El que caiga pierde

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*Me miro algo culpable*

*Suspiré y trate de mantener la calma y la ansiedad de estar con él*

— Si tú manera de hablar conmigo es hacer estas cosas déjame decirte que no has cambiado nada...

— Por favor necesitamos hablar...

*Comencé a pensar*

Unas cuantas gotas de lluvia comenzaron a caer provocando que diga que si

— Está bien...

*Nos fuimos al auto de Santiago*

Subí al auto y Santiago también pero en ese momento la lluvia comenzó a estar más fuerte y provoca que el auto de Santiago no prenda

— ¿Qué sucede? — pregunté confundida

— El auto no enciende — dijo confundido intentando prenderlo

— Genial — dije estresada y en voz baja

*Me miró*

— ¿Este es otro de tus planes? — pregunté algo molesta

— Te lo juro que no se que sucede Celeste — dijo mirándome

*Lo mire enojada *

— ¿Y AHORA QUE VAMOS HACER? — pregunté enojada y alzando la voz

*Suena un trueno*

— No te enojes conmigo... Yo solo quiero ayudar — dijo comenzando a molestarse — NO SE PORQUE TE ENOJAS

*Golpea un poco el volante del auto*

— ME ENOJO PORQUE ME MOLESTA QUE NO ENTIENDAS QUE NO PUEDO ESTAR CERCA DE TI — dije diciendo la verdad

*Me mira confundido*

— ¿Qué? — preguntó

*Cerré los ojos arrepintienda de lo que acabo de decir*

— Olvídalo... — dije tratando de evadir de tema — Solo guardemos silencio y ya...

— ¿De verdad no soportas estar aquí conmigo? — preguntó en voz baja

*Lo mire*

— A mí me parece que te da miedo lo que pueda pasar en este auto — dijo mirando el parabrisas

— Sabes que yo no le tengo miedo a nada como otros — dije en forma de reto

*Comenzó a reír sarcástico*

— ¿De que carajos te ríes? — pregunté enojada

— De lo nerviosa que te pones al estar conmigo — dijo mirándome — De como pasas saliva anhelando  qué te de un beso, de como quisieras que en éste momento te haga mía y te haga gemir mi nombre — dijo susurrando y sin quitarme la mirada de encima

Su mirada me hace temblar no lo niego y se que mi cuerpo quiere sentir el suyo ya que desde la última vez que lo hice con él no he vuelto a tener nada con nadie.

— ¿Oh me equivoco? — preguntó regresando a ver el parabrisas

— No digas estupideces — dije

— ¿Entonces me equivoco? — preguntó mirándome nuevamente

*Guarde silencio*

— No te atreves de todos modos — dijo burlándose un poco

Al momento en que me dijo eso me enoje mucho.

— A mí me parece que al que le dé miedo es a otro — dije jugando en su juego

— ¿Quieres apostar? — preguntó en forma de reto

— Quiero ver más bien — dije segura de lo que pasará...

En ese momento Santiago hace el haciendo para atrás y me toma de la cintura para poder estar encima de él... Nuestras respiraciones comenzaron a acelerarse y pase saliva demasiado nerviosa por volver a sentir sus manos en mis muslos

— ¿Y ahora quien es el que no se atreve? — preguntó susurrando en mi oído

*Me miró*

— No sabes cómo extrañaba esa mirada, esos labios queriendo un beso mio, tu cuerpo encima del mío — dijo en voz baja — Extraño cogerte y hacerte mía de todas las maneras posibles.

Comienza a acariciar mis muslos con la yema de sus dedos delicadamente

— ¿Solo extrañas eso? — pregunté aún nerviosa

— Extraño todo Celeste... Extraño todo de ti pero sobre todo extraño volver a sentirte.

*Nos miramos*

La conexión aún está en nosotros, lo deseamos tanto que queremos que esté momento nunca termine...

*Me acerque a él lentamente mientras tomo su mano para guiarla a mi zona íntima*

— Tú lo quieres tanto como yo ¿No es así? — dije susurrando mientas me estoy acercando poco a poco a sus labios y guío su mano a mi zona íntima

Puse su mano en mi zona íntima y él empieza a introducir sus dedos dentro de mi para comenzar a hacerme sentir increíble mientras yo me stoy acercando a sus labios para comenzar a besarlos.

— Está noche será única — dijo a unos cuantos centímetros de mi boca

*Sonreí un poco sin dejar de mirarlo a los ojos*

Se acercó a mi cuello para comenzar a lamerlo subir a mi mentón y terminar dándonos un beso demasiado apasionado mientas está haciéndome sentir increíble con sus dedos dentro de mi.

*Nos separamos un poco*

Ya algo agitados comencé a negar mis gemidos y él lo está notando

— ¿Me harás sufrir de esta manera? — preguntó acelerando más el movimiento de sus dedos en mi

Pudimos haberlo tenido todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora