Ya te diste por vencida

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— Nada, sabes que nunca pasa nada — dije mirando unos papeles

*Alondra me agarra cuidadosamente del mentón y me alzó la cara para verla*

— ¿Qué pasó? — preguntó

No pude más y las lágrimas comenzaron a salir más rápido que nada, aún me duele mi parte baja y me siento asquerosa, sucia como una mujer que no tiene valor alguno.

— Ya no aguanto — dije llorando mientras estoy abrazada de ella — Ya no Alondra

— ¿Pero que pasó? ¿Es lo que estoy pensando? — preguntó

— Volvió a abusar de mi y, y pensé que podría manejarlo... Me metí una sustancia y me intenté  embriagar para no sentir dolor pero fue imposible

— Jennifer, tienes que salir de ahí... Sabes que necesitas irte

— No tengo a dónde ir — dije mirándola — No puedo escapar de esta vida.

*Me separé del abrazo*

— Sí Jennifer, si puedes... Solo que ahora lo que veo en tus ojos es lo que siempre tuve miedo que te pasara

— ¿Y que es?

— Que ya te diste por vencida — dijo — Ya nisiquiera quieres hacer el intento de vivir por ti

—¿Cómo quieres que intente vivir por mi si yo ya no existo? Desde hace tiempo deje de sentir algo por mi

— Por favor, no te des por vencida

— Estoy perdida — respondí

*En ese momento entra Catalina*

— Señorita Stone, la buscan — dijo entrando a la sala de juntas

— No estoy para nadie Catalina...

— Es que son los provedores de tecnotelas. El señor Simon me dijo que le encargó hacer una cita con ellos

*Mire a Alondra*

— Está bien... Diles que pasen a mi oficina, en un momento voy

*Catalina se fue*

— Necesito ir a trabajar — dije limpiándome las lágrimas

— Estoy para ti ¿Si?

*Asentí con la cabeza*

Salgo de la sala de juntas para ir a mi oficina y cerrar ese negocio con tecnotelas. La producción de la colección tiene que estar ya en proceso y se que el comprar las telas en este momento es crucial para la producción.

— Buenas tardes señores — dije entrando a mi oficina

(..................)

La jornada de trabajo por fin acabo y la verdad ahora empieza mi verdadero terror... Admito que no quiero ir a mi casa pero tengo la esperanza de que Steve se haya ido con una de sus modelos para que me deje tranquila está noche.

Salí del edificio y me fui al estacionamiento de la empresa donde dejé estacionado mi coche. Subo a el para poder irme al "palacio" que tengo

(.......)

*Entre a mi casa*

— Milia — dije dejando mis cosas en la sala

— Hola señorita ¿Quiere cenar?

— No Milia muchas gracias... Solo quería saber si te encontrabas aquí. Voy a entrar a la alberca un rato, hoy fue un día muy estresante en la empresa... Me puedes preparar mejor un whisky doble por favor

—¿Un whisky? — preguntó sorprendida

— Sí, un whisky... ¿Por qué?

— Perdón señorita pero usted no toma

— Es solo por hoy Milia, lo espero en la barda de la alberca... Enseguida bajo

Subo a mi habitación para ponerme el traje de baño pero antes fui al baño. Me dieron ganas de hacer mis necesidades pero al momento de orinar comenzó a salir sangre y me dolió un poco el vientre. Trate de no alarmarme y decidí evitarlo.

Me comencé a quitar la ropa para ponerme el traje de baño y después me puse una bata, abrí el cajón del buró y saque el paquete de la sustancia blanca que tome ayer para poder tomarla hoy y haber si esto que siento se me puede quitar por un rato o por lo menos relajarme.

*Baje a la alberca y me senté en la barda*

Comencé a recordar lo que viví ayer con Steve... Fue asqueroso, me trató de la manera más horrible que no pude imaginar.

— Señorita Stone... Aquí tiene su whisky

— Gracias Milia

Tomé un sorbo y los recuerdos me invaden.

— DEJAME SALIR — dije desesperada

— SUÉLTAME — volví a decir

Al recordar solo siento como mis lágrimas empiezan a salir una tras otra.

Deje el whisky en la barda y decidí entrar a la alberca, me moje la cabeza y empecé a relajarme.
Todo esto es tan inútil, vivo en modo avión prácticamente todo el tiempo, no se lo que significa salir de fiesta o estar con amigos... No tengo la menor idea que hace la gente "normal" estar en una jaula de oro es una pesadilla. A veces quisiera saber cómo se divierte la gente hoy en día, que es lo que hacen los chicos de mi edad... Tengo veinticuatro años y nunca tuve esa libertad que quisiera haber tenido ni mucho menos un amor de familia.
Recargue mis brazos en la barda de la alberca y posicione mi cabeza de lado. ¿Cuando cambiará todo esto? — Me pregunté — ¿Acaso mi vida es solo para estar sufriendo? Desearía poder desaparecer y empezar en otro lugar.

De la nada comencé a quedarme dormida hasta que me sumergí completamente y ví una oportunidad. Decidí no luchar, no hacer ningún esfuerzo para salvarme... Solo deje que se diera todo.
De la nada empecé a ver negro, presentí que había acabado este sufrimiento.

(................)

De la nada comencé a abrir los ojos, estoy en un cuarto y alado de mi está Alondra sosteniendo mi mano.

Pudimos haberlo tenido todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora