavizo su mirada, tratando de que Jimin encuentre aquel amor perdido entre las espinas.
—¿Encerrándome? —Negó con la cabeza. —Esa no es la forma.
—¿Y cual es? ¿ah? ¿dejando que cabalgues por donde te dé la gana? ¿siendo el blanco perfecto y más fácil?
—Yo estoy bien, estaré bien, solo no me prohíbas nada, Seokjin.
—Ya está dicho y nada cambiará. —Si Jimin no quería seguir sus órdenes a la buena, lo haría a las malas. Lo mantendría a su lado, aunque el omega no quisiera, estaría a su lado del trono, aunque tenga que sostener con bastante fuerza a Jimin de la muñeca.
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Dollie ; km omegaverse
FanfictionCuando una dinastía comienza a mostrar sus fallas y flaqueos es inevitable que la llama de revolución nazca. Es inevitable que grupos de personas empiecen a reunirse para hacer un cambio en las cabezas de los líderes de la nación. Es inevitable que...